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Ariel Rot – La Manada
Cerca de cuarenta años de rocanrol contemplan al señor Ariel Rot. Cuando los reportajes sobre la propagación del rock en España se recrean en la influencia primigenia de Miguel Ríos o la posterior más urbana de Rosendo o la más empacada de Loquillo, a muchos se los olvida citar a Ariel Rot, que desde finales de los setenta ha mantenido una senda de trabajo firme, constante y de una calidad envidiable. Quizá el hecho de no hacer nunca afirmaciones grandilocuentes, ni entrar en polémicas con nadie, ni coger la bandera en representación de nada, han provocado ese ‘olvido’. El caso es que es, por derecho propio, un ejemplo claro de dedicación y seriedad. Pocos pasos en falso se le conocen. La década de los cincuenta además le ha sentado especialmente bien. Tanto La Huesuda como La Manada son dos ejercicios de belleza en su plenitud. Este, incluso, más sobrio en las formas. Un tequila reposado sin esbozos latinos, convirtiendo a su guitarra en un crooner elegante de destellos mágicos. Ariel Rot, letras de oro del rock en castellano.
Ariel Rot – La Huesuda
Descubrir a estas alturas a Ariel Rot es algo así como un imposible. Su trayectoria al frente de dos grupos referentes del rock, como Tequila, y del rock bastardo como Los Rodríguez, es merecedora de elogios y aplauso. Pero por si no fuera poco con eso, desde que los segundos firmaran su fin Ariel se ha labrado una carrera en solitario sin grandilocuentes éxitos populares, pero con el respeto de sentar cátedra de estilo. La Huesuda es un paso más en ese camino. Diez canciones (12 en la edición iTunes, que es de la que hablaré aquí) que nos traen a un tipo que es apático en el escenario como pocos, pero que gana en las distancias cortas y, sobre todo y lo más importante, cuando se le da al play a un disco suyo.
Miguel Ríos – Rock & Ríos and Cía, 40 Años Después
Reconozco que no iba a ser la crítica de hoy, sino la del lunes, pero al ver en múltiples medios de comunicación que es su cumpleaños parecía lógico adelantar los planes. Miguel Ríos estrena este 7 de junio sus 79 años y se acaban los calificativos para poder glosar la importancia y grandeza de su figura en su extensa y celebrada trayectoria, tanto en su legado discográfico como desde los escenarios (por cierto, todo ello bien contado en Cuadernos Efe Eme especial monográfico en el que tuve el gusto de participar con cuatro críticas). Justo hace casi dos años, el de Granada también se ‘autorregalaba’ la publicación de Un Largo Tiempo, un disco eminentemente acústico, con un descomunal The Black Betty Trío, capitaneado por Jose Nortes y con Edu Ortega y Luis Prado como lugartenientes, un álbum que no buscaba el efectismo, sino que busca la serenidad, tesitura y textura que confiere tal señorial edad. El caso es que su lejano anuncio de retirada quedó en agua de borrajas (como pasaba de manera cíclica con Los Suaves -aunque oficialmente sólo se titulara así una vez, los comunicados siempre deslizaban la idea en las anteriores…- y, más reciente, con Barón Rojo) y tras una canción por allí, una colaboración por allá con motivo de actos solidarios, unos cuantos conciertos sinfónicos… Y, claro, te lías y te lías y acabas de nuevo en faena. Hasta el punto de querer celebrar por todo lo alto el 40º aniversario de la grabación del histórico Rock & Ríos. Uno de los discos en directo más simbólicos y, a buen seguro, el más crucial y determinante para su carrera. Todo ello lo narraba y documentaba Jose Miguel Valle en Rock & Ríos. Lo hicieron porque no sabían que era imposible, un libro y una historia a la que ha querido dar continuidad con un nuevo volumen, del que en un par de semanas tendréis de nuevo crítica, Miguel Ríos y el Rock de una noche de verano, la gira conjunta con Leño y Luz Casal, que reunió a 600.000 espectadores. El caso es que el bueno de Miguel reunió a toda la banda de entonces y a una quincena de invitados para gloria del rock español. Un Rock & Ríos 2.0 como acto de celebración de lo más gustoso.
Lee el resto de esta entradaSoziedad Alkohólika – Directo (1999)
Espectacular. Es infrecuente que elija un disco en directo para la crítica remember de los viernes, pero en este caso la ocasión lo merecía. Con motivo de que se cumplen 25 años de la grabación del primer cedé en directo de Soziedad Alkohólika (1. El disco salió en primavera de 1999 pero los conciertos pertenecen a la gira de 1998 / 2. Digo primer cedé porque ya existía aquel legendario VHS llamado Kontzertua Gaztetxean de 1994 donde, además de ver a Juan con el pelo largo, teníamos entretenidos interludios al más puro estilo cortometraje casero) Maldito Records y la banda han editado por primera la antológica grabación en un doble vinilo que es…, lo dicho, espectacular. Vinilo doble, con estuche Gatefold y discos a color con splatter en azul y naranja con un salpicado entre lo futurista y lo gore (os dejo foto en el interior). Una edición de coleccionista única e irrepetible que me llegó un día antes de su publicación. Hoy ha salido a la venta. Soziedad Alkohólika publicaría en 2006 el disco y DVD Corrosiva! (ojo, Disco de Oro de los de antes), En Bruto XIX y una edición digital de Mendizorrotza 2022, con un sonido adaptado a la evolución de la banda y sus presentaciones en vivo, pero la magia de este directo es especial por muchos motivos. Además, como sabéis, la crítica remember de los viernes también tiene habitualmente una intrahistoria de vivencias personales y este álbum también la tiene, lo que hace más emocionante si cabe tener en las manos los dos coloridos y cuidados vinilos. «¡Vamos a echar un poco ruido!».
Lee el resto de esta entradaFino Oyonarte – Arrecife
Resulta fascinante, al menos para mí lo es, que un músico con más de treinta años de carrera, desde los tiempos de bajista en Glutamato Ye-Yé, pasando por su impresionante trabajo en Los Enemigos y como productor de algunas bandas destacadas de los noventa, con escarceos paralelos en Clovis o Los Eterno, sienta la inquietud de presentar su propia narrativa y propuesta artística con 54 años, como hizo en 2018 en Sueños y Tormentas, un disco al que llegué, como muchos, tras su aparición en el programa Un País Para Escucharlo de Ariel Rot, donde interpretó uno de sus temas acompañado por una sección de la Orquesta Ciudad de Almería. Después de centrarse a continuación en lo que sería el brutal último disco de estudio de Los Enemigos hasta la fecha, el fantástico Bestieza, que tuvo la mala suerte de salir un día antes de que nos recluyeran a todos en el confinamiento de marzo de 2020, por lo que toda la gira estuvo condicionada y afectada por lo que no tuvo un desarrollo ‘normal’. En ese impase, Fino optó por seguir buceando en la manera de escribir, perfeccionando algún material que no entró en su debut solista y creando nuevas canciones (paradójicamente las más optimistas y vitalistas del álbum). Un proceso en el que no estuvo exento de pena puesto que perdió a su madre y, menos de un año después, a su padre, a quienes dedica sendos temas que cierran cada cara del vinilo, cada bloque del cedé. Un disco esencial, en continente y en contenido, para el que ha contado con hasta catorce músicos, pero que no por ello se aleja de un delicioso minimalismo preciosista que construye belleza desde la reflexión y la música más delicada, sutil y cuidada.
Lee el resto de esta entradaTequila – Matrícula De Honor (1978)
Acercándonos de manera irremediable a las trescientas críticas remember resulta curioso cómo, repasando la lista, todavía nos queda una amplísima colección de grupos que bien podrían haber sido elegidos al inicio de la sección. Eso dice mucho, entre otras cosas, de la riqueza de nuestra música a lo largo de las décadas y, por otro, que también me he tomado licencias de todo tipo, como con las novedades, trayendo también propuestas minoritarias o muy importantes en lo personal pese a lo desconocido del caso. Sea como sea, resulta sorprendente que Tequila haya tenido que esperar casi once años para aparecer por la sección. Quizá compensa el hecho de que Ariel Rot, Alejo Stivel o el propio disco en directo editado por Tequila recientemente sí que hayan tenido su crítica. Su irrupción por la sección hoy (al fin, por fin) viene auspiciada porque recientemente veía su documental Tequila: Sexo, Drogas y Rock & Roll. Una cinta dirigida por Álvaro Longoria, que lo guioniza junto a Juan Puchades, con la aparición de los tres protagonistas fundadores vivos (Alejo, Ariel y Felipe) y una colección de personas más o menos cercanas y/o coetáneas a aquellos concentrados años de actividad, con especial protagonismo de Cecilia Roth. Un recorrido bastante serio, fiable y honesto para lo que fue un grupo que ofreció el éxito a chavales de 18 años… que lo vivieron rápido y voraz para dar por concluida la trayectoria del grupo apenas cinco años después. Cuando todavía solo contaban con 23…
Lee el resto de esta entradaCorada – De Vuelta De Nada
Nunca es fácil echar a andar con una nueva banda, una nueva cabecera, un nuevo nombre con el que llegar al público pero cuando tras dicha nomenclatura se encuentran músicos curtidos y experimentados ya en otras lides como es el caso, al menos está garantizada una calidad y solidez significativa de cara a afrontar la escucha de su debut. Es lo que ocurre con Corada, esta nueva formación en la que encontramos al dúo formado por Joanjo Bosk y Albert Serrano. A Bosk (voz, coros y letras) le tenemos ubicado desde los tiempos de Aspid, banda que acabó muriendo un poco en la incomprensión de su propuesta más lírica, y posteriormente como cantautor rockero más al uso, recordando autores clásicos de la canción catalana o haciendo un EP temático sobre bombardeos nazis en el 38 o el 39, como hizo años después convirtiendo “The Partisan” a “El Maquis”, además de marcarse un gran disco en Después de Todo, con un “Maldito Veneno”, que va desde entonces en mi maleta de favoritos. Por su parte, Albert Serrano (arreglos, guitarras eléctricas, acústicas, mandolina, mellotrón, pads y hammond) ha sido guitarrista de estudio de numerosos autores del pop rock nacional e incluso se le ha podido ver de gira, que no es poca cosa, en los exigentes directos de Manolo García. Por si fuera poco, para la grabación han contado con otro tótem instrumentista como José Niño Bruño (Leiva, Joaquin Sabina, Andrés Calamaro, Fito & Fitipaldis, Miguel Ríos, Ariel Rot, Alejo Stivel, Manolo Tena, Twanguero, Jaime Urrutia, Lichis, Coque Malla…) a la batería y percusiones y de Íñigo Goldaracena en el bajo (Manolo García, Revólver…). De Vuelta De Nada presenta diez temas de energía rock y cuidadas melodías accesibles que le emparejan al pop. Un debut ‘nodebut’ que es de lo más grato.
Lee el resto de esta entradaDragonfly – Domine XV
De las múltiples formas que tienen las bandas de celebrar los aniversarios de sus respectivas fundaciones, de sus discos o de cualquier otro aspecto, es elogiable y poco frecuente la elegida por Dragonfly para conmemorar el decimoquinto cumpleaños del lanzamiento de su debut, Domine. Aquello fue un bello ejercicio de power metal sinfónico de estribillos corales y arreglos neoclásicos. Si en estos tiempos la comunidad valenciana se ha convertido en cuna de grupos que aglutinan vientos, teclados y bases electrónicas, en la primera de siglo era una importante fuente de grupos de heavy metal. Ahí están Ópera Magna, Wurdalak, Crisis de Fe… Y por supuesto Dragonfly, que además sumaba esa aura bien trabado de guitarras del metal argentino (ascendencia Rata Blanca) y también marcado en el golpeo. A todo ello se sumaban las bombásticas colaboraciones del propio Adrián Barilari de Rata Blanca o Leo Jiménez, con uno de los mejores cameos que ha realizado en toda su carrera. De aquel imprescindible disco os traje crítica remember allá por abril de 2016. Ahora, la banda celebra su efeméride con un doble cedé igual de espectacular. Uno con la versión regrabada con los medios y templaza de hoy y un segundo con una fiesta de voces y músicos que suman a la gran fiesta. Es absurdo plantearse si uno es mejor que otro porque los dos tienen suficientes elementos para disfrutarlos (como ocurrió con proyectos de revisión de S.A., Extremoduro, Hora Zulú, Saratoga, Mägo de Oz y un largo etcétera).
Lee el resto de esta entradaPablo Fugitivo – El Club De Los Insomnes
Pablo Arjona es el cantante y compositor que encontramos bajo el nombre artístico de Pablo Fugitivo. Un adjetivo – sustantivo, el segundo, que tomó a modo de continuidad de su verdadera apuesta y entrada definitiva en el circuito, hace ya unos doce años, con la banda Fugitivos del Swing. Aquel proyecto sonoro despachó dos álbumes (El Rock & Roll Ya No Es Lo Que Era, publicado en 2013, y Miopía Urbana, publicado en 2015). Con un marcado carácter de autor, el primer álbum transitaba por parajes de rock garajero, tintes sureños y algún esbozo de soul o folk. El segundo, manteniendo las bases del primero, se tornaba algo más afilado y, justo, urbanita. Fue en 2019 cuando apostó y dijo aquello del Voy Solo, título elegido para su cambio a Pablo Fugitivo. El pasado viernes vio la luz este El Club De Los Insomnes, que viene con otros doce temas que presentan tanta continuidad como movilidad. Es cien por cien reconocible pero más abierto. Él mismo lo explica así: “Como todos mis discos es diferente al resto. No se parece a Voy Solo, tampoco a Miopía Urbana o a El R&R Ya No Es Lo Que Era. Me gusta que sea así… Que cada uno tenga una atmósfera, un contexto y unos protagonistas diferentes. No es algo que busque de forma premeditada ni nada. Es algo natural desde que empecé de chaval con bandas de metal, punk, garage y rock. No soy capaz de plantarme en un género y picar piedra. No va conmigo. Para mí la música es más un viaje que un sprint o un maratón, a veces de regreso, otras veces sin un destino fijado”. Siempre en movimiento, doce canciones noctámbulas y maduras, vieja usanza de autores rockeros patrios, como Goñi, González y un largo etcétera, engrosan ya su repertorio.
Lee el resto de esta entradaDanza Invisible. Cabo de Gata. 13 de agosto
Desde que tengo uso de razón, el nombre de Danza Invisible me ha generado una especial simpatía e interés. Sobre todo porque de niño no faltaban sus canciones en mis cintas de música y vídeo caseras y porque mi hermano siempre me decía aquello de que sus directos eran especialmente intensos por la increíble hiperactividad de Javier Ojeda. En una época de iniciación donde tiraba mucho por ese encantador pop rock ochentero de Hombres G, Seguridad Social, Duncan Dhu y un largo etcétera –también era la música que solían pinchar en el local donde salía siempre-, no es extraño que a las primeras de cambio que tuvimos la menor oportunidad, mi compañero, escolta y hermano de andanzas más noctámbulas e improvisadas salimos un sábado después de comer (cuando nos enteramos del concierto) a un pueblo (Calasparra, Murcia) a 250 kilómetros para verles por primera vez. Que el cartel de la noche, por cierto, es como para hacer un estudio sociológico de lo que eran aquellos tiempos. Esa noche, en un ciclo de Duca2 Music o algo similar, actuaban, gratuitamente y en este orden: Café Quijano (un poco soporífero), Ariel Rot (más bluesero y pausado que festivo) y Danza Invisible, que se llevaron la noche de calle. Aunque pude hablar con ellos hace unos meses al hilo de su participación en el Festival Internacional de Cine de Almería (no se pierdan su documental A Este Lado De La Carretera), anoche, 22 años más tarde, volví a verles en acción en Cabo de Gata con las mismas sensaciones y buen rollo que han transmitido siempre. Os dejo a partir de este momento, la crónica realizada para el Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería. Salud.
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