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Molotov – Agua Maldita
No sabe uno cómo tomarse el nuevo disco de Molotov. Y quizá no solo eso, sino en general al grupo en sí. ‘Agua Maldita’ viene a ser el octavo álbum de la banda desde que en 1997 revolucionaran el percal con aquel ¿Dónde Jugarán Las Niñas?. Son diez nuevas canciones que son las primeras que la formación ha trabajado de forma conjunta desde que publicarán en 2003 ‘Dance And Dense Denso’. ¿Y no está por el camino Eternamiente? Sí, pero aquel disco fue una compilación de canciones que se compusieron individualmente por cada uno de los cuatro integrantes: Ismael «Tito» Fuentes, Miguel «Miky» Huidobro, Randall «Randy» Ebright y Francisco «Paco» Ayala. Como decía, al no saber interpretar del todo lo que encierran los 33 minutos del disco, os invito a pasar a la primera crítica bipolar que se ha hecho en este país. Que cada cual se quede con la versión que prefiera.
Molotov – ¿Dónde Jugarán Las Niñas? (1997)
Aunque la mayoría de ocasiones la elección viene por apetencia, esta semana sí que la crítica remember de este viernes viene marcada por la actualidad. Hace unos días hemos conocido que Molotov vuelve a la carga con disco de nuevas canciones, será en el próximo mes de abril (aunque ya tienen single de anticipo: ‘Animo Delincuencia’), diez años después del Dance And Dense Denso. (Hay que tener en cuenta que Con Todo Respeto eran versiones, que Eternamiente eran canciones compuestas en solitario y juntadas en el disco y Desde Rusia Con Amor, un directo). Y qué mejor que el excepcional debut. Un álbum controvertido por tal cantidad de motivos que por ello vale la pena que te leas esta remember y que estés preparado para todo. Y que te mates te té.
Molotov – Desde Rusia Con Amor
Parece mentira que haya habido que esperar nada menos que quince años para tener un directo oficioso de Molotov. Desde su revolucionario debut con ‘¿Dónde Jugarán Las Niñas?’ en 1997, la banda ha tenido un proceso creativo irregular en el tiempo. Un álbum muy ambicioso, pero quizá incomprendido, como ‘Apocalypshit’. Cuatro años de espera para el veloz ‘Dance And Dense Denso’, álbum de versiones ‘Con Todo Respeto’, una separación ficticia y comercial para ‘Eternamiente’… Y cinco años después nos llega este directo grabado en tres ciudades rusas: Kazan, Kosovo y Perm. Casi nada.
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Australian Blonde – Pizza Pop (1993)
Quizá fuera por Nicole Kidman, o por Kylie Minogue, o Cate Blanchet. Quizá fuera una manera visionaria de predecir el advenimiento de Naomi Watts o Margot Robbie. No importa. Porque sea como sea Australian Blonde siempre será la banda del “Chup Chup” que reventó la primera mitad de los noventa primero gracias a la popularidad la película Historias del Kronen (1995), de Montxo Armendáriz a partir de la novela del escritor José Ángel Mañas (cosas de la vida, he compartido encuentros con ellos en los últimos años gracias a la cobertura del Festival Internacional de Cine de Almería) y después a su utilización para campañas publicitarias de Pepsi, en un tiempo en lo que eso era sinónimo de difusión extrema. Si no que se lo digan a la canción de Cherry Coke, que trascendió más que la propia bebida, como la de The Radical Fruit Company, o a todas esas bandas que se incluían en aquellos recopilatorios, con aquel canto de cisne que fue el titulado Generation Next, con Undrop, Dover, Los Fresones Rebeldes, Killer Barbies, Undershakers, Cornershop, Smash Mouth, Sexy Sadie… Y donde también estaba Prodigy, Marilyn Manson, White Zombie, Molotov o Sonic Youth. Demonios, pensar que eso era un porcentaje amplio de “comercialidad” dice mucho. También estaba en ese disco el tema de marras, el que abre este Pizza Pop con el que Australian Blonde. Sumen a todo eso el poder de atracción que tenía por entonces, por encima de sus compañeros-competencia, el sello Subterfuge Records (como ocurre hoy con Sonido Muchacho en el post punk y con El Dromedario Records en el rock) y, demonios, que la canción era terriblemente pegadiza. Punta de lanza de un sonido guitarrero, sin entrar en el grunge, accesible sin entrar en el pop. Se le vino a llamar entonces indie, aquí con denominación de origen Xixón Sound. Menuda coctelera.
Lee el resto de esta entradaCalexico – El Mirador
Hemos alabado en muchas ocasiones el carácter fronterizo de muchas bandas que sustentan su sonido en el rollo polvoriento, tejano, entre el género americana y el rock latino, o que, al menos, lo han transitado alguna vez. Echando una mirada rápida en el buscador me han salido referencias en nombres propios como Santero y Los Muchachos, Arizona Baby, Los Coronas, y lógicamente su fusión en Corizonas, la propia La Frontera, Carmencita Calavera, Guardafuegos, Amparanoia, Corazones Eléctricos, Carlos Ann, Álvaro Suite, el mismísimo Bunbury en muchas ocasiones, Los Tiki Phantoms, Igor Paskual, DMBK, The Surfin Limones, Pájaro, El Twanguero, La Destilería, Los Zigarros, Buenas Noches Rose, M-Clan, Quique González, Texas Resaca Blues, Silvio Fernández Melgarejo, Morgan, Malditería, Desvariados, El Toubab, Dead Bronco, David Varona y Los Perros Románticos, Qverno, King Sapo, ¡Pendejo!, Jenny and the Mexicats, Molotov, Gritando En Silencio, Leiva, Capitán Cobarde, Los Brazos, 091, Drunken Cowboys, 69 Revoluciones, Ciclonautas… y, cómo no, Depedro. Y lo dejo para el final porque es a través de él, al comenzar su carrera en solitario allá por 2008, cuando conozco a Calexico. Una banda liderada por Joey Burns (voz y guitarra) y John Convertino (batería) en la que se integraría al terminar la dedicación a los siempre recomendables Vacazul. De hecho, ellos fueron la banda de acompañamiento para su debut y, desde entonces, las colaboraciones han sido múltiples hasta el punto de que en todos los discos hay cameos, en este El Mirador incluido. El décimo de estudio propio, el vigésimo si contamos colaboraciones varias, bandas sonoras, versiones, EP’s y un largo etcétera.
Lee el resto de esta entradaGilipojazz – ¿Dónde Está El Jazz?
Si en este 2022 todavía no te has cruzado con su nombre por alguna parte es que quizá no has prestado suficiente atención o te has escondido muy bien. Gilipojazz ha entrado como un ciclón en la escena musical independiente de calidad (que no indiependiente) con una propuesta que, por sintetizar de su hoja de promo: “pasa de Metallica a Steely Dan, sobrevolando territorios cercanos a Red Hot Chili Peppers, James Brown, Primus, Frank Zappa, Jimi Hendrix o Rage Against The Machine. Todo vale desde Ska, Metal, Funk, Rock, Clásica, Jazz o vertiginoso Punk, ejecutado, eso siempre, con gran soltura y desparpajo”. En esas referencias quizá falta la cercana más notoria y plausible, que es la de Mamá Ladilla, aunque también en los territorios más duros y progresivos me acuerdo de los ya extintos Pervy Perkin. Llevan muy pocos meses de vida pública y ya se han granjeado algún que otro ‘entradas agotadas’, han grabado (y ya se ha emitido) en Los Conciertos de Radio 3 y cuentan con al bendición de todo el elenco de músicos que se ha cruzado por su camino y, por si fuera poco, el apoyo de Universal y Virgin Music Spain respaldando su debut editado con el sello Metales Preciosos. Buena noticia si tenemos en cuenta que la propuesta no es, ni mucho menos, nada sencilla, por lo que no deja de ser una rara delicatesen que ha caído en gracia por un virtuosismo extremo, cambios de ritmo incesantes, querencia por muchos estilos, ejecución sin fisuras, mucho de humor y bastante poco de pretensiones. Desde luego, más que bienvenidos.
Lee el resto de esta entradaLa Vela Puerca – Discopático
“Aquel que ostenta la enfermedad de los discos. Ésta afecta al disco intermusical que se encuentra formado por una sustancia vinílica llamada LP. Está alojada entre cada surco y su función es proporcionar felicidad a los oídos”. Así definen los uruguayos La Vela Puerca el significado de Discopático, el título elegido para el que viene a ser su octavo disco de larga duración, que llega cuatro años después de Destilar. Como me contaba Sebastián Cebreiro la semana pasada en una entrevista en exclusiva concedida a RockSesión, es un disco hijo de la pandemia, puesto que el impedimento a salir de gira les ha hecho tener más tiempo que nunca para trabajar y rodar las canciones en su local y estudio, regándolo así de arreglos de teclados y un no buscado equilibrio entre las canciones enérgicas y poderosas con la introspección habitual. La Vela Puerca son, desde el principio (1995) y hasta hoy: Sebastián Teysera ‘Enano’ (voz y guitarra), Sebastián Cebreiro ‘Cebolla’ (voz), Carlos Quijano ‘Coli’ (saxo tenor), Santiago Butler (guitarra), Rafael Di Bello (guitarra) y Nico Lieutier (bajo), con Alejandro Piccone ‘Ale’ (trompeta y flügel) desde el 98, José Canedo ‘PP’ (batería) desde 2004 y Diego Méndez (teclados), desde 2014. Ellos se han encargado de la producción con el apoyo de Alejandro Vázquez y, el resultado, aunque lejos de la mítica mística de los cuatro primeros discos, sí que eleva el nivel con respecto a sus dos predecesores, Érase y Destilar. “Discopático es un reflejo perfecto de lo que vive este grupo humano con respecto a la música y por eso terminamos inventándole un concepto a esa palabra que no existe, para un poco identificarnos a nosotros mismos con ella”. Esta sí sería una dulce pandemia.
Lee el resto de esta entradaLa Vela Puerca: “con Discopático inventamos un concepto a una palabra que no existe para poder definirnos”
El rock del otro lado del charco ofrece siempre un aporte de frescura, por las voces, por la filosofía de las canciones, por ese toque ‘futbolero’ que ofrecen sus conciertos (solo hay que ver directos de gente como Bersuit, La Beriso, Cuarteto de Nos, Auténticos Decadentes y un sinfín de nombres donde incluso se vive distinto hasta los del propio Andrés Calamaro -la lista es infinita, les recomiendo que pasen por mi playlist con miles de bandas de todo el continente). La Vela Puerca en ese sentido siempre ha sido uno de ‘mis niños mimados’. Desde que me metiera de lleno en su discografía tras despertarme la curiosidad ver a Fernando Madina de Reincidentes, hace muchos años, con una camiseta de la banda, se convirtió en mi banda de rock latinoamericana favorita. Por su regularidad, por su honestidad y por su capacidad de emocionar desde una aparente sencillez. Después, la cabra tira al monte quizá, se hicieron amigos de la familia Marea y sus idas y venidas a España han sido frecuentes. Como la que arrancan este fin de semana y que les llevará a diez ciudades de la Península en apenas dieciséis días. Lo hacen presentando nuevo álbum, Discopático, del que escribiré también este mes. La Vela Puerca son, desde el principio y hasta hoy: Sebastián Teysera ‘Enano’ (voz y guitarra), Sebastián Cebreiro ‘Cebolla’ (voz), Carlos Quijano ‘Coli’ (saxo tenor), Alejandro Piccone ‘Ale’ (trompeta y flügel), Santiago Butler (guitarra), Rafael Di Bello (guitarra), Nico Lieutier (bajo), José Canedo ‘PP’ (batería) y Diego Méndez (teclados). Antes de subirse al avión hablo con Sebastián ‘Cebolla’ y esto es lo que me cuenta sobre el disco, la gira y la forma de entender la música.
Lee el resto de esta entradaRanking de presencias en Viña Rock y playlist 25º aniversario
27 de abril de 1996: Extremoduro, Los Enemigos, Los Porretas, Australian Blonde, Platero y Tú, Lagartija Nick, Manolo Kabezabolo, Los Planetas, Mercromina, Pelotazo, Próxima Apertura, Cara B y Dogmáticos. Estas son las bandas que formaron el cartel del ‘Primer festival nacional de música apocalíptica Viña Rock’, celebrado en el campo de fútbol de Villarrobledo, en Albacete. El inicio de una saga que cumple este año su vigesimoquinto aniversario después de los obligatorios barbechos de 2020 y 2021, pandemia mediante. ¿En cuántas ocasiones te has preguntado el número de veces que ha habrá estado determinada banda en el festival? ¿Quieres hablar con conocimiento de causa y con los datos en mano? Como después de 11 años consecutivos estando al pie del cañón este año no cubriré el festival, se me ocurrió computar numéricamente esos datos y, ya puestos, hacer una playlist conmemorativa por sus Bodas de Plata, situando a los grupos por orden de presencia en el festival. Los datos son más que curiosos porque, personalmente, me sorprende la incuestionable variedad que presenta la lista (hasta 892 nombres, incluyendo también los escenarios de rap, reggae, etcétera). Tenéis aquí la lista completa, abrumadora y muy significativa. Al menos me lo parece. Como curiosidad, también merece tomar consciencia que artistas como Estopa, Pereza o Bunbury han pasado por Villarrobledo. No os hago más spoilers. Os invito a leer la lista de nombres y cifras con calma y dejaros sorprender por lo mucho o poco de cada cual. Os dejo con el Ranking de presencias en Viña Rock y playlist 25º aniversario. Salud.
Lee el resto de esta entradaLa Pulquería – Corridos De Amor (2004)
Fue al hilo de la crítica de Santero y Los Muchachos la pasada semana cuando fui consciente de nuevo en que no había traído a La Pulquería a la crítica remember de los viernes. (Insisto una vez más en el concepto, que cerca de llegar a las trescientas retrospectivas, todavía queden bandas tan significativas por aparecer dice bastante de lo mucho y bueno que tiene nuestro rock). La Pulquería fue una banda valenciana que dignificó bastante eso a lo que se llamó mestizaje, en unos años en los que el formato no daba para más y la sorpresa brillaba por su ausencia. Sentados en un parque y bien de alcohol, jugando con las guitarras, comenzaron a tontear llevando rancheras a sonidos de rock, punk y heavy metal y poco a poco lo que comenzó como una broma etílica acabó siendo un pelotazo de lo más resultón y exitoso. Lo dejaron reflejado en cinco discos, del que Corridos De Amor fue el primero de ellos. Después vendría C’Mon Fandango en 2007, Hey, Ho, Chingón, un directo, en 2008, Fast Cuisine (la suma de tres EP’s) en 2010 y, tras un primer amago de adiós de casi tres años de duración, un último disco llamado Lobo De Bar, publicado en 2016. Desde entonces, Miguel Ángel Escrivá marchó con su hermano y se volcó en Santero y Los Muchachos y Gerard Sanz creó una banda bajo el nombre de su apodo de guerra ya en los años de La Pulquería, Huracán Romántica. Quizá ‘el problema’ fue que era difícil seguir dando contenido a una broma y los intentos por buscar otros aires o cosas un poco menos gamberras desnaturalizaron a un grupo que era pura combustión en directo. De hecho les recuerdo un Viña en el que posiblemente estaban más cargados ellos que el público. Que nos quiten lo bailao, que dirían Los Canallas y, años antes, El Mejorano.
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