Seguimos instalados este fin de semana en un par de libros que ha devorado entre descansos y descansos en estos días, después de que ayer os trajera el estreno literario y poético de Unai Lobo, titulado Poemas En El Ángulo Muerto, trompetista y letrista de los históricos Betagarri. Una publicación que ha visto la luz con la garantía de calidad de Desacorde Ediciones, al igual que el caso que nos ocupa hoy, puesto que la librera madrileña se mueve siempre con autores relacionados con las bandas de nuestro rock. Memorias De La Mar Ciega viene a ser la segunda novela de Josu Arteaga, que es el bajista y voz del grupo La Banda del Abuelö. Una formación que vive alejada de cualquier tipo de convencionalismo comercial y que en una independencia insobornable con un historial que comenzó con la demo Spaghetti Rock (2006) y que continuaría con So ‘ik’ so Libre & Salvaje (2008), Malpaso (2010), el deuvedé Las Moscas Lo Devorarán Todo (2011), La Sed De Fuego (2012) y, estos dos últimos también bajo el paraguas de Desacorde, Rockanrolla Mailu Bat Da – El Rock and Roll Es Un Martillo (2017) y el digipack Antzua, con un artwork muy cuidado de la mano de Xabier Atxa y ocho cortes de contundencia granítica y sonido más oscuro que en sus trabajos predecesores, gracias a Oskar Loiti, guitarra y una de las dos voces de la banda, que consiguió la atmósfera perfecta para un álbum post pandémico y pre apocalíptico, radiografía certera de todo lo que ya parece inevitable. Como inevitable parece también no dejarse embaucar por la prosa cruda, curtida y cortante del protagonista de una historia de supervivencia, de viejos consumiéndose más muertos que vivos, con los ojos mirando tropelías y con la memoria viva de querer hacer justicia tarde o temprano.

Dice así la divertida y resabiada biografía compartida del autor. Josu Arteaga (Arrasate-Ergüin, 1971) es sencillamente un liante. Asegura estar licenciado en periodismo, pero vaya usted a saber. Engañó a más de uno para colar sus chaladuras en Ekintza Zuzena, El Tubo, Onda Latinoamericana (México) y un sinfín de medios digitales, radiofónicos y escritos. Para colmo ni debajo del agua se calla el tipo. Tanto le gusta la historia que rememora las torturas inquisitorias con su banda de rock La Banda Del Abuelö. Un auténtico atentado a los oídos.

En Eskuak Burura! fue más lejos. Editó nueve poemarios propios y publicó a otros cinco autores. Pobres incautos. La que les cayó encima. El soborno tampoco se le da mal. ¿Cómo se explica si no que haya ganado diversos concursos literarios y periodísticos? También estropea con su nombre los libros colectivos Hank Over (Resaca) y De La Utopía Al Zapatismo y Viceversa. Y como su atrevimiento no tiene límites ha dirigido el cortometraje Marinel Itsua Eta Itsasneskak.

Como Macondo, Olariz es un pueblo ficticio, en el que Josu Arteaga desarrolla la historia, como ya hiciera en su primera novela, Historia Universal De Los Hombres Gato, que vio la luz en Alberdania en 2010 y se reeditó en Desacorde en 2015 y en la francesa Nouveau Monde en 2022.

Y es que la historia que presenta Arteaga se ambienta en esas tierras en las que la frontera no entiende de una línea trazada en un papel desde un despacho, como tampoco hay distinción entre muertos y vivos, guerras acabadas o inocencia sin corrupción, de perdones y venganzas. Todo ello narrado bajo la mirada de un viejo que apura sus últimas luces de raciocinio y razón, sopesando una vida bien consumida donde ganan los mismos y pierden los de siempre. Con mar, prostitutas, cemento, asesinatos, drogas, presas, urbanizaciones, paseos marítimos, cangrejos, distintos terrorismos y mucho dolor incurable como brújula junto al timón.

La sinopsis dice así: «Dicen los de Olariz que en el llano no tenemos entendederas, y razón no les falta. Pero, por más que tengamos la cabeza llena de pájaros y los intereses puestos en asuntos que tampoco llevan a nada, lo que no nos pueden negar es que tenemos paladar fino y sabemos apreciar lo bueno. Por eso llevamos más de una década esperando noticias suyas, confiando en que, más tarde que temprano, su bertsolari Arteaga se arrancaría a cantar.

Así pues, lector, ya seas del llano, la mar o la montaña, siéntete afortunado si en tus manos han caído estas memorias. Zambúllete hasta lo más profundo, sumérgete hasta quedarte sin aire, porque cuando emerjas para llenar de nuevo tus pulmones y te tumbes a la orilla, aunque con cierto regusto a cieno, tendrás los ojos abiertos para mejor ver.

Estas historias que vas a conocer acontecieron en Olariz, pero lo mismo podían haber sucedido aquí o acullá, porque la vida igual de puta es en cualquier lado».

Más que de prólogo, es interesante llegar a la orilla, nunca mejor dicho, con el ¿Epílogo? que firma Pierre Jean Bourgeat, que aclara los pilares argumentales de un libro tan duro como entrañable. Como frutos de la mar.

Enhorabuena a Desacorde Ediciones por tan buen gusto.

Puedes hacerte con la novela en su web.