Lento y Salvaje. Ricardo Lezón (McEnroe)

He escrito en multitud de ocasiones que hay discos que parecen escritos y creados para determinados momentos vitales justos y precisos. Idóneos. Cuya fuerza e intención expresiva dan justo en la diana de eso que vives dentro y que no tienes forma de calmar, liberar o entender. Desde ese momento algo te une a esa banda y ese álbum que no se puede comparar con otro tipo de simpatías. Entran a formar parte de un lugar que te acompaña, una especie de refugio, de sonido que te comprende. En esa selección de bandas con discos que han alcanzado ese estatus se encuentran Hamlet, Hora Zulú, Somas Cure, Extremoduro, también Robe, Marea, Leonard Cohen, Vetusta Morla, Bunbury y podría seguir citando otra veintena de nombres más, que también es lógico para alguien que vive la música de forma tan sentida como lo hago yo (pese a todo). Reconozco que esa sensación me ha pasado pocas veces con un libro. Siempre he sido un lector bastante impulsivo y aunque hubo una época (un espacio temporal quizá demasiado extenso) en la que me despegué un tanto por la falta de tiempo, volví hace tres o cuatro años a dejarle el hueco necesario. Y lo cierto es que no sólo lo conseguí, sino que lo amplié, haciendo que las lecturas superen el centenar cuando hago balance al terminar el curso. Bien. Eso es exactamente lo que me ha pasado con la lectura de este Lento y Salvaje, de Ricardo Lezón, vocalista, letrista y líder de la banda de rock alternativo McEnroe (la etiqueta indie siempre fue algo imprecisa en su contenido, algo de lo que hablaremos en el próximo libro que va a pasar por reseña). Y no importa que no seas muy seguidor del grupo o que ni te hayas parado a escucharlo alguna vez. La historia y la forma en la que es contada trascienden el hecho material del sonido, de las canciones, de los gustos. Hay mucha verdad, mucha honestidad brutal, y una prosa que con elegancia juega con nosotros con los mismos saltos espacio y temporales con los que no sacude la vida cuando quiere.

Quienes vivís en esta casa o los que venís de vez en cuando de visita frecuente (e incluso los de esporádica también serán conscientes) sabéis que la inmensa mayoría de las veces el tono con el aquí se escribe es positivo. Destacando las virtudes, subrayando lo bueno e intentando ser más constructivo que demoledor con lo malo. Y no es porque me guste todo sino porque, sencillamente, me gusta escribir de los discos, nuevos y remember, conciertos, libros y cosas que me gustan (y tengo tiempo, claro, que también hay álbumes de los que me encantaría hablar, pero el tiempo es el que es). Es lo que tiene no tener más obligación que la del compromiso con ustedes.

Dicho esto, he de reconocer, y creo que esto le da todavía mayor sentido a lo apuntado ya sobre Lento y Salvaje, que yo tampoco he sido nunca demasiado devoto de McEnroe. Está claro que por mi compromiso con la profesión, que me hace estar atento de manera casi compulsiva a todas las novedades discográficas, he escuchado todos y cada uno de sus álbumes, que siempre me han resultado gratos para determinados momentos o estados de ánimo, pero que nunca me han llevado a sentir esa pulsión de escribir sobre ellos. Tampoco he tenido la fortuna de encontrarme con la banda en directo, ni por trabajo ni por ocio, así que no he podido tener esa motivación y chispazo extra que da siempre ver a un grupo en vivo.

Os voy a compartir parte del texto de la contraportada para que sigáis situándoos: «Esta es la autobiografía de Ricardo Lezón, líder de la icónica banda McEnroe, que cumple veinte años de vida, con más de siete álbumes publicados y cientos de miles de kilómetros de carretera y escenario. La de McEnroe es la historia de un éxito extraño, de veinte años dedicándose a la música sin convertirla nunca en un trabajo, dejando crecer siempre la semilla de lo espontaneo, con la confianza de sus propios pasos. En este libro, narrado con mucha pluma y sensibilidad, Ricardo Lezón baja al suelo el mito del rock and roll. Un libro muy sincero escrito por el autor de algunas de las mejores canciones del indie español. Lento y Salvaje es el relato de un hombre construyendo su paisaje. La historia sencilla de alguien que camina a través de la ansiedad, la tristeza, la esperanza y la alegría con el paso frágil pero terco de quien encuentra el sentido y la paz en la belleza».

Ahora, retomo. Insisto, no importa que no te guste la banda. Ricardo Lezón consigue hacerte entrar en su mundo en la forma de contar las cosas. Para empezar, por el hábil recurso de romper la linealidad previsible de unas memorias al uso. Hay saltos constantes que te llevan del presente al pasado más lejano o al más inmediato, a veces usado con un efectismo sorprendente cuando nos cuenta una su primera separación en el capítulo anterior a cuando narra las emociones de su primer embarazo.

La mayoría de veces sin verlo venir, también va compartiendo historias que desembocan en la guinda final de desvelar que así nació una determinada canción (‘Un Rayo De Luz’, ‘Naoko’, ‘Resurrección’, ‘La Electricidad’, ‘El Alce’…). Lo hace hasta para explicar el porqué del nombre de la banda, una de esas preguntas que cualquier músico detesta que le hagan en una entrevista, sobre todo cuando lo has contado infinidad de veces a lo largo de los años.

Primeras canciones, primeros conciertos, primeros festivales donde pronto se verán poco propicios, encontrar el hueco dentro de su propio estatus, los proyectos paralelos, la relación con su hija e hijo…  El desarrollo te embauca en su propio estilo y, confieso, que me ha hecho llorar en varias ocasiones. La redención final que hace tanto con su padre (leído a lágrima viva) como con su madre es abrumadora.

Quien ha pasado (y pasa hoy) por consultas y por inhibidores de emociones verá el reflejo en el espejo en más de una ocasión. Un dolor no se esconde cuando oprime la identificación con algunos pasajes sobre ansiedad, sobre el crack emocional ante determinadas situaciones o la incapacidad para buscar el lugar ideal de comprensión. Las anécdotas menores pueden parecer vacuas en primera instancia, pero son ejemplos idóneos de todo ello y van construyendo una realidad completa a partir de pequeñas teselas. La forma de ver y sentir la vida, la creación y el amor. «La música siempre me ha ayudado a vivir, pero nunca he vivido de ella».

Quizá este libro sea ese chispazo para afrontar de nuevo su discografía.

El libro sale con Plaza Janés y lo tenéis a la venta en muchos sitios, entre ellos la web de Subterfuge, sello discográfico que acompaña a McEnroe desde hace tres lustros.

Os dejo, para terminar, la canción que escribió en pocos minutos tras la muerte de su padre.

Publicado el noviembre 23, 2023 en Actualidad y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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