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Haches – La Vida Que Nos Pasa

Al hilo con las idas y venidas de los cánones más arquetípicos del rock urbano que tanto pegó en su día y que hoy adolece de un relevo sólido, apuntaba el otro día, hablando de A Deshoras, que congratula que existan todavía bandas jóvenes que, con muchos menos medios y menos poder de atención que antaño, no decaigan en su firme empeño de mantener la vela encendida, como en Madrigal o como los pétalos de la rosa de la urna. Hasta algún integrante de Marea (que menudo disco se avecina en veinte días con Los Potros Del Tiempo, como prueba ya tenéis el adelanto de anoche) de alguna manera me ha dicho algo similar recientemente… «Que no se apague la llama». Hasta dónde puedo entre otras muchas obligaciones profesionales, es lo que intento también en esta casa desde hace tiempo. Hablar de grandes de nuestra escena pero también de otros grupos que más por amistad y romanticismo que por intención de hacerse de oro con esto, sigue escribiendo y haciendo canciones. Conocí a Haches gracias a una de esas tuitcríticas por petición de los viernes, con su disco Canciones Para Ti. Entonces escribí «Con la denominación de origen rockera de Hortaleza, un disco hecho entre colegas con un gran sonido y trabajo de guitarras y una voz melódica poco frecuente para el género. Se deja querer, aunque a veces peca de linealidad». Con la pestaña de seguimiento activada desde ese día, hoy traemos su segundo disco, publicado la pasada semana, este La Vida Que Nos Pasa.

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Tyrano Banderas – Hacia El Abismo

Mucho ha habido que esperar para tener nuevo material en los oídos de Tyrano Banderas, una banda almeriense que pisara fuerte en su arranque con Mediterranean Tales en 2013 y Nightway en 2016. espaldarazo definitivo para su lanzamiento fue su condición de finalista de la primera edición de un concurso local almeriense llamado Rock In Lei que, en 2013, ganaron (nada menos) que The Dry Mouths de quien tanto y bien hemos escrito en esta casa. Su sonido de querencia desértica, sureña, con toques de psicodelia y rugido de rock alternativo, manejo del blues y de lo bastardo latino… Muy acorde todo a la naturaleza y espíritu del personaje del que tomaban su título de cabecera, el personaje Santos Banderas de Valle-Inclán. La primera de su serie de esperpentos, que tendría continuidad con El Ruedo Ibérico. Con estos mimbres iniciáticos, casi lo que se hacía raro es que su propuesta en las dos primeras entregas fuera en inglés, algo que han decidido cambiar para su tercer álbum, tras seis años de silencio. Un paso que ya se atrevió a dar en su momento otra banda que podríamos encuadrar en el mismo corte, como es la fusión de Arizona Baby y Los Coronas bajo el nombre de Corizonas. Para ello, apuestan por el reputado productor Paco Loco (Bunbury, Mikel Erentxun, Nacho Vegas, Australian Blonde, Lori Meyers, Neuman, Doctor Explosion…), y, según dice el grupo, realizando una evolución hacia “temas más crudos, buscando un sonido más parecido al directo, y con un cuidado mayor por las melodías”.

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Lepanto. Teatro Apolo. 7 de octubre

Resulta de lo más gratificante para el crítico y periodista que os escribe cuando, después de haber roto una lanza y traer al escaparate de la web una crítica de un determinado artista emergente o más local el tiempo te da la posibilidad de verle en directo poco después. Hay una sensación de ‘deber cumplido’ o, más bien, de cierre del círculo, que te hace sentir un poco partícipe de la historia. Como que le dota de sentido a un trabajo que se hace desde el pleno convencimiento de la necesidad de apoyar a este tipo de formaciones, más allá de los grandes nombres que todos esperáis de los que escriba en cada paso que dan en su carrera. Así, anoche tuve el gusto de ver la presentación de El Duelo. Un álbum del que os traje la crítica aquí el pasado mes de enero, donde asistí como cronista del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería. Como es habitual cuando el espectáculo entra dentro de la línea editorial de la web, os dejo a partir de este momento la crítica realizada para la agencia y que saldrá publicada en más digitales y medios impresos este fin de semana. Salud. (FOTOS: José Antonio Holgado).

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Calexico – El Mirador

Hemos alabado en muchas ocasiones el carácter fronterizo de muchas bandas que sustentan su sonido en el rollo polvoriento, tejano, entre el género americana y el rock latino, o que, al menos, lo han transitado alguna vez. Echando una mirada rápida en el buscador me han salido referencias en nombres propios como Santero y Los Muchachos, Arizona Baby, Los Coronas, y lógicamente su fusión en Corizonas, la propia La Frontera, Carmencita Calavera, Guardafuegos, Amparanoia, Corazones Eléctricos, Carlos Ann, Álvaro Suite, el mismísimo Bunbury en muchas ocasiones, Los Tiki Phantoms, Igor Paskual, DMBK, The Surfin Limones, Pájaro, El Twanguero, La Destilería, Los Zigarros, Buenas Noches Rose, M-Clan, Quique González, Texas Resaca Blues, Silvio Fernández Melgarejo, Morgan, Malditería, Desvariados, El Toubab, Dead Bronco, David Varona y Los Perros Románticos, Qverno, King Sapo, ¡Pendejo!, Jenny and the Mexicats, Molotov, Gritando En Silencio, Leiva, Capitán Cobarde, Los Brazos, 091, Drunken Cowboys, 69 Revoluciones, Ciclonautas… y, cómo no, Depedro. Y lo dejo para el final porque es a través de él, al comenzar su carrera en solitario allá por 2008, cuando conozco a Calexico. Una banda liderada por Joey Burns (voz y guitarra) y John Convertino (batería) en la que se integraría al terminar la dedicación a los siempre recomendables Vacazul. De hecho, ellos fueron la banda de acompañamiento para su debut y, desde entonces, las colaboraciones han sido múltiples hasta el punto de que en todos los discos hay cameos, en este El Mirador incluido. El décimo de estudio propio, el vigésimo si contamos colaboraciones varias, bandas sonoras, versiones, EP’s y un largo etcétera.

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Diego Vasallo – Caemos Como Cae Un Ángel

Aunque la popularidad tiene el ominoso poder de oscurecer y, por tanto, hacer invisible todo aquello que no está situado en el foco de atención, hay artistas que siempre han estado ahí, que siempre están, que no desfallecen. En esa travesía en el desierto hay quienes optan por esas ‘justificadas’ vueltas al pasado, promociones extramusicales, intentos de adaptar sus creaciones a las nuevas tendencias… Y hay otras personas que hacen caso a su pulsión vital y, lejos de pretender sacrificar su integridad o necesidad expresiva, siguen contra viento y marea, contra el silencio que los medios de comunicación somos capaces de ejecutar (algunos de manera consciente, otros porque no nos da el tiempo para escribir de todos los que nos gustaría). Diego Vasallo se encuentra entre los segundos. Desde que las mieles del éxitos y los discos de oro llegaran con Duncan Dhu, siguió su senda con la banda Cabaret Pop y, poco después, con su nombre en solitario. Una senda que podríamos definir de irregular, quizá por esa necesidad de búsqueda, como lo es cualquier trayectoria vital, por otra parte, y que viene cimentando con honestidad disco a disco y de manera especialmente visceral desde las últimas tres entregas, quizá desde la última década. Si Canciones En  Ruinas en 2010 ya anticipaba la entrada en una incipiente madurez, con Baladas Para Un Autorretrato en 2016 piso fuerte en su entrada en un rock oscuro, crudo, tenso, adusto en las formas y cruento en los textos. De manera indisimulada el árido Las Rutas Desiertas de 2020 fue otro soplo de arena en los ojos de sus oyentes. Era otro trueno más en la noche para seguir abriendo la grieta de una circunspección, de una falla que quiebra en poesía, voz y música, que alerta, como un Tom Waits nuestro, que Caemos Como Cae Un Ángel. Magistral disco.

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La Frontera – La Rosa De Los Vientos (1989)

Aunque hay gente que se empeña en demonizar nuestra música ‘comercial’ de los años 80, no me cansaré de reconocer y aplaudir el legado y labor de un buen número de bandas más que respetables para acercar un rock más comercial o accesible (o como demonios se le quiera llamar) al gran público. En ese gran cajón del podio entra gente tan dispar, pero con ese denominador común, como Seguridad Social, Los Rebeldes, Danza Invisible, Radio Futura, La Unión, Nacha Pop, Duncan Dhu, Los Secretos, Gabinete Caligari, Hombres G, La Guardia, Tahúres Zurdos, Pistones, 091, … y un larguísimo etcétera donde se encuentra, cómo no, La Frontera, la banda que han liderado desde el primer día el incombustible Javier Andreu y Tony Marmota. Un sello inconfundible a aires polvorientos, sureños, de western, bourbon, botas de punta, corbata de cordón, calavera de búfalo y todos los tópicos genuinos del género que, en nuestro país, nadie ha sustentado tantos años, más de treinta, como ellos. Pero La Frontera asumió todo ese imaginario después de demostrar que todo ello no impedía que en sus discos también hubiera espacio para otros matices y un lado más aperturista hacia a alguna concesión melódica, canciones de tempo elegante más allá del acelerón marchoso de bombo y caja, e incluso algunos arreglos souleros de metales. Todo ese ‘aperturismo’ y ese ejercicio que aumentó su registro sonoro y, con ello, el número de seguidores que compraba sus discos e iba a sus conciertos, se inicio con su cuarto trabajo, este La Rosa De Los Vientos.

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JJ Fuentes. Teatro Apolo. 4 de febrero

Hace un par de semanas os escribía del segundo disco de este autor rockero almeriense. Anoche tuve la oportunidad de cubrir el concierto de presentación y, a partir de este momento, os dejo la crítica realizada para el Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería. Salud. El roquetero JJ Fuentes fue el encargado, anoche, de iniciar la serie de conciertos de artistas y bandas almerienses que presentarán sus nuevos trabajos discográficos gracias al firme apoyo decidido del Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería, que sigue al lado de los creadores locales, más si cabe en estos tiempos de pandemia. Corazón de fuego y miel es el título del segundo álbum de JJ Fuentes, que sonó anoche en su totalidad junto con varios temas de su prometedor estreno titulado Cuestión de honor. Una noche en la que estuvo acompañado de por su productor, Ángel Peñalver en la guitarra y pedal steel, José Trujillo a la batería, Álex Martínez al bajo y Juan Antonio Hernández en coros, percusiones y acústica. Un cantautor rockero reafirmó anoche su querencia por las letras regadas de referencias literarias, cinematográficas y culturales para presentar historias de sentimientos tan universales como el amor, la pérdida, la ilusión, el desengaño o la reflexión. Después de, como tantas bandas, ver recortada la gira de presentación de su debut a causa de las primeras fases y olas de la pandemia, decidió trabajar en nuevas canciones, de las que doce se reúnen en ‘Corazón de fuego y miel’ donde gana en accesibilidad en las melodías y en los estribillos, encontrando un equilibrio con ese tono sobrio y cuidado de los textos, que le emparentan de manera irremediable con nombres como José Ignacio Lapido, Hendrik Röver de Los Deltonos o el lado más circunspecto de Carlos Tarque y M-Clan. Una música que quizá se presenta muy arquetípica en las formas pero con un resultado que admite muy pocas pegas.

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JJ Fuentes – Corazón De Fuego y Miel

Tres de tres en esta semana de rentrée al pulso del nuevo año en curso, que estoy dedicando a autores locales de mi Almería natal. Si el lunes trajimos a Juan Trece y ayer a Antonio Álvarez, hoy es el turno para JJ Fuentes. Un cantautor rockero (cantaurock, como me gusta llamarlo) que trae en Corazón De Fuego y Miel su segundo trabajo de estudio en el que reafirma su querencia por las letras regadas de referencias literarias, cinematográficas y culturales para presentar historias de sentimientos tan universales como el amor, la pérdida, la ilusión, el desengaño o la reflexión. Este álbum, publicado a finales del pasado 2021, da continuidad a su primer larga duración, titulado Cuestión De Honor y donde, entre otros temas, encontramos la colaboración de Jesús Cifuentes de Celtas Cortos en ‘Orgánico’ y también se incluye una versión de ‘Madre, Anoche En Las Trincheras’. Después de, como tantas bandas, ver recortada la gira de presentación del disco a causa de las primeras fases y olas de la pandemia coronavírica, decidió trabajar en nuevas canciones, de las que doce se reúnen en este disco donde gana en accesibilidad en las melodías y en los estribillos, encontrando un equilibrio con ese tono sobrio y cuidado de los textos, que le emparentan de manera irremediable con nombres como (una vez más) José Ignacio Lapido, Carlos Goñi de Revólver, Hendrik Röver de Los Deltonos, Luis Prado y Señor Mostaza y también el lado más circunspecto de Carlos Tarque y M-Clan. Una música que quizá se presenta muy arquetípica en las formas pero con un resultado que admite muy pocas pegas.

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Antonio Álvarez – Libre Asociación De Ideas

Tal y como expliqué ayer, tras las rutinas de contenidos propios de finales del  mes de diciembre y la primera semana de enero (lo que viene siendo la apertura de urnas para los votos populares a discos del año y las consiguientes playlists, mi lista particular y editorial de oros, platas y bronces o el habitual repaso a lo más leído del año terminado), me apetecía que la primera semana ‘normalizada’ de esta entrada de año fuese para algunos asuntos locales ‘pendientes’ con los que me había comprometido conmigo mismo. Si ayer fue con Juan Trece, en un nuevo EP de su línea en solitario al margen de su banda Minutos Robados, hoy es el turno para Antonio Álvarez. Un cantau-rock de la localidad almeriense de Pechina (la misma de donde salió En Espera, de quien hablamos aquí hace unos años en una crítica remember de viernes) que a sus más de cincuenta años sigue confiriendo una suerte de eterna juventud a través de la música. Afincado en Granada desde hace muchos años, es uno de esos personajes que hacen del circuito musical de una ciudad o provincia modesta, como la almeriense, algo vivo. Ahí está su trayectoria. Con menos de 20 años da sus primeros pinitos en Extremaunción, después Plancton, con rock más al uso, se haría un superclase con The Beatles Connection, con quienes ha vuelto recientemente (banda de versiones de The Beatles, compuesta por legendarios músicos –no olvidemos la fuerte conexión que tiene la ciudad andaluza con John Lennon, ya que aquí compuso ‘Strawberry Fields Forever’), se hizo con un lado swing-jazz con Piccolisima Jug Band o cantando con otro grande de la ciudad como es el pianista Ramón García. También en Granada ha participado en línea cantautora con Trovamundos y ha catado el folk con el dúo Sonora y, por si fuera poco, hace sus desbarres de rock alternativo con Beach Hotel. Libre Asociación De Ideas viene a ser su quinto trabajo en solitario, donde agrupa seis de las más de 30 canciones que realizó durante el periodo de pandemia, como un Calamaro en El Salmón, pero con filtro.

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Corizonas – III

En esto de la música cuando la excepcionalidad se convierte en rutina se acaban diluyendo los fuegos artificiales y el efectismo de la novedad. Frente a esa ‘ley de vida’ lleva peleando Corizonas desde hace ya unos diez años. Realmente, desde el momento en el que aquel cameo eventual entre Arizona Baby y Los Coronas acabó teniendo nombre propio fusionado. (Como Extrechinato y Tú, pero mejor). Tras una gira de versiones y algunas adaptaciones recíprocas (deuvedé y cedé en directo incluido), la prueba de fuego llegaría con el primer álbum de estudio, aquel antológico The News Today, que llegó casi sin descanso. Cuando ese furor comenzó a decaer, las bandas volvieron a sus proyectos para volver a los cinco años con una inesperada vuelta de tuerca… ¡pasarse al español! en Nueva Dimensión Vital. Un disco que, coincido con la opinión de la banda y me incluyo, pilló un poco a contramano a todos los que lo pasamos en grande con ellos hasta entonces. Y es que ese cambio de idioma vino aparejado con una limpieza de polvo sureño y fronterizo. Todo se hizo más sintético, más melódico, más cool, más neón. Que no digo que esté mal, pero la convivencia de unos temas y otros era tremendamente extraña. Otros nuevos cinco años después ahora llega este III que viene a ser un eslabón perdido entre ambos elepés. Mantiene el rock básico y primigenio del primero (aunque sin trompeta) pero reafirma su apuesta por el español. Un álbum en el que además tienen que afrontar la salida de Fernando Pardo, que decidió bajarse del barco y centrarse en Sex Museum y Los Coronas. Así, Corizonas parece seguir abocado a tener que reafirmarse en cada paso. Cuestión baladí porque igual que ‘los Cero‘ seguían teniendo a dios de su lado ellos tienen el talento.

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