Víctor Guirado y César Maldonado. Teatro Apolo. 29 de septiembre

Por cuarto año consecutivo el otoño cultural de la capital almeriense adquiere sabor latino con la celebración del festival “La Noche de la Música Latina”, organizado por la Asociación Cultural Grupo Nuevos Aires, con la colaboración directa tanto del Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería como del Área de Cultura de Diputación Provincial, además de contar este año con el patrocinio de EFA Campomar. La cita con este género musical se consolida como una propuesta habitual e imprescindible del otoño almeriense y volverá a llenar de esta música las tablas del Teatro Apolo durante en dos veladas. Ayer fue el turno de los cantautores almerienses Víctor Guirado y César Maldonado y el sábado el turno es para el grupo almeriense Nuevos Aires, en calidad de anfitrión, y los cordobeses Capachos.

Sin duda que de parte de la organización es un acierto absoluto que en esta cuarta edición hayan contado con una noche monográfica de cantautores en esa vertiente de ‘conexión latina’. El legado del género desde el otro lado del Atlántico es inmenso. Violeta Parra, Víctor Jara, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Facundo Cabral, Alfredo Zitarrosa, Rubén Blades, Spinetta y un largo etcétera que llega a nuestros días.

Desde este punto de partida, Víctor Guirado y César Maldonado beben de fuentes similares aunque por edad, vivencias, tesitura vocal y rítmica, cada uno de ellos reinterpreta esas mismas influencias de manera distinta. El primero, más joven, con una incesante búsqueda en formas musicales que explora ritmos en distintos formatos, del bolero a la rumba suave, de la chacarera a la zamba, aunque nunca desde un punto de vista inmovilista. El segundo, más curtido, tiene cierto aura de canalla sabinesca y noctámbula, voz más corpórea y una habilidad para narrar historias completas a partir de experiencias cantadas con esa naturalidad y honestidad vívida.

El encargado de abrir la noche fue Víctor Guirado. Casualmente, el viernes pasado apareció en la emisión de La Voz de Antena 3 interpretando “Las Simples Cosas”, popularizada por tótems de la canción latinoamericana como Mercedes Sosa o Chavela Vargas. Una interpretación que conquistó a ‘los coach’ Malú y Luis Fonsi, que fue quien se lo llevó a su equipo. La canción volvió a sonar ayer en las tablas del Apolo y lo hizo en el tramo final de la actuación, con Quique Peña, habitual compositor y guitarrista de Carmen Muyor, de manera magistral.

Antes, Guirado ofreció un inicio de concierto de ritmos animosos y letras más aprehensibles desde la primera escucha, como “El Poeta Majareta”, con esa rumba venida a más con los coros participativos del público, “Amo Vivir Aquí” o “Tan Lleno De Ti”. “Son canciones que tienen alguna más de diez años y que me alegra ver cómo han evolucionado y se han transformado en lo que son hoy”, compartió confidente.

La segunda parte fue algo más intimista, con dedicatoria incluida a su tío, que le inició en la música, con una titilante versión de “Rocinante” de Asfalto. Incluso alguna similitud se le puede ver con Julio Castejón, que siempre se ha caracterizado por tener una tímbrica vocal especial para el rock. Tras “Las Simples Cosas” llegarían “Los De Ayer”, “Empezamos A Amar”, “Simplemente” y dos bises cantados a pie de escenario el primero y junto a César Maldonado el último, dedicado e inspirado por el desierto de Tabernas.

César Maldonado, gran cantador de historias

Sirvió de nexo perfecto que la última canción del concierto de Víctor Guirado fuese interpretada junto a César Maldonado para darle continuidad a la velada. Con apenas unos pocos minutos de receso para realizar los ajustes técnicos necesarios para otro artista, el almeriense salió a escena a demostrar una vez más su contrastada experiencia y habilidad para conquistar con la palabra y narraciones entre tema y tema, muy al corte clásico, y con una colección de canciones que ofrecen ese gusto a experiencia, a vidas sacudidas, a juegos entre versos y múltiples guiños.

“Regálame” tiene hechuras de canción grande, una de esas composiciones río que acaban arrastrando al oyente sin importar que el texto ofreciera dos o tres minutos más, a lo “Hurricane” de Dylan. “A Mi Edad” es un bello canto del libre amor, contando la historia de una mujer creyente que primero se divorcia y después se enamora de su mejor amiga. “Donde Miras Tú”, además de la guasa previa de la historia de los chakras (la equivalencia entre los siete chakras y las siete notas musicales) tiene muchas trazas de la picaresca de Luis Eduardo Aute. Todavía en el primer bloque, César hizo honores al festival al versionar el “Que Te Vaya Bonito” de José Alfredo Jiménez.

En el punto central del concierto contó con dos colaboraciones. Primero devolvió el ‘cameo’ Víctor Guirado en “El Tiempo Se Volvió Loco”, mientras que la joven Mar, a quien César conoció en un concierto del coro góspel de Clasijazz, sumó su voz a “El Menor De Mis Problemas”, inspirado por las relaciones a distancias. En medio se incluiría esa “Breve Historia De Un Futuro Presente” donde presenta una realidad distópica y mucho más positiva que el mundo de hoy.

El final llegaría con la sentida confidencia sobre “Me Queda”, canción escrita a la memoria de su padre, quince años después de su fallecimiento, para remontar el vuelo con el canto al bar “El Zaguán” y la rumba canónica de “Me Vas A Quitar La Vida”, que volvió a contar con una nutrida participación del público. Un cierre alegre para una noche en la que se puso en valor una determinado forma de vivir y sentir la música que nunca se acaba. Por suerte.

Publicado el septiembre 30, 2023 en Crónicas Conciertos y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.