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Boni – Nada Más
Escribía hace unos días, al hilo del doble concierto de despedida de Siniestro Total desde el Wizink Center que “Julián Hernández y Miguel Costas, que dejó la banda en el 94, y el resto de músicos han dado un ejemplo magistral de cómo se debe actuar en situaciones que merecen enterrar divisiones, ofreciendo la despedida perfecta para quienes soñaban volver a verles en escena juntos”. Un concepto similar se puede aplicar a este doble cedé y triple vinilo en el que hasta 26 bandas (que realmente son 27 porque uno de los temas reúne a dos) rinden honores a Boni, nuestro Boni, fallecido en enero de 2021. Lo hacen por méritos propios, porque su legado merece ser recordado, reivindicado y redifundido para los distintos seguidores de cada uno de los grupos participantes. Pero también porque el álbum tiene una labor altruista de cara a la familia de Boni, puesto que los beneficios serán para ellos. Un trabajo descomunal que se ha gestado gracias a la cabeza siempre pensante y leal, sujeta a códigos de honor hoy en peligro de extinción, de Kutxi Romero, que ha tirado de rock-agenda (además de de Kolibrí para la parte técnica) para reunir a esta jauría de aullidos para rendir tributo a una de las figuras esenciales de nuestra música (Muchas de ellas me las puso en su móvil en aquella tarde – noche – madrugada de agosto pasado). Por eso hay mucha escuela navarra, mucho grupo cercano al universo cercano a Berriozar, pero también sus viejos compañeros, sus alumnos más aventajados, otros nombres más lejanos y hasta alguna sorpresa fuera del género. Como decía, la ocasión lo merecía (en esta casa le despedimos con un artículo de esos de corazón en el teclado) y la persona todavía más. M-Clan, Rosendo, Rulo y La Contrabanda con Fito Cabrales, Tahúres Zurdos, Izal, Miss Octubre, Los Zigarros, Sínkope, Reincidentes, Ciclonautas, Dikers, Leize, Malaputa, El Drogas, Marea, Rozalén, Sôber, Tropa Do Carallo, La Fuga, Jesús Cifuentes de Celtas Cortos, Bocanada, Koma, Desakato, Parabellum, Porco Bravo y Uoho se suman a la pleitesía, que culmina con un inédito del propio Boni. Pasión por el ruido.
Lee el resto de esta entradaEntrevista a Kutxi Romero: “Rockeros en este país quedamos cuatro y por eso estamos en la obligación de cuidarnos entre nosotros”
Por mucho que uno sepa de la persona que va a entrevistar o que haya crecido con ella, viendo sus evoluciones como personaje público, uno siempre tiene la duda de cómo se va a desarrollar la entrevista por primera vez. Realmente, incluso haya habido más de una. Es la eterna incertidumbre del periodista que aún conserva las mariposas en el estómago porque, imagino, no ha perdido la ilusión por su oficio todavía. El recuerdo de la primera entrevista con Kutxi fue especial por muchísimos motivos. Por ello, porque se cumplían seis meses sin mi padre y quería hablarle de ‘Pájaros Viejos’, que luego dedicó en el escenario aquella noche… Sobran motivos. Fue, eso sí, una entrevista muy guionizada. Sin embargo, cuando volví a coincidir y a entrevistar a Kutxi en el marco de Escenario Literario (compartió sesión con el bajista Rafa J. Vegas, de Rosendo), los momentos previos hablamos tanto sobre música, libros, actualidad con una naturalidad tan grande, que con motivo de su regreso a Almería en el marco de su gira acústica, le propuse a la familia del Dromedario el hacer un encuentro sin guión. Una conversación grabada, que se pudiera luego transcribir y dar testimonio. A lo que saliera. La respuesta de Kutxi no solo fue un “al Chayi, lo que quiera”, sino que me dieron su móvil para que pudiéramos concretar la hora por nuestra cuenta. Finalmente, entre sus conciertos de la semana y mi estrés en la oficina, quedamos tras la prueba de sonido el mismo día del concierto, que pude contemplar gustosamente. Al terminar, nos sentamos en la zona del backstage como dos anacrónicos en la terraza de un bar. Por el camino, su ‘familia nómada’ y también su hijo, entrando, saliendo, interviniendo, ayudando, bromeando, participando… Dos horas bastante especiales que dieron para más de esto, pero que en esto se queda. Salud. (FOTOS: Juan Jesús Sanchez Santos para RockSesión, realizadas durante el concierto que ofreció a continuación).
Lee el resto de esta entrada#Mis10de Marea
Este 2019 está siendo el año de Marea. La banda de Berriozar ha dado en la diana con El Azogue, un álbum que ha recuperado las sensaciones que se perdieron por el camino de la sobreproducción y tecnificación de En Mi Hambre Mando Yo, que adolecía de muchos de los ingredientes que han enamorado a los amantes del rock con hechuras poetas. La espera de ocho años sin disco y algo menos sin poder verles en directo se ha hecho larga pero no han reducido las ganas de verles. Para prueba, las cifras por miles en cada concierto (más de 120.000 entradas vendidas para la gira hasta el momento), los 30.000 de la Caja Mágica, la próxima primera salida a Europa en el mes de noviembre… y de postre el anuncio, hoy, de que serán teloneros de Bon Jovi. Es la gira rockera del año y, con permiso de Extremoduro, no hay grupo en España capaz de llenar los recintos que ellos llenan en casi las 50 provincias que se van a hacer de gira. A mí me tocará verles en agosto (precisamente se ha cerrado el sorteo de invitación doble que tenía abierto) y entonces comprobaré si la vuelta a los escenarios, si su puesta en escena y el espectáculo también está a la altura de lo que dicen las buenas lenguas. Por el momento, Marea hoy protagoniza la reedición de #Mis10de. Disparen al pianista. Lee el resto de esta entrada
Marea – El Azogue
El pasado viernes veía la luz El Azogue, el séptimo disco de estudio de Marea. Que son los de siempre: Kutxi Romero a la voz y letra, Kolibrí Díaz a la guitarra y producción, César Ramallo a la guitarra, Eduardo Beaumont El Piñas al bajo y Alén Ayerdi a la batería. Diez nuevas canciones que llegan como maná a los amantes del rock de hechuras poéticas. El que de alguna manera ‘fundó’ Roberto Iniesta con Extremoduro y del que el quinteto de Berriozar, con Kutxi como letrista, son sus más avezados alumnos. Y efectivamente, tiene razón Romero (no tanto en otras cosas) cuando dice que son ellos el último gran grupo del rock (a secas) en llenar pabellones en buena parte del país. También es cierto que ocho años son demasiados y que este El Azogue nace con flemas de Chinese Democracy. Un álbum que debería haber estado mucho antes, pero que distintos condicionantes de salud de Kutxi, Alen y Kolibrí, han ido retrasando hasta casi el año y medio. De esos ocho años de barbecho nos quedará un sobresaliente disco en acústico del poeta; un sello discográfico, que entre otras cosas ha encumbrado a Robe al Olimpo, y Ciclonautas del baterista; Malaputa del bajista; y una buena colección de discos producidos el guitarra solista. El tiempo, ya se sabe, tan caprichoso y subjetivo… y poderoso, como una magdalena de Proust. ¿Ha valido la pena esperar tanto?
L4 Red – Libera La Acción
Admiro la capacidad (¿necesidad?) que tienen músicos que han tocado el cielo con grandes recintos, pabellones, estadios y aforos por miles y que, una vez cerrada (total o parcialmente) la banda madre, no tienen problemas en partirse la cara en escenarios pequeños, en el germen romántico del rocanrol belicoso. Tenemos como ejemplo a los buenos de El Piñas y Alen Ayerdí de Marea en Malaputa (ya extintos) o Ciclonautas, respectivamente; de Joxemi (Ska-P) en su día con NoRelax; del trío de músicos de Extremoduro, sobre todo Iñaki Antón, con Inconscientes. Otro de esos grupos sin los que el rock duro no hubiera sido el mismo en las últimas décadas (especialmente el metalero) es Héroes del Silencio. Además de Bunbury, las guitarras Valdivia y el bajo de Joaquín Cardiel, no podemos olvidar el motor a la batería de Pedro Andreu. El maño vuelve a las baquetas en L4 Red, tras probar como vocalista y guitarra en Puravida y compartir experiencias experimentales en DAB (Digital Analog Band) con DJ Aka Positive. Rocanrol que se desliza entre el clásico hard y sonoridades más abiertas al romanticismo del pop-rock de querencia acústica en este su primer largo.
Rat-Zinger – Larga Vida Al Infierno
Se equivocó la paloma, se equivocaba. Se equivocaban todos aquellos que vieron en el Rock’n’Roll Para Hijos De Perra cierto reblandecimiento en el espíritu criminal y visceral de Rat-Zinger. La quinta entrega de la banda bilbaína tras Cartas Al Vaticano y Crónicas De La Destrucción, el citado y el recopilatorio con algún tema inédito sacado hace menos de un año es un mazacote de poco más de media hora y trece temas donde no hay paz para nadie. Si en el tercero en estudio se apreciaba una producción ‘modernista’ por parte de Carlos Creator, con algún efecto, con algún guiño al after punk más oscuro, en Larga Vida Al Infierno encontramos una especie de ‘vuelta atrás’ (que es más bien vuelta de tuerca) para presentar un sonido aguerrido, vieja escuela, casi evocador de los dos primeros. También los temas van en consonancia, hay poco single y sí mucho motor pisado a fondo. Con espuma en la boca y el cuchillo, ya manchado de sangre, entre los dientes. Rat-Zinger sigue en la apisonadora y esta vez le han dado más caballos para correr más.
Vuelo 505 – Turbulencias
The Rolling Stones publicaron Aftermath en 1966. Era su cuarto trabajo discográfico, un álbum variado en sus formas y que les confirmaba en el buen camino. Aquel disco contiene uno de mis temas ‘no populares’ favoritos de la banda, ‘Mother’s Little Helper’ (número 6 en #Mis10de), y también otras joyas como ‘Stupid Girl’, ‘Lady Jane’, ‘Out of Time’ o ‘Under My Thumb’, la joya de la corona. Además, la versión norteamericana del álbum (esas cosas que se convierten en obsesión para los seguidores más acérrimos) se llevaba un premio gordo extra, ‘Paint It, Black’. En cualquier caso, en ambas ediciones la cara B se abría con el tema ‘Flight 505’. Un título del que se vale esta banda riojana liderada por Rubén Fernández-Soto para tomar como cabecera. Turbulencias es su carta de presentación que viene con doce escales en un viaje por las nubes con producción de Kolibrí Díaz de Marea. Aunque no es tan fiero el trayecto como se advierte.
Los Discos del Año 2014 de RockSesión
Como instauré el pasado año, se dividen en tres grupos: oro, plata y bronce. En cada uno de los grupos, ordenados por orden alfabético, ocho discos. Es decir, un total de 24 trabajos que merecen ser recordados por varios motivos que explico brevemente. (El que quiera explicaciones completas que visite la crítica que, salvo en un caso por venir, se hicieron en su día). He extraído de la lista EP’s que apuntaban a metal por no ser álbumes completos: Segismundo Toxicómano, Salvador Domínguez, Fausto Taranto, Mamá Ladilla, Pangloss… Y sobre todo directos, que al año nos ha dejado una colección de imprescindibles: Rosendo, Bunbury, Calamaro, Hamlet, Sôber, Rulo y La Contrabanda, Fito y el Teatro Arriaga, M-Clan, Siniestro Total, Boikot, Barricada… Casi coparían todos los metales. Así que esta es la lista de oros, platas y bronces de RockSesión, de discos en estudio.