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Triángulo de Amor Bizarro – Triángulo de Amor Bizarro
Como bien sabéis, en RockSesión nos pasamos las etiquetas un poco a guasa aunque, como todos, las usemos para ayudar a ‘situar’ un tanto al lector que se acerca a la crítica de un grupo que no conoce. Pero hasta ahí. Y nos vamos al ejemplo claro de hoy, para no darle más vueltas al cojín antes de tumbarnos. Porque un determinado grupo sea asiduo y habitual a festivales de determinado ‘corte’ no nos cerramos nunca a escucharlo (que no oír) con la atención merecida. Casos en estos años ha habido tropecientos y vienen a engordar la lista, de por sí extensa, los coruñeses de Triángulo de Amor Bizarro. Así, la formación de Rodrigo Caamaño (guitarra y voz), Isa Cea (bajo y voz), Rafael Mallo (batería) y Zippo (guitarra y teclados) recupera la firma epónima de su debut (es algo propio de primeros discos y sorprende la reincidencia) y también ayuda a otro tópico con aquello de la portada oscura para que sea el ‘álbum negro’ que toda banda se marca a lo largo de su carrera alguna vez. El caso es que, más allá de estos elementos formales, en Triángulo de Amor Bizarro casi nada es demasiado convencional. Y, enlazo con el arranque, de poco vale colocarles la etiqueta de indies cuando su música bebe de influencias del noise, del punk, la psicodelia o el shoegaze. Y, además, van y se marcan un discazo en el que consiguen dar salida a todo ello, con una ejecución tan salvaje, cuando atruenan, como tan delicada, cuando se ponen románticos y sacan su amor velado por las baladas cincuentonas, tamizado siempre de un punto diferencial, esta vez, como Bunbury en Posible, en un trabajo menos ‘de banda’ y con un revestimiento electrónico.
Parquesvr – Si No Fuera Por Estos Momentos, Sería Por Otros
Llegué tarde a su escucha como para traeros en 2019 la crítica de Talego Quini, el debut de Parquesvr, a quienes tenía marcados en rojo desde ese momento, gracias a temas como ‘Tom Petty’, ‘Lance Armstrong’, ‘1992’ o ‘Puretrap’. Temas en los que un corrosivo humor, que nos conecta a otros grandes del género como Juan Abarca y sus Mamá Ladilla, sus hijos putativos Gilipojazz, se presentaba con un rock adusto, cortante y bastardo en su promiscuidad con todo tipo de géneros con personalidad propia. Más adelante, pegaban un repaso del bueno en el single ‘Pero’ a todos aquellos del “no soy machista, pero… No soy racista, pero…” a ritmo de salsa vigoréxica. Por eso, tenía claro que, si mantenían el nivel, su segunda entrega iba a acabar entrando por la puerta grande a esta casa. Así, Si No Fuera Por Estos Momentos, Sería Por Otros se presenta reforzando todo el descaro que la banda ha venido anticipando también en forma de singles previos y que nos ofrecen un combo que partiendo del rock deja que la locura y la ironía sardónica de sus letras impregnen y lleven la presentación formal a donde les pida el cuerpo. Hace tiempo que ‘el rockerío clásico’, a veces excesivamente purista, debería entender que la contemporaneidad de las formas y la apertura en los esquemas es una excelente forma de permitir que, precisamente, el rock no muera. Así lo hemos escrito tiempo atrás con los recomendadísimos (cada uno por distintos motivos) León Benavente, Biznaga, Vetusta Morla, Triángulo de Amor Bizarro, Airbag, Nudozurdo, Carolina Durante, Los Punsetes, Ángel Stanich, Inc, Mausoleo, Sandré, Pantocrator, Depresión Sonora, La La Love You, El Columpio Asesino, Kitai, Sexy Zebras, Varry Brava… Nombres que no pasarían ‘el filtro’ del festival tipo Viña Rock, ni el de la supuesta superioridad moral del rock americano, pero que están muy por encima de eso que más de uno, por encima del hombro, encuadra en el indie.
Lee el resto de esta entradaAbismo – Esperando Al Ángel Negro
Con una poderosa imagen de turbiedad perniciosa e inquietante reforzada y afinada con respecto a su debut, que ya de por sí llevaba el más que clarificador título de Canciones Satánicas, llega cuatro años después el segundo larga duración de la formación turolense Abismo, liderada por Alberto Arnau, veterano músico de la escena local puesto que también forma parte de la banda Visitantes, que a su vez tiene integrantes de los también recomendables Effe. Como ven, Teruel también existe para el rock, porque tampoco hay que olvidarse ni de Azero ni de Isabel Marco. Pero no se lleven a engaño pensando que nos encontramos ante un grupo abotagado de black metal y letras sanguinolentas, sino que Abismo, que se movía en un rock oscuro de goticismo al uso, con algún destello de punk y con letras introspectivas tormentosas de libre interpretación, abre todavía más sus registros para ofrecer en esta segunda entrega mayor variedad sonora y con algo más de velocidad y también en la actitud de los textos, que pasan a ser narrativos y con referencias claras. Son trece cortes cocinados a fuego lento durante cuatro años. Un disco que, pese a lo indicado, acaba conquistando porque se han sacudido las telarañas y los tempos lentos para variar a unas formas que oscilan entre la accesibilidad melódica, arreglos casi góspel, y también del punk, al hard o algún que otro recitado truculento, con la firma y distintivo de calidad que confiere el haber sido grabado, mezclado y masterizado en El Sótano de Pamplona de Iker Piedrafita, que lo produce junto al propio Arnau. “A los ángeles del rock and roll que protegen nuestras almas de lo vulgar y lo corriente, a las musas de la inconformidad que nos conducen a lo salvaje”.
Lee el resto de esta entradaBiznaga – Bremen No Existe
Llevo muchos años ‘alertando’ a quienes por sistema rechazan todo aquello que va al saco del ‘indie’ (véase esta categorización a través del tipo de festival donde tocan o por los medios de comunicación que hablan de ellos de manera mayoritaria) que se están perdiendo a una serie de bandas de lo más recomendables. Los ejemplos se pueden contar por decenas, cada uno con sus particularidades específicas. Que si León Benavente, Vetusta Morla, Triángulo de Amor Bizarro, Airbag, Nudozurdo, Carolina Durante, Los Punsetes, Ángel Stanich, Inc, Chica Sobresalto, Love of Lesbian, Los Hermanos Cubero, Mausoleo, Sandré, Sidonie, Depresión Sonora, La La Love You, Alice Wonder, María De Juan, El Columpio Asesiono, Kitai, Sexy Zebras, Varry Brava, Novedades Carminha… En fin… Que como veis la cosa da para mucho. En esa lista de elementos recomendables que no deben circunscribirse a un engranaje excluyente podéis añadir, desde sus comienzos, a Biznaga. Desde su demo y primer EP de hace diez años, rabiosamente punk, a esa búsqueda equilibrada con la melodía forjada con Centro Dramático Nacional (2014), Sentido Del Espectáculo (2017) y Gran Pantalla (2020). Siempre amantes del desencanto y el descreimiento hacia una sociedad en la que sobreviven pero en la que no creen (ni tampoco en su generación, como plasmarán de manera explícita en este álbum), Biznaga terminan de trazar la línea de separación conceptual con su mundo en este Bremen No Existe, trayendo como referencia la Ítaca soñada por los animales que escapaban del sacrificio. Por si hubiera dudas de las intenciones (ya lo decía Bart hace 20 años, “gracias a la televisión no recuerdo ni lo que ha pasado hace ocho minutos”) lo refuerzan en el subtítulo: “Música para otra generación perdida”.
Lee el resto de esta entradaLeón Benavente – Era
A León Benavente, como le ocurrió a Toundra y Carolina Durante, dos de las bandas de las que he escrito también esta semana, le pilló el estallido de la pandemia en pleno despliegue de gira de presentación de su disco Vamos A Volvernos Locos, publicado apenas seis meses antes de aquel famoso fin de semana de mitad de marzo. Le dio tiempo, al menos, de iniciar la gira de salas y teatros (por suerte pude verlos a tiempo en enero, después de las magníficas sensaciones de su directo festivalero de unos años antes) pero ‘se cargó’ toda la agenda de festivales que se los rifaban, como es normal. Quien los ha visto en directo lo sabe. Son puro fuego y gasolina en una catarsis de euforia, de ejecución enérgica, como un trueno de distorsión, técnica y modernismo. Con las progresivas olas han ido ofreciendo alguna que otra fecha en estos tiempos mientras que daban forma a las diez canciones que, al fin, salen en su cuarto larga duración, titulado Era. Lo que no vimos venir ni críticos ni seguidores era esta vuelta de tuerca a su concepción musical, dicen, por no aburrirse y seguir manteniendo nuevos estímulos. Y es que si uno esperaba la liberación de una furia contenida en forma de canciones vocalmente intensas y de contundencia rítmica y guitarrera, León Benavente presenta un álbum que descoloca en las primeras escuchas precisamente por la ausencia de guitarras al uso y de unas fórmulas rockeras más al uso. Está pero no es lo que prima. En un decidido cambio de roles entre el cuarto, Era representa un salto al vacío con mucho electrónica haciendo el rol de cuerdas de acero, una contención muy acusada en el trabajo vocal y una capacidad melódica y armónica cimentada en tempos algo más pausados. ¿Significa eso que León Benavente se han hecho puretas y sentado la cabeza? En absoluto, sencillamente, han ido un par de pasos por delante, como suelen hacer los más valientes o los más temerarios.
Lee el resto de esta entradaSölar – Rompiendo Esquemas
Si ayer le echamos halagos al sello discográfico de Nooirax Producciones, hoy también merece especial mención la gente de Clifford Records. Un sello discográfico que se mueve entre el rock independiente, el estruendo árido y el pop rock de estilosa corte sesentera (Los Summers, Leone, Petrelli, Los Mejillones Tigre, Los Marcianos, Los Turistas, The Vinylos, Los Glosters, Lady Banana…) pero que también hinca sus dientes de vez en cuando en pasajes metálicos (ahí de hecho está su firma metálica en la que varias bandas del heavy metal han editado sus vinilos en tiempos recientes –Azrael, Dünedain, Adamantia, Injector, Slowburn). Sin llegar al subsello ‘Steel’, Sölar se mueve entre esas dos aguas. Por lo que el título del disco no puede ser más acertado. Los riffs son de ascendencia metalera, el golpeo y la actitud también, aunque la melodía le emparenta con el registro más indie e incluso se destilan aderezos de programaciones y teclas que aumentan la paleta de sonidos. Una producción que firma el reputado Carlos Hernández Nombela, grabado en El Castillo Alemán (Madrid), que en los últimos tiempos ha sido el culpable de esa explosión sónica que ha firmado con Enemigos en su último Bestieza, o con ese estruendo tan elegante como visceral de Triángulo de Amor Bizarro o el nihilismo afectado de Carolina Durante. En suma, una apuesta valiente y decidida en un disco que ha sido cocinado a fuego lento por el consabido paréntesis en el tiempo que supuso para los lanzamientos y los proyectos a medio plazo el año pandémico. Desde la cantera granadina, Sölar busca no sonar a nadie y alumbrar su propio personal camino.
Lee el resto de esta entradaLos Discos del Año 2020 de RockSesión
Como siempre, ha de tomarse como una guía para acercarse a lo que no se conozca. O a darle otra oportunidad a un disco que no te llamó en la primera escucha. Es complicado emplearse a hacer listas así, porque siempre te queda la sensación de dejarte fuera gente que merece estar dentro. Tampoco ayuda el hecho de que por mis oídos pasen trabajos de cualquier género y que esta casa se vaya tomando más licencias controladas… ya que si escribiera de todo lo que escucho… se nos iría de las manos. Lo que sí os aseguro es que pocas web de listas pueden decir haber escuchado el 90% de los 170 discos que habéis votado, más otros tantos que ni aparecen votados. También excluyo como siempre EP’s (Mala Reputación, Código Vinagrio, Lendakaris…) y directos (Sôber, Leiva, La Polla Records, Whisky Caravan…). Entre las ausencias por diversos motivos, pero de los que recomiendo su escucha, os cito unos cuantos: las delicatesen de Sílvia Pérez Cruz y Juan Perro, los incontables proyectos colaborativos de Rocío Márquez, las delicias folk de Tanxugueiras o Balkan Paradise Orchestra, las sorpresas de Ginebras o El Meister, la constante media alta de Def Con Dos, Rozalén, Saurom, Triángulo de Amor Bizarro, el crecimiento de Sidecars, Aphonnic, Desvariados, Free City o las gratas confirmaciones de Versoix, Sin Mala Intención y Los Estanques o la canción heavy del año de Lords of Black. Mención de honor para ellos, vamos, por octavo año: estos son los ochos oros, platas y bronces de RockSesión. Disparen al pianista. (PD: intentaré que los discos que no tienen crítica completa en esta selección la tengan a lo largo del mes de enero).
Lee el resto de esta entradaVuestros Discos del Año 2020. Listas y playlists
Después de algo más de dos semanas de votaciones, ya tenemos los resultados definitivos tras vuestros numerosos votos y reparto de 3, 2 y 1 punto. La lista, vista con perspectiva más allá de los datos numéricos, ofrece un amplio catálogo de lo que musicalmente fue el de por sí extraño 2020. Con ella hemos elaborado dos playlists Spotify (hay unos pocos discos que no están) que ofrecen un variado abanico de sonidos al que os animamos que os acerquéis. Tanto de aquí, como de fuera. Ese es su principal valor. Descubrir. Esperamos que no os quedéis solo con lo que conocéis, sino que exploréis en aquellos grupos que están en la lista y que os sirva para apreciar cosas que os sorprendan y llenen, verdadero valor de este tipo de acciones. Los tres primeros en cada lista tienen tres temas, el resto de top 10 tienen dos temas cada uno. El resto uno. Recordad que la lista editorial de Discos del Año de RockSesión estará, como siempre, el 5 de enero. ¡Pasen!
Lee el resto de esta entradaLos Enemigos – Bestieza
Hay con Los Enemigos una sensación de eterno retorno. Viajar por sus discos es navegar entre bisagras que abren puertas que se interconectan entre sí y, de veras, poco importa que hayan estado varios años ‘de parón’, que volvieran de gira, que se marcaran un disco con todos sus ingredientes conocidos en la coctelera (lo que le restó algo de identidad) en La Vida Inteligente y que ahora, vengan desenfrenados, acelerados, más livianos y frescos. Todo es familiaridad con el cuarteto, si bien en esta ocasión viene remozado en una de sus guitarras y en la producción. Manuel Benítez decidió dedicarse exclusivamente a Porretas y su salida a las seis cuerdas ha dado paso a la entrada de David Krahe, guitarrista de Los Coronas, Corizonas y habitual en los últimos tiempos de Josele Santiago, como bien queda registrado en su último directo Conde Duque. Santiago vuelve a firmar guitarras, voz principal (menos uno) y los temas, compartiendo autoría en tres de ellos con el almeriense Fino Oyonarte, bajista. La batería corre a cargo de Chema Pérez. La producción en este caso viene refrescada por un productor emergente y viejo conocido de la banda, como es Carlos Hernández, antiguo técnico de sonido y actualmente responsable de la producción de bandas como nuestros aplaudidos Carolina Durante y Airbag y Triángulo de Amor Bizarro. Con estos mimbres y liberados de las inquietudes personales, Enemigos firma la continuación lógica de Nada, de hace nada menos que más de veinte años.