Como decíamos ayer (aquí sí, en significado literal, no como la conocida referencia atribuida –sin conocer con certeza si ocurrió así- a Fray Luis de León y Miguel de Unamuno) al hilo de la reseña sobre el último libro de Loquillo, Paseo de gracia, cubrir desde dentro la programación cultural de mi ciudad a lo largo de los últimos once años me ha permitido compartir espacios de trabajo con todo tipo de músicos, bandas, actrices y actores… Pero, ojo, también conocer a personas excepcionales como es el caso que nos ocupa hoy, Juan Torres León, conocido para el mundo de las redes como Juanporelmundo. En diciembre de 2017 presentábamos el estreno, el primer cartel, de una tacada, de Cooltural Fest (que este verano cumplirá ya ocho ediciones). Una estreno que se celebraría los días 17, 18 y 19 de agosto de 2018. Un festival promovido por personas que antes que monjes fueron frailes, a quienes entrevisté en su momento años antes cuando tenían su propia banda de rock. Era el mismo equipo que había arriesgado con The Juergas Rock Festival y que se ‘revolucionaba’ la capital almeriense llevando el primer formato de festival tradicional a la ciudad, y en plenas fiestas patronales. En el equipo de entonces se encontraba Juan, a cargo de unas todavía sanas redes sociales. Intensificamos nuestra relación en los cuatro años que compartimos (él desde A La Carga, después Smart Pro Music, finalmente Crash Music y yo desde el Área de Cultura) y sobrellevábamos la alegría de celebrar la música, de comentar las bandas y artistas que nos apasionaban (para él se lleva la palma Manolo García) y a las que no soportábamos (ese honor para mí ya sabéis qué nombre tiene) y de valorar todos los conciertos que teníamos a nuestra disposición. También conocí su historia. La de casi un año viajando por el mundo, cortado por un accidente casi mortal y una reinvención y determinación envidiable. Y este es su libro, con su historia. Y, aunque menos mediático que Loquillo, preferí que el Día del Libro la reseña fuera la suya: “Una aventura sin billete de vuelta”.

«Despierto completamente desorientado en una habitación de hospital. Poco a poco voy recordando todo lo ocurrido y un escalofrío recorre mi médula espinal. Entré al quirófano con la certeza de que me amputarían la pierna izquierda. Estaba aterrado. Pero mientras sucumbía a los efectos de la anestesia, empecé a revivir los últimos once meses de aventura nómada, los mejores de mi vida…», podemos leer en la contra del libro.

Su sinopsis dice así: Un Viaje A La Vida es mucho más que una novela de viaje y experiencias vividas transitando el mundo. Es una historia de superación y continuo aprendizaje. Coge tu mochila y prepárate para vivir experiencias sobrecogedoras, fantásticos encuentros, excéntricas locuras y sincronicidades inverosímiles recorriendo recónditos lugares de la mano de Juan.

¿Hasta dónde es posible llegar siendo un novel mochilero de bajo presupuesto y confiando en la bondad de los desconocidos? Juan decide dejarlo todo por un sueño, confrontando miedos y prejuicios, y desafiando la incertidumbre cada día para llegar a convertirse en un verdadero alquimista de la incomodidad. Ese es el verdadero viajero, el nómada del viaje que es la vida.

Con todo lo vivido, lo bueno de Juan en este libro es que consigue trazar una línea exitosa en todas las direcciones intencionales que propone su relato. Desde el valor de una persona anónima que decide tomar las riendas y arriesgar lo que podríamos denominar “un futuro convencional” para seguir la brújula de su intuición, su deseo y sus propias ganas de vivir de otra manera. Pasando por una útil y enriquecedora línea de experiencias, lugares y consejos para recorrer Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, México, Nueva Zelanda, Australia, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia, Camboya o Vietnam… Siguiendo con una bonhomía hacia el ser humano francamente contagiosa y esperanzadora. Y también una serie de pinceladas musicales, sociales e históricas. Terminando (haciendo que no sea lo único disfrutable del libro) con esa actitud para afrontar un suceso que casi le cercena la pierna y el duro año de recuperación.

El libro ya era muy disfrutable sin el suceso en cuestión pero al sumar todos los ingredientes se convierte en un volumen altamente recomendable para buscarse a uno mismo, para aprender de tú a tú y para divertirse (por qué no) con las andanzas y anécdotas personales con las que se riega la historia, que también ha acompañado esta Semana Santa a los tragos de vino blanco, gotas para los ojos, apuntes de poemas y meditaciones.

Quiso la casualidad que Juan fuese ‘mi destinatario de regalo invisible’ en una Navidad reciente con Crash Music y precisamente le regalé una biografía sobre Antonio Vega. El mismo azar que ha ido provocando que en los últimos años él no pudiera venir a las presentaciones de mis libros ni yo a la del suyo… Incluso en la última Feria del Libro de hace unas semanas, él celebraba un acto a la misma hora que yo firmaba ejemplares en las casetas. Con todo, conseguimos cumplir la tarea pendiente y cruzamos mi biografía de Platero y Tú con este Un Viaje A La Vida con un intercambio de dedicatorias (no compartí la foto del encuentro por mi conocida ‘conjuntivitis brutal’).

La senda continúa, vendrán muchos más encuentros, más libros, más música y más admiración mutua. (Te dije que escribiría después de leerlo).

Feliz Día del Libro y feliz vida, compañero.