No salimos de Plasencia. En esta semana en la que he querido agradecer los últimos presentes ofrecidos tanto en la visita a Rivas Vaciamadrid para ver a Marea (crítica del último disco de Javi Badillo) como en Plasencia y Puerto de Bejar para presentar el libro Poesía Básica. Extrechinato y Tú ensancha el alma, nos quedamos en la localidad cacereña, de la que ayer escribí sobre el sexto trabajo de Los Jacobos y hoy hacemos lo propio con esta primera referencia de Monocabra. Y si precisamente ayer contaba que Los Jacobos fue una  banda nacida por derivación de Koma Etíliko, en el caso de Monocabra podemos establecer la conexión como un spin off, puesto que en su alineación encontramos a Vito, baterista también de Los Jacobos. En este caso la alineación se completa con China “El Muskario” en la guitarra, Chicha al bajo y Juanma a la voz. Si ayer hablábamos de once temas en veinte minutos, hoy los guarismos se quedan en territorios similares, siete cortes en trece y medio. ¿Y cuál es la diferencia entonces entre unos y otros? Monocabra prescinde de elementos melódicos de power pop y surf y también del aire de terror de serie B y cinefilia para entrar en la canción protesta más descarada, además en formas más rudas y románticamente rudas y sin pulir, a veces con puentes y engarces más bien oscuros y de corte decadente y una gran presencia de platillos y sonidos metálicos desde la batería. Un trallazo de punk y hardcore sin más pretensión de volver a juntarse otros cuatro a hacer ruido. Que nunca se pierda.

El álbum fue grabado en abril del año pasado en los estudios Zulú Records de Piornal y la mezcla y masterización es obra de Alberto de Candente Estudio. Lau es la autora del logo y el diseño del disco es de Vieja Cuervo Studio.

Consumismo, violencia de estado y de género, guerras, yonquis dando el palo, mala vida (mala gente)… Es el área temática por donde se mueven los temas.

“Consume” lo deja claro desde el título. Aunque el estribillo si juega en melodías hardcoretas algo refinados, el estribillo, con coros impulsivos y jaleadores, sitúa el tono el generalizado del álbum. “Violencia” prolonga su intro concentrando el texto en dos tercios. Un ritmo machacón y arrollador, casi haciendo el símil sonoro de las porras golpeando sin preguntar. Con el mismo marchamo pero con una mayor distorsión y estruendo generalizado, “Ya No Hay Paz” da una vuelta de tuerca, con un picado de bajo de lo más pintón antes del último estribillo, en el que incluso se soltará al final un «hijos de la gran puta» que, dada la denominación de origen del grupo, es imposible que no recuerde al “Estado Policial” de Extremoduro, si bien no se exceden en la materia.

En el eje central, “Atrapado” es la suerte del yonqui buscando cómo robar para poder mantener los vicios… con final en el presidio. Destaca precisamente el uso del «vueltas y más vueltas», primero en la calle para buscar qué robar, después en el patio de la cárcel y después para encontrar algo con lo que colocarse. También entra en terrenos toxicómanos “Negociudad” con guitarras afiladas y un espíritu metálico acusado.

Entre ellas, “Dueña De Tu Vida”, la más larga del conjunto, yéndose casi a los tres minutos. La ocasión lo merece puesto que la protagonista, víctima de violencia de género, decide dar fin a su sufrimiento y encarar una nueva vida. El causante de tantos males lo encontramos en la siguiente canción, “Pac” (siglas de «putas, alcohol y cocaína»), reflejando con un desarrollo musicalmente oscuro el lado más siniestro del arquetipo.

En definitivo, un disco de corte ‘cazallero’ pero que en su metraje y en los pequeños matices refleja cariño e ilusión. En muchas ocasiones eso es más que suficiente. ¡Salud, placentinos!

En las dos últimas críticas remember de julio, antes de ‘las vacaciones’ de agosto, también rendiremos gratitud a un par de bandas madrileñas que he tenido ocasión de conocer a raíz de las presentaciones del libro en Madrid. Qué menos.

Lista de canciones – tracklist:

1. Consume
2. Violencia
3. Ya No Hay Paz
4. Atrapado
5. Dueña De Tu Vida
6. Pac
7. Negociudad