Messura – Frágil
Hace unos días escribía aquí sobre el hecho de que sea bastante lícito no esconder las influencias que marcan las maneras de una banda, siempre y cuando, partiendo de esa clarísima influencia, se intente desplegar una manera propia de hacer y de expresar. De las últimas críticas de novedades que escrito en el último mes, es un comentario válido para, por ejemplo, el debut de Volvoreta en Vamos Con Todo con Burning, Platero y Tú, Asfalto o Leño o, más cerca todavía, el del último disco de Malas Pulgas, titulado Las Primeras Flores De La Primavera, con otros nombres propios como Robe (en su época como tal), Albertucho o Poncho K. La comparativa es válida para esta formación riojana a la que conocí (como a tantas otras) gracias a vuestras peticiones de tuitcríticas para los viernes. (Despedimos la temporada la semana pasada, volverán con la apertura del curso, a mitad del próximo mes de septiembre). Animal fue su primer larga duración en 2019 y escribía del álbum lo siguiente: «Combinación inusual y expresiva en el primer largo de estos riojanos. El armazón suena a estruendo rockero que se mueve entre zeppelines y hard de los 90, mientras que otra capa pop y voz al límite (por momentos muy Pucho –Vetusta Morla-) le da toque actual». La semana pasada me daban la pista de esta nueva referencia, que se publicó a comienzos de la primavera, y decía que «en esta entrega se diluye lo primero, pero se mantienen en una distorsión y base más dura de lo habitual. Haré crítica completa». Y aquí estamos. Messura puede caer en la indefinición de ser demasiado duros para los indies y demasiado melódicos para los rockeros duros de pro, pero a nosotros nos gustan. ¿No cantaban algo así los Stones?
Tras un EP publicado al poco de formarme en 2017 bajo el título de Otoño XVII, Messura se estrenó a toda velocidad con aquel citado primer larga duración que salía a morder, se presentaba un verano suculento en fechas pero la pandemia les cortó las alas cuando estaban a punto de izar el vuelo. El tiempo crítico y reflexivo les dio más cancha para madurar esta segunda entrega que, quizá por eso, presenta algunos terrenos más reflexivos y levemente deprimentes, pero también algunas descargas y desahogos (hacia dentro y hacia afuera) colocando bien puestas los puntos en las íes y por momentos cabalgando en una especie de hardcore postmoderno.
El cuarteto viene conformado por Diego M. Continente a la voz y la guitarra, David Burgui Burgui en la guitarra, David Arandia en la batería y Germán Ruiz – Alejos en el bajo. El álbum fue grabado, mezclado y masterizado en Estudios El Lado Izquierdo de Madrid con Dany Richter como técnico de sonido y encargado del mastering y con la producción de los reputados Manuel Cabezalí, que también lo mezcla, y Víctor Cabezuelo a quien hemos citado por aquí en muchas ocasiones, precisamente en discos que trasciendes las fronteras compartimentadas de sonido. Del stoner al indie, del rock adusto a la capacidad de sintetizar ritmos más bailables. En cuanto al sello, de Entrebotones en el debut a Discos Invertebrados para esta ocasión.
Tal y como me ocurrió hace unas cuantas semanas justo con Havalina, el grupo de Cabezalí, y su último disco es muy complicado que con un riff inicial tan poderoso como el que nos abre la puerta en “Iguales” la cosa pueda echarse a perder. La densidad de la distorsión y de la línea de bajo es tal que la canción no nos dejará bajar las pulsaciones pese a lo melódico del fraseo y puente. “Neo-“se arranca entre ligero acople y buen golpeo de batería, generando una expectación que se extiende de forma generosa incluso entrada la parte vocal. Del tema destaco la sutil segunda voz del fraseo en la última parte de la canción y los pequeños arreglos de guitarra de esos a los que sacar jugo una vez que son descubiertos por oídos atentos.
En “Cobijo” encontramos un recurso habitual, aunque nada pretencioso de Messura, como son las referencias literarias, como es el caso de Henry David Thoreau y su Walden, la vida en los bosques… «somos lo que hemos aprendido, la cabaña a la orilla del lago…» y un eterno retorno explícito. Es un medio tiempo creciente bastante aprovechable. También “Polar” se mueve en terrenos menos explosivos o, quizá, inmediatos. Aquí el ligero delay de guitarra y la forma de romper compás de la batería recuerda a algunas cosas de Radiohead, con una melodía vocal muy Pucho, bastante latente en todo el metraje. Pero es en “Frágil”, tema con el que querían reflejar lo quebradizo del ser humano a raíz de todo lo vivido con la pandemia, donde la banda despliega una ‘power ballad’ de hechuras hímnicas y pre apocalípticas en su estruendo, como si fuese esa inquietante escena final de la “Melancolía” de Lars Von Trier.
La segunda parte del disco comienza con “Náufrago” y, de alguna manera, parece darse una vuelta de tuerca enérgica. Aquí con una tensión narrativa sustentada por los acordes abruptos de guitarra y algo más de declamación intensa en las partes vocales, liberando melodías de manera más naturalizada en la coda. “Reinass” es un trallazo mucho más ‘hard’ y, por momentos, hasta metalero con ese riff pesado y brioso. La voz, ligeramente rajada, vuelve a recordar a los temas más al límite de Vetusta Morla. También anda por terrenos musicales similares algunos giros de “Rousseau”, que sin embargo se hace más ‘noventas’ en una pop rockera y encantadora melodía principal que se sostiene rocanroleando en todo el desarrollo.
Así, llegamos a la iracunda “Estúpido” donde se quedan a gusto despachando contra la nueva modalidad de tontura digital y virtual con un rock and roll vigoréxico y con un fraseo instrumental de lo más adictivo. El cierre llegará con “Pandora”, un corte de naturaleza más artística con esas murallas de distorsión chispeante tan recurridas del rock alternativo.
Messura, por tanto, firma una segunda entrega bien trabajada y provechosa. Lo suficiente como para continuar siguiendo su evolución y cómo siguen esculpiendo su propia identidad.
Lista de canciones – tracklist:
- Iguales
- Neo-
- Cobijo
- Polar
- Frágil
- Náufrago
- Reinass
- Rousseau
- Estúpido
- Pandora
Publicado el julio 4, 2023 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Frágil, Messura. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.




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