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Gritando En Silencio – Gira Incendiaria
Los sevillanos son de los pocos grupos ‘esenciales’ con éxito que nos quedan de la nueva hornada. Y cuando utilizo el término, entrecomillado, es por la referencia a los orígenes blueseros del rocanrol. Su rock rezuma clasicismo, del que tira de blues, pero también ahora aunque incluso se abra a sonoridades más americanas como han hecho en su último Material Inflamable. Con una voz inconfundible, una base rítmica sobria y unas guitarras que parecen destellar en cada uno de los solos y riffs, Gritando En Silencio pasa por ser el último gran bastión del rock puro y duro. El que combina los términos poéticos de la escuela Iniesta con la autenticidad de bar, del de suelo de madera que cruje con el apoyo de las botas. De lleno en la combustión, la banda salió de tour con el nombre de ‘Gira Incendiaria’. Una colección de conciertos que les llevó a recorrer, entre otras ciudades, Bilbao, Vitoia, Córdoba, su Sevilla, Santander, Valladolid, Granada, Alicante, Guadalajara, Logroño, Zaragoza o Barcelona. El 11 de enero de 2019 fue la escala en la sala But, velada en la que se registró este material que ahora nos viene en forma de EP digital y con la garantía de autenticidad avalada por la banda: “Sin afinar voces, sin regrabar pistas… como se disfruta el rocanrol; a pelo. Con su magia y con sus fallos. Con colaboraciones de grandes amigos y un público que se dejaba el alma en cada tema”. Y eso, sumado a lo que echamos de menos los garitos y la música en directo sonando, hacen de este EP algo bastante disfrutable.
#Mis10de Gritando En Silencio
Los sevillanos son de los pocos grupos ‘esenciales’ con éxito que nos quedan de la nueva hornada. Y cuando utilizo el término, entrecomillado, es por la referencia a los orígenes blueseros del rocanrol. Su rock rezuma clasicismo, incluso abriéndose a sonoridades más americanas como han hecho en su último Material Inflamable. Con una voz inconfundible, una base rítmica sobria y unas guitarras que parecen destellar en cada uno de los solos y riffs, Gritando En Silencio pasa por ser el último gran bastión del rock puro y duro. El que combina los términos poéticos de la escuela Iniesta con la autenticidad de bar, del de suelo de madera que cruje con el apoyo de las botas. Todos los grupos reeditados de este mes tienen una amplia discografía que hace imposible tener unanimidad. A Gritando En Silencio no le hace falta siquiera, tal es su grandeza y su alto nivel de calidad. Con solo cuatro trabajos discográficos de estudio se hace complicado quedarse con diez canciones. Por suerte, estas selecciones ni son ley, ni excluyen a las canciones que se queden fuera. Vamos a ello. (FOTO: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión).
Gritando En Silencio – Material Inflamable
A finales del pasado mes de septiembre me llegaba el encargo desde la jefatura de Rock Estatal (revista) de entrevistar a Gritando En Silencio con motivo del lanzamiento de su cuarto trabajo discográfico de estudio, Material Inflamable. Poco después me llegaba el disco, mes y medio antes de su publicación. Igual que “no es más dulce una patada por mucho que se la espera”, que canta Hora Zulú, darle al play era ser consciente de recibir una buena bofetada de rocanrol pero, pese a ello, no hay guardia posible. Gritando En Silencio, con Marcos Molina a la guitarra, voz y letras, Miguel Ángel Santos en la guitarra y coros, Alberto Curtido al bajo y coros, Jorge Correa, batería y Carlos El Quinto como las cervezas de a trago, incendian a base de bien una entrega en la que, en términos generales, se alejan de las formas conocidas del rock nacional, para abrirse a estructuras y sonidos más anglosajones… Un sonido con mucho groove y un disco que mejora considerablemente la media del anterior La Edad de Mierda.
Gritando En Silencio – Contratiempo (2009)
Gracias a la sección tuitera #HemerotecaRockSesion que estoy haciendo a lo largo de este curso , recordé hace unos días que se cumplía un año de que, buceando ya hacia una traqueítis aguda tras tres amigdalitis encadenadas mal curadas, me acerqué a ver una de esas escalas de la gira conjunta de los sevillanos Gritando En Silencio con los madrileños Whisky Caravan. Hete aquí que doce meses después y tras velar armas durante el invierno, ambas bandas están trabajando en nuevo material. De hecho, los segundos lo publican el 27 de abril y os puedo asegurar que no van a decepcionar a su cada vez mayor legión de seguidores porque lleva una semana sonando en mis auriculares (por aquello de la confidencialidad debida) y las sensaciones siguen siendo las de banda a grandes. A Gritando ‘se le cayó’ un tuit en enero, avisando de la composición de nuevos temas, algo bastante patente desde entonces en los comentarios de Marcos Molina en redes sociales. Después de hablar ayer de un ejemplo para el Rock como Tako y antes de que me pille los dedos con la pronta salida del nuevo disco de Gritando En Silencio (a este ritmo, incluso antes que el de Marea, que va camino de Chinese Democracy) caí en la cuenta de que no habían pasado por la, a veces nostálgica y a veces reivindicativa, sección de las críticas remember de los viernes. Sea.
Gritando En Silencio y Whisky Caravan. Madchester Club. 24 de marzo
Y La Sombra del Grajo. La sala Madchester Club recibió el penúltimo concierto de la última tanda de fechas por sala de los sevillanos Gritando en Silencio, tras dos años de presentaciones de su disco La Edad de Mierda, para la que eligieron a Whisky Caravan como compañeros de viaje. Además, en la sala almeriense se sumó al cartel los malagueños La Sombra del Grajo, lo que dio como resultado una larga noche de rocanrol a la que decidí asistir pese a estar en unas condiciones lamentables, por una recaída en mi maldita traqueítis. Había que saludar a amigos y compañeros, como el ‘gran jefe’ de Rock Estatal y Rock Estatal Records, Juan Palacios, Eva o Carlos El Quinto, y concretar una idea que pronto podré hacer pública de cara a un festival veraniego cercano que cubro desde su nacimiento. No se colgó el cartel de no hay entradas pero entre una preventa más animada de lo habitual y el consabido tirón de taquilla, superior que en otras ocasiones en este escenario, hicieron que el ambiente fuera bastante bullicioso. Tres bandas y tres formas de sentir el rocanrol, sin delirios de grandeza y con una cercanía empática. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos)
XXIX Candil Rock: Def Con Dos, Gritando En Silencio y La Taberna Del Muerto
Es un pequeño gran gigante. El Candil Rock acumula ya casi tres décadas de historia, los últimos años además con entrada gratuita. Por las tablas del festival ha pasado lo más puntero del rock, punk y metal del país. Barricada, Ska-P, Rosendo, Loquillo, Burning, Los Suaves, Warcry, Saratoga, Sínkope, Mägo de Oz, Tierra Santa, Los Canallas, Raimundo Amador, Sôber, El Último KeZierre, Lujuria, El Noi Del Sucre… No está nada mal para una localidad colindante a la ciudad. Def Con Dos y Gritando En Silencio, junto a los locales La Taberna Del Muerto, fueron los encargados este pasado sábado, 23 de abril, de engrosar la nómina de una lista que no para de crecer. Los madrileño-gallegos venían con la gira Alzheimer Pal Pueblo recién empezada y con toda la (penosa) polémica en torno a César Strawberry. Los sevillanos, por su parte, acaban de terminar su gira por salas y comenzarán una temporada de festivales que seguro que será cuantiosa. Es el grupo más en forma de rocanrol puro. Para completar y la calentar la noche, La Taberna del Muerto presentando su debut Rumbo Al Infierno. Punk, rock y rap-metal. Menú variado. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos).
Gritando En Silencio – La Edad De Mierda
La formación sevillana es, sin lugar a dudas, una de las bandas ‘jóvenes’ que mayor expectación genera en cada movimiento. Dos discos, uno de ellos con maqueta filtrada de por medio, y sobre todo demasiado tiempo entre lanzamientos, sobre todo con este La Edad de Mierda, su tercera entrega. Gritando En Silencio mueve, nunca mejor dicho, un ejército silencioso de fieles seguidores que los adora porque en ellos se intuye el futuro del rocanrol más reconocible. Y por si acaso había dudas, se alían con Warner para la edición del disco. Una noticia que hizo torcer el gesto a más de uno (el eterno tópico del ‘se han vendido’, hagan lo que hagan), pero que sin embargo no ha impedido que sigan con su propósito de ofrecer su música de manera gratuita (como Iratxo), además de poner al disco, en el ánimo de mostrar autenticidad, uno de los peores títulos que se recuerdan, por muy cierto que sea el momento que vivimos. (Lo siento amigos, os lo tenía que decir). ¿Y el contenido? Muchas ganas de demostrar el rocanrol que llevan dentro.
Whisky Caravan – Imaginaciones
Buen título para el nuevo disco de los remozados Whisky Caravan puesto que desde los comienzos conectan con ese público amante que imagina un presente como lo era el pasado, musicalmente hablando. Es una banda que en su insultante juventud de ocho años de vida ha despachado ya cuatro trabajos discográficos de estudio, uno de ellos doble y, en el caso de este último, con un metraje que casi llega a la hora de duración en sus catorce canciones. Discos a la vieja usanza, nada de consumo por píldoras o singles con colaboraciones para enganchar a otra gente, ni fórmulas fáciles. No. Y ese sigue su principal encanto incluso aunque la apuesta por la producción en esta ocasión haya buscado un cierto aperturismo sonoro para dotarlo de una capa más modernista con un productor como José Caballero (Izal, Shinova, Second, Miss Caffeina, La Maravillosa Orquesta del Alcohol…, muy vinculado al movimiento Sonorama, puesto que los estudios Neo Music Box se encuentran en Aranda de Duero, y al bodeguero Javier Ajenjo) más cercano al indie que al rock de trinchera. Pero que los viejos seguidores no se asusten, que todos los elementos de rock de tesitura oscura y tormentosa sigue estando presentas con una voz ampulosa, que equilibra densidad y melodía, y unas guitarras que nunca rehúyen la pelea. Catorce nuevos temas que esbozan un leve hilo conceptual y que, en los viejos tiempos antaño que citábamos al comienzo se hincharían a vender discos. El pecado no doloso de haber nacido en un tiempo equivocado pero refugio para sus seguidores, que debería ser cada vez más.
Lee el resto de esta entradaThe Juergas Rock Festival 2022. Viernes, 5 de agosto
Aunque sobre el papel daba bajón el que no hubiera conciertos acústicos matutinos en el Paseo Marítimo, como sí ocurría en las anteriores ediciones del festival, lo cierto es que se agradeció ese descanso extra para las jornadas siguientes. Así, The Juergas Rock Festival celebró el segundo asalto de su octava edición el pasado viernes, comenzando, con las pilas bien cargadas pasadas las cinco y media de la tarde, con más de doce horas por delante y en las que desfilarían por el escenario Ira Rap, El Último Ke Zierre, The Toy Dolls, Soziedad Alkohólika, SFDK, Dubioza Kolektiv, Boikot y Gomad & Monster, recogiendo así el testigo de sus predecesores (Kaótiko, Mafalda, Los Chikos Del Maíz, Reincidentes, Lendakaris Muertos, Califato ¾ y The Guilty Brigade). Un día de lo más heterogéneo, también el más internacional y eso que el festival supo reaccionar rápido a la espantada de última hora de Moscow Death Brigade. Una jornada a la que se uniría, entre los ilustres asistentes como Ferrán de Exceso o Sergi de Terral, el cantante y guitarrista de Gritando En Silencio, Marcos Molina. En la tarde de ayer se hacía balance oficial de una edición que cifra en 40.000 las personas asistentes a lo largo de los tres días (ya saben, el que acude a todo el festival, se cuenta por tres). Lo mejor es que tanto el Ayuntamiento de Adra como Berrintxe han aprovechado para ratificar su compromiso para que el festival de música se quede en la ciudad milenaria para la novena edición. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión -EUKZ, The Toy Dolls, S.A., SFDK- y el resto es de la organización).
Lee el resto de esta entradaCalexico – El Mirador
Hemos alabado en muchas ocasiones el carácter fronterizo de muchas bandas que sustentan su sonido en el rollo polvoriento, tejano, entre el género americana y el rock latino, o que, al menos, lo han transitado alguna vez. Echando una mirada rápida en el buscador me han salido referencias en nombres propios como Santero y Los Muchachos, Arizona Baby, Los Coronas, y lógicamente su fusión en Corizonas, la propia La Frontera, Carmencita Calavera, Guardafuegos, Amparanoia, Corazones Eléctricos, Carlos Ann, Álvaro Suite, el mismísimo Bunbury en muchas ocasiones, Los Tiki Phantoms, Igor Paskual, DMBK, The Surfin Limones, Pájaro, El Twanguero, La Destilería, Los Zigarros, Buenas Noches Rose, M-Clan, Quique González, Texas Resaca Blues, Silvio Fernández Melgarejo, Morgan, Malditería, Desvariados, El Toubab, Dead Bronco, David Varona y Los Perros Románticos, Qverno, King Sapo, ¡Pendejo!, Jenny and the Mexicats, Molotov, Gritando En Silencio, Leiva, Capitán Cobarde, Los Brazos, 091, Drunken Cowboys, 69 Revoluciones, Ciclonautas… y, cómo no, Depedro. Y lo dejo para el final porque es a través de él, al comenzar su carrera en solitario allá por 2008, cuando conozco a Calexico. Una banda liderada por Joey Burns (voz y guitarra) y John Convertino (batería) en la que se integraría al terminar la dedicación a los siempre recomendables Vacazul. De hecho, ellos fueron la banda de acompañamiento para su debut y, desde entonces, las colaboraciones han sido múltiples hasta el punto de que en todos los discos hay cameos, en este El Mirador incluido. El décimo de estudio propio, el vigésimo si contamos colaboraciones varias, bandas sonoras, versiones, EP’s y un largo etcétera.
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