Buscar resultados para hora zulu
Hora Zulú. Industrial Copera. 17 de diciembre
En una década enfermiza por la instantaneidad, lo efímero y el poco reposo a la reflexión, lo urgente de los trabajos, la necesidad constante de exposición, la obligatoriedad de tomar partido y mostrar opinión por todo, la vacuidad del ocio cimbreado por cuentas atrás para el siguiente capítulo, los clickbaits, el ruido en toda la gama que va de ultradiestra a siniestra, fiscales que mueren de forma repentina, personajes populares que acaban siendo el pelele de Goya subiendo y bajando para el escarnio hasta que revientan, polémicas azuzadas con el poco raciocinio del pirómano frente a un bosque, el orgullo del lenguaje pervertido para convertirse en un arma arrojadiza, talibanismos culinarios, majaracas del negacionismo, egoísmo en distintas escalas y maneras, de pose y pase, la total y absoluta falta de criterio propio para evaluar un hecho sin tener que sumarse a uno de los frentismos, lo del ni machismo ni feminismo, lo de a los extranjeros le dan más, los que claman por unos agravios mientras esconden la mierda de los suyos bajo la alfombra… Ante todo eso, encontrar todavía estímulos no corrompidos que nos sirvan de toma de tierra, de pulcra y límpida emoción, que sea como un chute de enriquecimiento para el coco y alimento para el alma se ha convertido en un auténtico lujo. Y para mí, mucho antes de que existiera esta casa, eso lo representa Hora Zulú. Así que, 25 meses después de verlos en su misma ciudad y en la misma sala, cuatro meses antes del estallido pandémico, nos fuimos para Industrial Copera de Granada a verles hacer lo de siempre, pero con la sabiduría que dan los años. De nuevo reinventado, de nuevo fortalecido. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión).
Lee el resto de esta entradaHora Zulu – Limpiar, Fijar y Dar Esplendor
A pocas bandas de nuestro país se le podría ocurrir o, más allá, sentar mejor el uso de la histórica leyenda de la Real Academia de la Lengua como título de un disco. Teniendo en cuenta que llevan años “manejando a su antojo el lenguaje”, que en su día su vocalista, Aitor Velázquez, intentó la machada de leerse el María Moliner al completo y que el álbum va de pulir, perfilar y sacar lustre con el sonido y sabiduría actual a una colección de canciones de sus dos primeras entregas (Me Duele La Boca De Decirlo (2002) y Crisis De Claridad (2004)), inferimos que tiene todo el sentido del mundo, con Paco Luque a la guitarra, Javi Cordovilla a la batería y Álex Bedmar al bajo. ¿Cuántas veces sea ensoñado aquello de ‘me gustaría volver a los 20 años pero sabiendo todo lo que sé ahora’? Empujados por el lado tenebroso ‘del negocio’, que les ha llevado a grabar las canciones para recuperar los derechos de autoría de las mismas, este álbum va de eso. Es un ejercicio que casi siempre es ingrato (porque siempre te dirán aquello de que ‘antes era mejor’, por ahí ya pasó Extremoduro, Soziedad Alkohólika, etcétera) pero del que Hora Zulu sale del todo victorioso, con corona láurea y vítores merecidos. Un sonido mucho más grueso (cada vez más), un tono, por lo general, más sobrio en lo vocal, unas guitarras repletas de arreglos y sonoridades que enriquecen las líneas melódicas de las originales, un bajo muchísimo mejor mezclado y una batería más afilada y contundente. Como resultado, un sonido más fiel a lo que le venimos escuchando en el escenario antes de la pandemia y la madurez de unas canciones que nos calentaron las venas con 20 años, pero sonando con el empaque y la seriedad que queremos a los 40. Si la pena es que se hayan dejado la otra mitad de cada uno de ellos.
Lee el resto de esta entradaHora Zulú. Industrial Copera. 16 de noviembre
Entre todos hemos ido matándola, pero todavía no está muerta del todo. Para los que nos gusta la música en directo jamás puede ser lo mismo, ni cercano a ser comparable. Las sensaciones, el calor (pese a estar a pocos metros de una Sierra Nevada haciendo honor a su nombre), el sonido, la duración… La magia de un concierto en una sala jamás puede ser sustituido por el de un festival. Por eso, aunque se me acabe el tiempo para contaros todas y cada una de las veces que los he visto, se me puso a tiro la opción de ver a Hora Zulú en su casa y en sala, en su Granada, y no podía desaprovecharla. La estocada vino con la confirmación de la presencia de Sho-Hai y Soziedad Alkohólika, para echarse unas coplas. Así que RockSesión cogió rumbo a la Industrial Copera para asistir a la presentación oficial de su último disco La Voz Del Amo del que, por desgracia eso sí, no suenan demasiadas. Y pasados los efluvios de la emoción instantánea, hay que concluir que no podemos dejar que el circuito de salas se muera. Sí, hay bandas a los que no es posible ver de otra manera que no sea en un festival, sobre todo para los de provincias pequeñas, pero es la pescadilla que se muerde la cola. Los grupos punteros se hacen las grandes ciudades, los pequeños apenas pueden salir de su radio de 100 kilómetros. Id a las putas salas, nos duele la boca de decirlo. Aquí la crónica del sábado (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión).
#Mis10de Hora Zulú
Si alguien me preguntara mi grupo favorito creo que, sin dudar, respondería siempre Extremoduro, quizá por aquello del valor del amor que te hace ver el mundo de otra manera. Si me preguntan qué grupo no me cansaría de ver y escuchar nunca, de qué grupo me cuesta más pasar por el trance masoquista de quedarse con solo diez temas para esta sección, diría siempre Hora Zulú. Los granadinos tienen en ese punto de pena negra que tan bien conecta con los que sentimos devoción por el noble arte del flamenco, la copla… de negra inquietud. Ya lo dice la propia canción de la banda. Riffs imposibles que beben de los mejores tocaores, un ritmo marcial y de caja-bombo que se hace adictivo, un bajo musculoso y reforzador, unos textos insuperables y una voz grave, como gruesos son los fondos de cada uno de los mensajes. No. No soy comedido con los adjetivos hacia Hora Zulú porque a pocas bandas querré más que a ellos. Y es que cuando te han hecho sentir tanto, el respeto obliga. Y quiso el azar, la profesión y el tiempo que entablara amistad y confianza con ellos, hasta extremos que no podía imaginar en mis tiempos ‘anónimos’, por lo que no puedo estar más agradecido. No están sus canciones más populares pero sí son las que más me han hecho sentir por dentro con los años. Lo malo es que no son las únicas. Como decía una vieja amiga, ver un concierto de Hora Zulú es sentir las puñaladas canción a canción. Depende del repertorio, pero casi que sí. (FOTO: Paskohne). Lee el resto de esta entrada
Hora Zulú – La Voz del Amo
Mañana, viernes, 15 de febrero, verá la luz La Voz del Amo, el sexto álbum de los granadinos Hora Zulú. Sonando los últimos días en mi reproductor, es el momento de desvelar, horas antes de su salida, cómo es el nuevo trabajo de los Aitor Velázquez, Paco Luque, Álex Bedmar y Javi Cordovilla. Partimos de la base de que es difícil catalogar en pocas palabras todo lo que es capaz de transmitir la banda tanto en lo musical, como en la expresividad de las líneas vocales y, cómo no, en los textos de su autor. Quien lo probó lo sabe y quien quiera entender que entienda. Dicho esto, y a modo de breve sinopsis, os adelantaré que tiene el sonido mejorado del SSSSNNNN, también por los arreglos de teclados que se deslizan en unos cuantos temas, pero con una agresividad más cercana al segundo y tercer disco. Todo esto dicho con mucho temor y comillas, ya saben. No vaya a ser que los que nos copian digan luego que “vuelta a los orígenes” o algo así. La lírica vuelve a estar cuidada al extremo, con los denominadores comunes de las vueltas al latín y a las referencias cristianas (paganizadas, en este caso) y una importante dosis de desahogo y liberación de inquinas, manías y advertencias contra estupideces. Audite, malum lac, in summa.
Entrevista a Aitor Velázquez, voz y letrista de Hora Zulú (2000-2013)
Han pasado cinco meses desde que Hora Zulú sonara por última vez (¿y para siempre?) sobre un escenario. Una de las formaciones que mayor sentimiento pone en sus letras y sobre las tablas ha dejado a una legión de seguidores ante el vacío de la duda. Las guitarras volverán a dar calor en Fausto Taranto con Paco Luque y Quini Valdivia. Las baquetas de Javi Cordovilla volverán a resonar en Vúfalo, aunque parece que no con esa simultaneidad de caja y bombo características. De Álex Bedmar no se conoce aún destino. ¿Y Aitor? ¿A dónde irán a parar las letras que nunca deja de juntar? ¿Cómo vivió él esta separación? Amablemente, le hace un hueco a RockSesión y no se esconde ante ninguna de las preguntas. Esta es la entrevista.
Hora Zulú – Conciertos despedida. Sala El Tren. Granada. 15 y 16 de noviembre
Quizá tengan razón y el gran público parece que prefiere otras cosas y no le hacen tanto caso a ellos, tal y como se lo han currado. “Si no es el último no viene nadie”, dijo Aitor a Quilate el viernes tras la colaboración en ‘Misas y Cenas’. Quizá han tocado en demasiados festivales demasiadas veces. Quizá su disco más trabajado y elaborado (SSSSNNNN) ha sido demasiado incomprendido (aquí ganó la votación a mejor disco del año en 2012). Quizá… quizá tantas cosas… Pero el resultado es mismo, doloroso y cruel. Hora Zulú dice adiós, en principio, para siempre. No quería creerlo. Ni con la entrevista que hicimos aquí a Paco Luque, ni por más pena negra que le echarán encima. Pero la despedida de Aitor el sábado, tras un lacrimoso ‘A Ver Si Me Entiendes’ final, “Hasta nunca, Granada”, fue demasiado. Esta será mi última crónica, de tantas, de Hora Zulú, a los que he visto una veintena de veces y siempre me parecerán pocas. Ya los echo de menos. Así fueron los conciertos de Granada.
Entrevista exclusiva a Hora Zulú por su inminente parón indefinido
Hora Zulú afronta este fin de semana la doble sesión de conciertos en la sala El Tren de Granada con la que inician su triada de despedida (en Madrid será el 14 de diciembre). La banda, con cinco discos densos y mayúsculos en su trayectoria, dice adiós hastiada de unas condiciones laborales que consideran poco justas para la dedicación que han empleado en levantar su nombre. Días antes de que comience el principio del adiós, RockSesión ha hablado con Paco Luque, el guitarrista de la formación y responsable de uno de los sellos diferenciales de la banda. Hablamos de los motivos de la decisión, de un hipotético regreso, de cómo van a ser esos conciertos de despedida (no ha habido forma de que suelte alguna de las sorpresas), de futuro… Y todo con ese buen rollo que también transmite cuando toca la guitarra acompañando la voz de letras hirientas de Aitor Velázquez, la base rítmica del nervio de Álex Bédmar y la técnica del baterista Javi Cordovilla, y el segundo guitarrista, Quini Valdivia, al que, por cierto, se lleva para su nuevo proyecto. Esta es nuestra entrevista exclusiva y por supuesto haremos crónica de todo lo que acontezca en Granada en los dos conciertos.
Hora Zulú – Me Duele La Boca De Decirlo (2002)
Nunca hubiera querido escribir estas líneas o, mejor dicho, no por el motivo que me ha obligado a ello para la crítica remember de este viernes. Anoche la formación granadina anunció a través de un comunicado que habían decidido parar la marca Hora Zulú de forma indefinida y mientras tanto dedicarse a proyectos paralelos. Antes, se despedirán de los escenarios con tres conciertos en el mes de noviembre. Dos en la Granada a la que tantas veces han cantado y otro en Madrid. Casi con toda seguridad van a ser grabados para su posterior edición en audio y vídeo. Qué menos que tener el recuerdo esplendoroso de una banda diferente a todo y ajena a cualquier cliché o limitación. Rap, metal, flamenco, esencia coplera con esa pena negra siempre aprisionando el pecho… Con letras inteligentes, con base rítmica muy marcada, con unos escarceos guitarreros más propios del flamenco, de escuela clásica, con gusto arabesco, pero llevados a la distorsión, una voz grave inconfundible no impostada y, como guinda, el corazón en la boca en cada una de ellas. Puro sentimiento. Va por ellos.
Hora Zulú. Sala Madchester. Almería. 14-12-12
La gira de presentación de ‘Siempre Soñé Saber Sobre, Nadie Negó Nunca Nada’, su quinto disco, comenzó con una apuesta selecta en fechas y salas que estuvieran acondicionadas al nuevo espectáculo que querían ofrecer, acorde al salto cualitativo de sonido. Primó más la calidad a la cantidad. Pasado el verano, Hora Zulú abrió de nuevo agenda para ofrecer un segundo bloque, donde prima más la cantidad que la calidad, para llegar a otros sitios donde no se llegó con la primera parte. Adaptando también el repertorio a esas condiciones. Mucho más salvaje.
Lee el resto de esta entrada