Archivos Mensuales: julio 2015
Raimundo Amador. Festival Alamar. 26 de julio
Pese a que ha pululado cerca en numerosas ocasiones, resulta que después de haber visto centenares de conciertos en los últimos quince años, nunca había ‘cuadrado’ agenda con este genio, este rey, del flamenco-blues. (Curiosamente también me he dado cuenta de que no le hecho crítica remember -aunque el ‘Noche de Flamenco y Blues’ ha estado cerca en más de una ocasión- ni le he dedicado #Mis10de pese a llevar cerca de 300). Por fin este domingo y gracias a la programación del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería a través de Alamar, un festival veraniego dedicado a músicas del mundo, por fin se alineaban los astros. Con su halo de genio despistado y travieso que le ha acompañado desde los inicios, Raimundo Amador sentó cátedra y mandó callar (metafóricamente) a todos aquellos pequeños artistas españoles que intentan abanderar el blues. Una cátedra en toda regla. Así quedó patente con una Plaza Vieja que congregó a más de 2.000 personas para disfrutar del flamenco, blues y rock de Amador y el resto de su banda.
Svuco – Mizaru
Desde Granada, Saúl Gonzálvez lidera este interesante proyecto que nace con una concepción de libertad compositiva un tanto particular y mucha simbología asociada que va desde los tres monos sabios, el orientalismo de la músico, el logo semi-industrial, el título de la banda (proveniente del diccionario Nadsat de ‘La Naranja Mecánica’) y otros guiños mayestáticos a deidades vivas o muertas, también a mundos vivos o muertos. El grupo se completa con dos bajistas (Manuel Manso y David Rodríguez) y dos baterías (Roberto Cano y Juanra Ruiz) –los dos primeros parecen los dos titulares- que alternan ensayos según las necesidades creativas y una colección de colaboraciones que van desde el rap de Astilla MC, al funky vocal de Carmencita Calavera o el flamenqueo intenso del diamante en bruto llamado Ismael De La Torre, efectivamente, la voz de Fausto Taranto. Este es el inicio de una trilogía que pinta bien. el mundo Svuco promete.
091 – Doce Canciones Sin Piedad (1989)
Esta banda granadina es uno de los argumentos más poderosos para rebatir a todos aquellos que rechazan desde la ignominia ignorante la grandeza y el legado de la década de los ochenta en nuestro país. Con José Ignacio (García) Lapido como autor de casi todas las canciones, con un crecimiento artístico apabullante disco tras disco, y la voz de José Antonio García, influyente para autores del rock-pop respetables como Rubén Pozo y la de querencia americana, al frente del grupo durante casi toda su trayectoria (1981-1996). Y en este disco todavía está Antonio Arias al bajo (que posteriormente se marcharía para formar Lagartija Nick), 091, además de ser autores de una de las mejores versiones del rock en castellano (‘A Mí Con Esas’ de Los Brincos), son un grupo sólido en canciones que no se pierden en derroches superfluos, ni grandes desmanes, pero que ofrecen un punto de calidad diferencial que refrendarían paso a paso. Tras tres trabajos algo irregulares por diversos motivos, aunque todos ellos con momentos sobresalientes, Doce Canciones Sin Piedad fue el primer puñetazo rotundo encima de la mesa. Buena producción, canciones inmediatas y textos que apuntan ya la lírica instrospectiva de Lapido.
La Frontera – 30 Años En El Límite
Aunque en los últimos tiempos está de moda darle cera a la década de los ochenta, no me cansaré de reconocer y aplaudir el legado y labor de un buen número de bandas más que respetables para acercar un rock más comercial o accesible (o como demonios se quiera llamar) al gran público. En ese gran cajón del podio entran gente tan dispar, pero con ese denominador común, como Seguridad Social, Los Rebeldes, Danza Invisible, Radio Futura, La Unión, Nacha Pop, Los Secretos, Gabinete Caligari, Hombres G… (no será extraño que vayan pasando en breve por aquí en las remember de los viernes) y cómo no, La Frontera, la banda que han liderado desde el primer día el incombustible (e inconfundible) Javier Andreu y Tony Marmota. Un sello inconfundible a aires polvorientos, sureños, de western, bourbon, botas de punta, corbata de cordón, calavera de búfalo y todos los tópicos genuinos del género. Un género que, en nuestro país, nadie ha sustentado tantos años, treinta, como ellos.