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Los Zigarros – ¿Qué Demonios Hago Yo Aquí?
Hablar en términos de pureza conlleva pisar ciertas líneas conceptuales que los interesados en la confrontación pueden utilizar con (extrema) facilidad para señalar con el dedo a quienes no son como ellos. La mezcolanza, la integración, la evolución… es necesaria en todo arte y disciplina. En la vida. En la música también, por supuesto. Aunque también hay que dejar claro que no todo vale, que es necesario hacerlo con conocimiento, con trabajo, con seso, en definitiva. Y es que, como en la cocina, mezclar ingredientes puede resultar un auténtico desastre o dar pie a descubrir nuevos sabores en combinación. Antes de entrar en terrenos pantanosos conviene tener las cosas claras: para ello, el arquetipo es necesario. También que se mantenga en el tiempo, que no se limite solo a grabaciones, fotos o libros. Que la llama siga encendida, de manera vívida y coetánea los patrones clásicos de un género. Si hubiese un vacío musical de medio siglo y alguien preguntara cómo se hace en castellano el rock and roll de vieja escuela, de maneras firmes, cánones claros, de manera fiel y fidedigna a los parámetros que iniciaron los viejos maestros, la respuesta sería clara: Los Zigarros. Un grupo cuyo desarrollo casi ha ido a la par que esta casa. Por eso, les tengo especial cariño. He escrito de sus tres discos de estudio, los he visto en festivales en formato ‘mala hora’ y en formato ‘prime time’ (BB El Cabo, Viña Rock) o teloneando a Leiva, los he entrevistado y hasta les he dedicado un #Mis10de… No iba a ser menos con la publicación de su primer doble disco y deuvedé en directo en el que, además, estuvieron acompañados por una lujosa corte de invitados: Carlos Tarque, Carlos Raya, Fito Cabrales, Leiva, Aurora García, Ariel Rot y Ángel Wolf. La ceremonia del puto rocanrol. Que siga vivo.
Lee el resto de esta entrada#Mis10de Los Zigarros
Últimos fin de semana del mes, nuevas entradas en la sección de #Mis10de. Vamos con octubre. En el sábado, día doméstico, nos quedamos con Los Zigarros, antes de que saquen otro disco el año que viene y lo pongan más difícil. Sin prisa pero sin descanso, Los Zigarros suman y siguen en su camino por el rocanrol más clásico y genuino destinado a públicos mayoritarios. Y es meritorio que lo hagan sin perder un ápice de autenticidad y que, incluso, como en su última entrega, sea con cierta valentía y arrojo para endurecer ciertos sonidos, sacrificar las tonadas más bailables y aprehensibles por otros territorios más de vieja escuela. A estas alturas, después de dos discos que se colaron ambos en las medallas de los Discos del Año de esta casa, y el tercero en camino, negar que estos chicos valencianos me caen en gracia es absurdo. Pero claro, el status (con Quo y sin Quo) hay que mantenerlo con buenas canciones, buenos álbumes y buenos directos. Y de todo ello siguen en plena forma Álvaro y Ovidi Tormo, a las guitarras, con Adrián Ribes a las baquetas y Nacho Tamarit al bajo. Textos accesibles, guitarras que nunca decaen y unos compañeros de viaje de lo más solvente para una banda que lleva camino de convertirse en imprescindible… si es que no lo es ya. Estos son #Mis10de, aunque en los últimos puestos igual serían otros en otro momento. (FOTO: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión)
Los Zigarros – Apaga La Radio
Sin prisa pero sin descanso, Los Zigarros suman y siguen en su camino por el rocanrol más clásico y genuino destinado a públicos mayoritarios. Y es meritorio que lo hagan sin perder un ápice de autenticidad y que, incluso, como es el caso, sea con cierta valentía y arrojo para endurecer ciertos sonidos, sacrificar las tonadas más bailables y aprehensibles por otros territorios más de vieja escuela. A estas alturas, después de dos discos que se colaron ambos en las medallas de los Discos del Año de esta casa, negar que estos chicos valencianos nos caen en gracia es absurdo. Pero claro, el status (con Quo y sin Quo) hay que mantenerlo con buenas canciones, buenos álbumes y buenos directos. Y de todo ello siguen en plena forma Álvaro y Ovidi Tormo, a las guitarras, con Adrián Ribes a las baquetas y Nacho Tamarit al bajo. Diez temas en poco más de media hora con Apaga La Radio que les coloca un peldaño por encima de su propia dinámica. Textos accesibles, guitarras que nunca decaen y unos compañeros de viaje de lo más solventes para una banda que lleva camino de convertirse en imprescindible… si es que no lo es ya.
Leiva y Los Zigarros. 19 de agosto
“Ya comprendí la situación, hermano soy del rocanrol”, cantaba Barón Rojo allá por los años ochenta. Como en el póker, las dobles parejas de hermanos con los Conejo Torres, Leiva y Juancho, y los Tormo Martín, Ovidi y Álvaro, en Los Zigarros, hicieron las delicias de los amantes del rock más clásico, ese que es solo rocanrol pero nos gusta, anoche, en el nuevo recinto de conciertos del Ferial de la Vega de Acá. Era la primera de las cinco convocatorias que se desarrollarán en este espacio durante #AlmeriaenFeria, organizadas por el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería. Más de dos mil personas asistieron a un espectáculo en el que el protagonismo tenía las formas curvadas de Fenders y Gibsons. Un manual de estilo a lo Kubrick, un ejercicio de género canónico donde los riffs se engarzaron uno tras otro, con solos rítmicos cabalgando sobre las bases estilosas y estribillos de golpeo inmediato. (Crónica que he realizado para el Área de Cultura. Fotos: Eva Zetta).
Los Zigarros: “¿Quién quiere una acústica cuando tienes una SG y un Marshall?”
Álvaro y Ovidi Tormo lideran Los Zigarros, algo así como lo que ya se empieza a conocer como ‘la gran esperanza blanca del rocanrol’. Directos, macarras, divertidos… Después de curtirse (y también darse a conocer mucho más, claro está) en la gira de Fito & Fitipalidis, su segundo disco es la confirmación que estos hermanos están tocados por la barita mágica de Chuck Berry y todos los grandes del género. A Todo Que Sí es su flamante nuevo disco, que apunta con balas más mortíferas si cabe que en su debut. Igual tocan en un festival pseudo indie que en el Viña Rock de esta semana. Igual telonean en un gran estadio que se tiran al barro en pequeñas salas sin grandes escenarios. Los Zigarros son esencia de Rock y en RockSesión hablamos con Álvaro.
Los Zigarros – A Todo Que Sí
Con Los Perros Del Boogie ya me llamaron la atención, pero los hermanos Tormo, Álvaro y Ovidi, se ganaron mi respeto con su álbum debut epónimo. Un disco al que le di, sin dudarlo, uno de los oros de los discos del año de esta casa, allá en 2013. De aquel álbum seleccioné uno de mis diez temas el día que piloté El Vuelo Del Fénix en Radio 3, ‘Antes De Los Muertos’. Entre los resultados meritorios de aquel estreno, ser elegidos para abrir todos los conciertos de Fito & Fitipaldis en la gira de presentación de su Huyendo Conmigo De Mí. Después de casi un centenar de conciertos entre una gira y otra, Los Zigarros se han ganado una meritoria fama que ha hecho que las miradas (y oídos) ante el lanzamiento de su segundo trabajo, este A Todo Que Sí del que todo el que lo prueba habla. La línea es similar, pero sí que se aprecian ciertas diferencias entre una entrega y otra.
Los Zigarros – Los Zigarros
Los Zigarros es el nombre (para mi gusto poco atractivo) de la banda formada alrededor de los valencianos hermanos Ovidi (voz principal y guitarra) y Álvaro Tormo (guitarra principal). A priori dos nombres que no dicen nada en primera instancia, pero que te hará sonreír y despertar la curiosidad si recordamos que eran la parte visible de aquellos prometedores Los Perros Del Boogie. Formación que llegó a telonear a AC/DC con tan solo un disco en el camino Con Desprecio y Entrega, de donde se extrajo aquel urgente ‘De Nada Sirve Hacerse Mayor’. Dos gigantes de los negocios musicales como Universal y Last Tour International vieron claro que el potencial era enorme y los ficharon para su sello y management respectivamente. Ya, ya, pero, ¿y el disco, qué tal?
Santero y Los Muchachos – Royal Cantina
Como tantas bandas, los hermanos Escrivá, Miguel Ángel y Josemán, también tuvieron que ir adaptando sus planes sobre la marcha a la par que se iban desarrollando los acontecimientos y las incidencias de la pandemia. Con un excepcional Rioflorido como segundo trabajo discográfico, el grupo demostró en eléctrico todas sus capacidades melódicas y armónicas en su propuesta musical que podemos situar entre finales de los años cincuenta y principio de los setenta, pero que no por ello está exento de variedad, como ya ocurriera en su anterior entrega. Por el viaje tendremos el denominador común de country rock que no se achanta si tiene que tamizarse con aderezos de bolero, blues, ranchera y hasta algún arreglo celta… Ahora vienen con este disco doble, no por duración sino por concepto, en el que ofrecen su lado ‘continuista’ en la propuesta por la distorsión justa y el buen gusto en Royal y el lado más crudo, acústico y menos procesado de Cantina. Parece lógico que el grupo opte por mostrar sus dos caras y no rechace ninguna de ellas si tenemos en cuenta que el año pasado, dadas las circunstancias, decidieron apostar por un formato reducido y desenchufado para sus conciertos. De ese espíritu nos llevan a Cantina, canciones de bar… Pero es que Royal viene a ser lo mismo porque hay músicas e historias que salen por igual del corazón que de la confesión con un buen amigo en una barra. El mayor logro de esta doble concepción es que funcionan bien por separado pero, a la vez, podríamos intercalar los temas con total aleatoriedad que el resultado seguiría siendo igual de coherente. Siguen envidando a grandes, los Santero.
Lee el resto de esta entradaNéstor Rausell y Los Impostores – Placeres Vacíos
Suma y sigue Néstor Rausell forjando una sólida y coherente trayectoria en solitario, pese a su juventud, después de que saliera de Stuntmen para liberarse de los corsés que impone siempre una banda y que se diluyen cuando te plantas con tu nombre propio y un grupo acompañante (sin importar que muchos de esos músicos sean también del grupo anterior). Como ocurriera en Carreteras, que me dio buenas sensaciones como di testimonio hace poco más de dos años, Rausell se acompaña para la ocasión del cuarteto formado por Cristian Quílez y Jorge Ruiz a las guitarras, Dídac Corbí al bajo y Niko Fernández a la batería y, corto y al pie, Placeres Vacíos viene a ser considerado como su primer larga duración aunque se quede en menos de treinta minutos y los ocho temas. (Eterno debate sin solución sobre el dónde están los límites de una y otra cosa). Si entonces elogiábamos su capacidad para aligerar la pesadumbre del terreno del rock de autor sin por ello tener que fruncir el ceño para “hacer crecer a unos de esos solistas del rock a los que parece que siempre se les pide más autenticidad que al resto, además de doctorados en folk, americana, bluegrass, country, blues, etc”, este Placeres Vacíos consigue el mismo efecto, si bien aumenta la graduación etílica, con mayor peso en la distorsión y mayor velocidad y hedonismo en las formas. De nuevo, recomendado. Lee el resto de esta entrada
Los Discos del Año 2019 de RockSesión
Es complicado ponerse a hacer listas así, porque siempre te queda la sensación de dejarte fuera gente que merece estar dentro. Así que, como siempre, ha de tomarse como una guía para acercarse a lo que no se conozca. O a darle otra oportunidad a un disco que no te llamó en la primera escucha. Tampoco ayuda el hecho de que por mis oídos pasen trabajos de cualquier género. También el hecho de que haya sido un año muy ajetreado me ha impedido escribir de todos los discos que hubiese querido, por eso hay algunos de los que no hay crítica completa. Pecata minuta. También excluyo como siempre EP’s (Lichis y Rubén Pozo, Sínkope, Onza, Los Acordes Rotos, Luter…) y directos (Josele Santiago, Piperrak, Los De Marras, Rosendo, Poncho K, Bunbury…). Entre las ausencias por diversos motivos, pero de los que recomiendo su escucha, os cito unos cuantos: Rocío Márquez, Kiko Veneno, los dos post-Raíz Nativa y Valira, el suma y sigue de The Buyakers, el nuevo camino de Vita Imana, los resurgimientos en solitario de Leo Jiménez y Jose Andrea, la vuelta al buen camino de Mägo de Oz o el disco a la altura de la leyenda de Obús. Por séptimo año, estos son los ochos oros, platas y bronces de RockSesión. Disparen al pianista.