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Ciudad Jara – La Velada del Lobo
A Ciudad Jara le cogió el arranque de la pandemia justo en la primavera y el verano que tenía firmadas numerosas fechas y festivales donde presentar su nueva propuesta, a caballo entre la clásica canción de autor reivindicativo y con esencia de folclor latinoamericano y esa épica más rockera de la banda que dejaba atrás. Su carta de presentación, Donde Nace El Infarto, era tan híbrida que lo mismo confirmaba festivales de corte ‘indie’ como Cooltural Fest o Sonorama, que de mestizaje como Rabolagartija y a buen seguro pintaba a ser incluido en aquel ‘interrumpido’ Viña Rock. En 2021 salió de gira en formato íntimo, con conciertos adaptados a las circunstancias, despachó la nada despreciable cantidad de más de treinta actuaciones bajo el nombre de Solo Nos Queda Una Espina, y en otoño decidió recluirse para dar forma a su segundo trabajo, Cinema. Un debut permite ubicar el punto situacional, el segundo es el que empieza a dibujar la trayectoria, de ahí su importancia. Y en esa segunda entrega Pablo refrendaba su camino alejado de viejas fórmulas, buscando ya sin ambages el ambiente intimista y de autor que combina la nostalgia de niñez con la mirada más madura. Lejos de proclamas y más de la reflexión. Con un halo conceptual, Cinema era la entrada definitiva de Pablo en un circuito que busca confidentes que escuchen más que seguidores que griten. Fruto de los conciertos de presentación del segundo álbum, Pablo y Tato James compusieron esta colección de temas en los que las frescura y la algarabía del directo se traduce en canciones muy optimistas, más ligeras y directas, que vienen a completar de alguna manera una trilogía variada que recoge todas las influencias y gustos sonoros de un Pablo que termina de quitarse cualquier tipo de amarre ni límite a la hora de cantar y llevar las canciones. La Velada del Lobo es una buena piedra de toque que sacude penas y le da una tesitura complementaria a todo lo planteado.
Lee el resto de esta entradaCorada: «Reflexión e impulsividad, ¡hacemos un rock donde las letras importan!»
Nunca es fácil echar a andar con una nueva banda, una nueva cabecera, un nuevo nombre con el que llegar al público, pero cuando tras dicha nomenclatura se encuentran músicos curtidos y experimentados ya en otras lides, como es el caso, está garantizada una calidad y solidez significativa de cara a afrontar la escucha de su debut. Es lo que ocurre con Corada y su estreno en el sobresaliente De Vuelta De Nada. En esta nueva formación en la que encontramos al dúo formado por Joanjo Bosk y Albert Serrano. A Bosk (voz, coros y letras) le tenemos ubicado desde los tiempos de Aspid, banda que acabó muriendo un poco en la incomprensión de su propuesta más lírica, y posteriormente como cantautor rockero más al uso, recordando autores clásicos de la canción catalana o haciendo un EP temático sobre bombardeos nazis en el 38 o el 39, como hizo años después convirtiendo “The Partisan” a “El Maquis”. Por su parte, Albert Serrano (arreglos, guitarras eléctricas, acústicas, mandolina, mellotrón, pads y hammond) ha sido guitarrista de estudio de numerosos autores del pop rock nacional e incluso se le ha podido ver de gira, que no es poca cosa, en los exigentes directos de Manolo García. Hemos tenido la oportunidad de mantener una larga y agradable charla con los dos protagonistas, que reflejan en su música una combinación de reflexión, energía, ilusión y ganas por hacer llegar al público el resultado de sus múltiples influencias, en un álbum de canciones muy cuidadas en sus melodías, textos y arreglos.
Lee el resto de esta entradaLos Discos del Año 2022 de RockSesión
Tómese esta selección como una guía para acercarse a lo que no se conozca. O a darle otra oportunidad a un disco que no te llamó en la primera escucha. Es complicado emplearse a hacer listas así, porque siempre te queda la sensación de dejarte fuera gente que merece estar dentro, por supuesto. Tampoco ayuda el hecho de que por mis oídos pasen trabajos de cualquier género y que esta casa nos vayamos tomando cada vez más licencias… Pese a todo, si escribiera de todo lo que escucho… se nos iría de las manos. Esa apertura hace más difícil seleccionar, ya que no es lo mismo elegir discos de un formato muy reducido y específico que de un prisma que incluye desde la canción de autor al metal. Lo que sí os aseguro es que pocas web de listas pueden decir haber escuchado casi el 90% de los más de 100 discos que habéis votado, más otros tantos que ni aparecen. Empiezo con las exclusiones. Como siempre, no hay EP’s (Mausoleo, Califato ¾, Rosy Finch, El Altar del Holocausto, Javi Robles…) ni directos (Vetusta Morla, M Clan, Depedro, Luz Casal, Los Deltonos…). Tampoco he querido incluir una serie de discos que, aunque nuevos, son regrabaciones de grandes canciones originales de antaño, como los de Calamaro (en este caso con material extra), Boni, Uoho, Ilegales, Flitter… Quiero hacer mención especial a una hornada de bandas rockeras jóvenes, de esas que están nacidas a conservar la llama, si es que no se cansan antes de darse contra un muro (sobre todo Whisky Caravan y también A Deshoras, Descendientes, The Nadies, Impedanzia, El Bombo, Indocentes, Menta, Kitai, Huracán Rose, Pablo Fugitivo…). Hay gente curtida a la que es difícil llegar a sus propios cénits conocidos, pero que se han aplicado a un muy buen nivel este año y una vez más (Airbag, Elefantes, Kaótiko, Manolo García, León Benavente, Warcry, José Antonio García, Nacho Vegas, Loquillo, Gatibu, Sidecars, Viva Suecia, Second, Diego Vasallo, Vega, la valentía anticomercial de Rozalén…). La música y su disfrute son tan subjetivos que se puede hacer otra selección de 24 con los que he citado, de lo más recomendables. La lista intenta equilibrar la amplitud de géneros que tocamos y entre lo previsible y lo meritorio. Intentando valorar especialmente a algunos discos que han podido pasar desapercibido para públicos no específicos, pero que creo que por calidad trascienden su propio círculo de actuación. Dicho esto, vamos, por décimo año: estos son los ochos oros, platas y bronces de RockSesión. Disparen al pianista en twitter.
Lee el resto de esta entradaElefantes – Trozos De Papel / Cosas Raras
Se me hace imposible creer que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad no pueda sentir una gran simpatía por Elefantes. Una banda que hace de la emoción algo terriblemente bello gracias a las melodías vocales y registros de Shuarma, acompañado por unos músicos que saben arropar a dotar a cada una de las canciones del armazón necesario para que todo acabe siendo irresistiblemente hermoso. No significa eso que todos sus discos y canciones lo consigan en la misma medida, puesto que no hay fórmulas magistrales, pero sí que es un denominador común, una constante, que se ha sucedido en mayor o menor grado a lo largo de una ya amplia discografía que comenzó en 1998 con El Hombre Pez, que se sublimó de manera excepcional en Azul (2000), su acústico (2001), La Forma De Mover Tus Manos (2003, más reedición en 2004) y Somos Nubes Blancas (2005). Fue entonces cuando su cedé y deuvedé en directo, Gracias, sirvió de despedida casi definitiva en 2006, hasta que por sorpresa regresaron, con la sabiduría que da la experiencia, con un inquietante El Rinoceronte en 2014. Una gira de regreso celebrada por todos, reencontrándose con unas formas de entender la música tan personal que sería incapaz de citar a un grupo similar a ellos. Nueve Canciones De Amor y Una De Esperanza, en 2016, se convirtió en un monográfico sobre los distintos estados y estadios de amor, para lanzar en 2018 La Primera Luz Del Día, para mí su único disco ‘fallido’ y en el que no sentí la emoción de la que he hablado al principio. Me decía Shuarma en una entrevista en 2014 que “cuando escuchas un disco sabes cuándo ha nacido por la necesidad de ser creado y cuándo es por obligación”. Quizá ese fuera el motivo. Por eso, con algo de miedo afronté las escuchas de esta nueva entrega y, ahora sí, les reconozco de nuevo en otra muy buena colección de canciones.
Lee el resto de esta entradaViva Suecia – El Amor De La Clase Que Sea
Pese a haber tardado tres años en publicar nuevo disco (aunque parece claro que el motivo obedece más al periodo ‘estático’ de pandemia que a una cosa propia), la carrera de los murcianos Viva Suecia sigue una envidiable trayectoria meteórica desde que en 2014 debutaran con un EP homónimo, producido por otro artista al que seguir la pista como es Neuman (Paco Román) de la mano del siempre recomendable sello discográfico Clifford Records que, a día de hoy, seguía siendo la referencia más vendida de su historia, gracias a ese ascenso meteórico que ha vivido la formación compuesta por Rafa Val como cantante y guitarra, Alberto Cantúa a la guitarra, Jess Fabric al bajo y Fernando Campillo a la batería. De 2016 a 2019 despacharon tres discos con otro tótem de la independencia discográfica como es Subterfuge Records (La Fuerza Mayor, Otros Principios Fundamentales y El Milagro, disco con el que el que me enganché a ellos) y este El Amor De La Clase Que Sea viene a ser ese esperado pero siempre controvertido paso a multinacional, en este caso de mano de Universal Music. Un paso que dan en firme y con seguridad, con cambio de producción incluida, pasando de Carlos Hernández en los últimos discos a esos referentes propios que son Santos & Floren (Santos Berrocal y Florenci Ferrer), habituales de nombres como Love of Lesbian, Izal, Sidonie, Veintiuno, Elefantes, Chica Sobresalto o Ciudad Jara, la banda de Pablo Sánchez de La Raíz. Por primera vez también aparecerán colaboraciones desde el estudio. Tres generaciones distintas, por orden de aparición y, de menor a mayor: Dani Fernández, Leiva y Luz Casal. El Amor De La Clase Que Sea, en suma.
Lee el resto de esta entradaTanxugueiras – Diluvio
Parece haber pasado un mundo pero fue hace dos años y medio cuando rompía en la web una nueva lanza para otro verso alejado del rock que da título a nuestra cabecera, pero que os traía como propuesta de ser conocida: Tanxugueiras. En febrero de 2020, antes de que el virus que veíamos por la tele en China acabara demostrando, nunca mejor dicho, que ‘non hai fronteiras’, traía a esta casa la crítica de Contrapunto, su segundo disco, diciendo de aquel álbum que “juega con una línea argumental conceptual, en la que la cara positiva y la negativa de la vida, tan real, se dan de la mano para dibujar un disco lleno de emociones vívidas y una intensidad tan latente que, aquí la clave, no desentona como crítica en una página web de Rock” y, concluía, “no hacen falta guitarras eléctricas para sentir el rock en el pecho”. Un año después, en febrero de 2021, fruto de meses de intenso trabajo, el trío formado por Sabela Maneiro, Olaia Maneiro y Aida Tarrío, estrenaba ‘Midas’, el primero de los cortes avanzados de lo que, a la postre, es Diluvio, su tercer larga duración que viene con Calaverita Records. Mi sorpresa ante el nuevo salto de valentía me llevó a tuitear: “En el adelanto de su tercer disco, apuntan a territorios urbanos sin perder esa esencia (de música tradicional gallega). Cuando sea mainstream, recordad que os presenté a Tanxugueiras”. Después llegaría la revolución generada en torno a su participación en Benidorm Fest que, más allá del ruido, multiplicó la difusión de un nombre que, honestamente, ya considero necesario dentro de un panorama musical como reacción a lo quirúrgicamente clonado. Propuestas que dan una vuelta al folclore para adaptarlo a nuevos códigos, como bien han hecho Rodrigo Cuevas en Asturias o Califato ¾ en Andalucía. Y además sus canciones tienen mensajes de defensa al amor libre (y propio), frente a la avaricia, la codicia o la envidia, los totalitarismos o la tiranía de la imposición de cuerpos normativos. Como a Sabina, nos sobran los motivos para que vuelvan a estar aquí.
Lee el resto de esta entradaThe Juergas Rock Festival 2022. Sábado, 6 de agosto
Aunque he tenido centenares de conciertos estos años pandémicos, muchos de ellos tan de continuo que a veces parece que vivo en un festival constante, según la temporada, es cierto que The Juergas Rock 2022 ha permitido recuperar esas sensaciones ‘maratonianas’ de afrontar tres días de más de 10 horas de trabajo diario. Una percepción que se hizo más palpable si cabe en la tercera de las sesiones, la del sábado, 6 de agosto. Así, tras venir de cubrir el jueves a Kaótiko, Mafalda, Los Chikos Del Maíz, Reincidentes, Lendakaris Muertos, Califato ¾ y The Guilty Brigade, y el viernes a Ira Rap, El Último Ke Zierre, The Toy Dolls, Soziedad Alkohólika, SFDK, Dubioza Kolektiv, Boikot y Gomad & Monster, llegaba el momento de un tercer round, en este caso con poca concesión al descanso. En el cartel: Xavi Sarriá, Tropa Do Carallo, Segismundo Toxicómano, La Pegatina, Zoo, Desakato, Los De Marras y Nativa. Se cerraba así una edición que ha sido tomada por todos como un encauzamiento satisfactorio, por todo lo que ya indicaba el jueves. La nueva organización ha dado con la tecla, el ayuntamiento y los vecinos siguen encantados con la causa y el público estuvo a la altura con 2.000 entradas más al día con respecto a la edición de 2019. Hasta en lo tecnológico con las pulseras de Idasfest, habituales en otros festivales como Mad Cool, Medusa Festival o Viña Rock. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión, excepto Los De Marras y Nativa, que son de la organización).
Lee el resto de esta entradaRanking de presencias en Viña Rock y playlist 25º aniversario
27 de abril de 1996: Extremoduro, Los Enemigos, Los Porretas, Australian Blonde, Platero y Tú, Lagartija Nick, Manolo Kabezabolo, Los Planetas, Mercromina, Pelotazo, Próxima Apertura, Cara B y Dogmáticos. Estas son las bandas que formaron el cartel del ‘Primer festival nacional de música apocalíptica Viña Rock’, celebrado en el campo de fútbol de Villarrobledo, en Albacete. El inicio de una saga que cumple este año su vigesimoquinto aniversario después de los obligatorios barbechos de 2020 y 2021, pandemia mediante. ¿En cuántas ocasiones te has preguntado el número de veces que ha habrá estado determinada banda en el festival? ¿Quieres hablar con conocimiento de causa y con los datos en mano? Como después de 11 años consecutivos estando al pie del cañón este año no cubriré el festival, se me ocurrió computar numéricamente esos datos y, ya puestos, hacer una playlist conmemorativa por sus Bodas de Plata, situando a los grupos por orden de presencia en el festival. Los datos son más que curiosos porque, personalmente, me sorprende la incuestionable variedad que presenta la lista (hasta 892 nombres, incluyendo también los escenarios de rap, reggae, etcétera). Tenéis aquí la lista completa, abrumadora y muy significativa. Al menos me lo parece. Como curiosidad, también merece tomar consciencia que artistas como Estopa, Pereza o Bunbury han pasado por Villarrobledo. No os hago más spoilers. Os invito a leer la lista de nombres y cifras con calma y dejaros sorprender por lo mucho o poco de cada cual. Os dejo con el Ranking de presencias en Viña Rock y playlist 25º aniversario. Salud.
Lee el resto de esta entradaLa Pulquería – Corridos De Amor (2004)
Fue al hilo de la crítica de Santero y Los Muchachos la pasada semana cuando fui consciente de nuevo en que no había traído a La Pulquería a la crítica remember de los viernes. (Insisto una vez más en el concepto, que cerca de llegar a las trescientas retrospectivas, todavía queden bandas tan significativas por aparecer dice bastante de lo mucho y bueno que tiene nuestro rock). La Pulquería fue una banda valenciana que dignificó bastante eso a lo que se llamó mestizaje, en unos años en los que el formato no daba para más y la sorpresa brillaba por su ausencia. Sentados en un parque y bien de alcohol, jugando con las guitarras, comenzaron a tontear llevando rancheras a sonidos de rock, punk y heavy metal y poco a poco lo que comenzó como una broma etílica acabó siendo un pelotazo de lo más resultón y exitoso. Lo dejaron reflejado en cinco discos, del que Corridos De Amor fue el primero de ellos. Después vendría C’Mon Fandango en 2007, Hey, Ho, Chingón, un directo, en 2008, Fast Cuisine (la suma de tres EP’s) en 2010 y, tras un primer amago de adiós de casi tres años de duración, un último disco llamado Lobo De Bar, publicado en 2016. Desde entonces, Miguel Ángel Escrivá marchó con su hermano y se volcó en Santero y Los Muchachos y Gerard Sanz creó una banda bajo el nombre de su apodo de guerra ya en los años de La Pulquería, Huracán Romántica. Quizá ‘el problema’ fue que era difícil seguir dando contenido a una broma y los intentos por buscar otros aires o cosas un poco menos gamberras desnaturalizaron a un grupo que era pura combustión en directo. De hecho les recuerdo un Viña en el que posiblemente estaban más cargados ellos que el público. Que nos quiten lo bailao, que dirían Los Canallas y, años antes, El Mejorano.
Lee el resto de esta entradaSexy Zebras – Calle Liberación
Cuando uno nace en el corazón del barrio de Hortaleza, donde nació Luis Aragonés, Porretas, Radio Enlace o la bodega Cobela, donde Robe iba a llevar su primera maqueta de Extremoduro hace más de treinta años, donde se podían recorrer otros bares como Cendejas, Templo Rock o el viejo Quinto Pino, donde estaban los locales de ensayo Papi por donde desfilaron, entre otros, Leño y Obús, y están los estudios Oasis, pues es normal que si te da por hacer un grupo la cosa salga bien de autenticidad y ganas de marcha y distorsión. Es lo que ocurrió hace 17 años con Sexy Zebras que, por más que intentarán rebozar su música de algunos clichés más modernos que les ha llevado a ser incluidos en festivales de corte ‘indie’, han llevado siempre dentro un poco de ese toque urbano más cazallero y visceral que también les ha hecho estar presentes otro par de años, por ejemplo, en Viña Rock. (Pocos grupos me vienen a la cabeza que en el mismo año hayan tocado las dos ‘vertientes’ carteleras, DMBK es quizá el ejemplo más cercano en el tiempo). El trío, que sigue contando con sus fundadores Gabriel Montes (bajo y voz) y José Javier Luna a la guitarra, y que incorporó al hermano del segundo, Jesús, tras la salida del baterista Samuel Torío, toma la calle del barrio para reencontrarse con muchos de sus elementos iniciales para sumar a su descaro una buena dosis de sinceridad y visceralidad más personal que impostada. La crudeza de títulos provocadores da paso a la apertura más sincera y nos ofrece un disco de rock, puro y crudo, con mucha distorsión, bases contundentes y una paleta de sonidos todavía más genuina que en la de álbumes anteriores. A morder.
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