Cicatriz – 4 Años, 2 Meses y 1 Día (1991)
La historia de Cicatriz y la de sus músicos fundadores es el ejemplo más claro de la devastación producida en los ochenta… con efectos prolongados hasta los noventa, sobre los estragos que la heroína causó en los barrios suburbiales de las grandes ciudades y, en el caso que nos ocupa, en todo el País Vasco. Aunque el daño que hizo la heroína fue similar en todo el país, hay mucha historia negra en torno a la facilidad con la que la droga circulaba por Euskadi tanto por las zonas industriales, incapaces de conseguir una reconversión que paliara el desempleo galopante, y las zonas más rurales. Ambas con ausencia total de esperanza de futuro como denominador común. El veneno se extendió por todo el país, pero en tiempos de ‘guerra sucia’ entre los terroristas y las fuerzas del Estado se convirtió en arma arrojadiza. Unos decían que era una forma de desmovilizar a la juventud vasca (llegaron a asesinar a más de 40 personas con esa excusa) y los otros que era una fuente de financiación para su estructura. Sea como sea, lo cierto es que la guadaña y la aguja, asociada finalmente al contagio de SIDA, se llevó a miles de personas por delante, muchos de ellos relacionados con la música. De todo género y procedencia. Ahí están los Antonio Vega, Antonio Flores, Enrique Urquijo, Ulises Montero, dos Tequilas y, en el punk, los ejemplos más claros de Iosu y Juanma de Eskorbuto, y Cicatriz. Hoy recordamos el segundo de sus tres discos de estudio, 4 Años, 2 Meses y 1 Día.
Cicatriz se formó en 1983 y, como toda banda en la época del encorsetado título de ‘Rock Radical Vasco’ (etiqueta que fue rechazada por casi todas los grupos a los que incluyeron ahí y que, sin embargo, fue excusa y orgullo para otra serie de formaciones que querían aprovechar el rebujo de su tirón comercial) se fue construyendo poco a poco en grabaciones compartidas (splits) como la del Disco de los cuatro (con Kortatu, Jotakie y Kontuz-Hi!) de 1985, que sucedió a la maqueta Cicatriz En La Matriz de 1984. Así, Oihuka (uno de los sellos que abanderó la citada denominación con Marino Goñi al frente, el otro fue el gran fotógrafo y periodista Pablo Cabeza) publicó el debut de Cicatriz, Inadaptados, en 1986.
En aquella grabación los niveles de salud de Cicatriz eran todavía casi óptimos pero la escalada desde ese momento hasta este segundo disco fue demoledora. Para empezar, en este álbum ya el guitarrista de los comienzos José Arteaga “Pepín” a quien la banda le dedica el disco. Falleció en 1987 a causa de la heroína. Antes de su muerte el guitarrista Goar Uñurrieta (que procedía del heavy metal y le dio a Cicatriz ese toque acerado que le acercaba en el estudio y en directo a terrenos cercanos) se hizo cargo de las seis cuerdas y él fue quien grabó este 4 Años…
La base rítmica la formaban Pedro Landatxe a la batería (se cuenta que el verdadero espíritu y motor de la banda era él) y Pakito Rodrigo en el bajo. Pakito falleció en verano de 1994 por el SIDA y Landatxe corrió el mismo camino al año siguiente. Seis meses después, en enero de 1996, fallecía por el mismo motivo Natxo Extebarrieta, la voz de Cicatriz desde que Marieli Arroniz “La Poti” dejara la banda en el 84. En los tres casos adquirido por compartir agujas.
Pero el camino de Natxo a este disco fue más convulso aún desde el primer elepé de Inadaptados a este segundo. En 1988 sería detenido al volver de Países Bajos para el entierro de su hermano, muerto por cirrosis, y es detenido por tráfico de speed y condenado a (¿adivinan?) 4 Años, 2 Meses y 1 Día. Cumpliría tres meses de la condena porque la cuadrilla montó un concierto con el que se logró reunir el dinero para pagar la fianza.
Supuestamente ‘limpio’, sufrirá un accidente de moto yendo “de paquete” que casi le deja para siempre en silla de ruedas. El periplo para que consiguieran operarle es digno del calificativo de negligencia médica y para sorpresa de todos acabará consiguiendo cierta movilidad ayudado de sus inseparables muletas, que se convirtieron en un símbolo para la banda, también para la escena punk… y para el menudeo. En todo ese proceso de recuperación, la depresión y el dolor le hizo buscar refugio de nuevo en la heroína, marcando así su destino y final precipitado.
El caso es que con el dinero de la indemnización Natxo pagó la grabación de este disco y lo hicieron marcándose el doble gusto de irse a los estudios Von’s Recording de Londres y publicándolo con su propio sello, Zika Records. Ni el estudio era demasiado reputado ni el sello tuvo más recorrido que los discos de Cicatriz y el spin off de Anticuerpos (grupo con el baterista Landatxe, Guillermo Sánchez de La UVI y Mamen Rodrigo, ex Vulpes)… Pero al fin y al cabo era la cuna del punk y un sello propio.
4 Años, 2 Meses y 1 Día está formado por once temas que creo que son los más ‘equilibrados’ entre la pujanza descontrolada del debut y el heavy de la tercera entrega. Se abre con el fantástico “Rock and Roll de Cicatriz”, hedonista, divertido y guasón, sin duda la que más he pinchado de ellos. “Loco” es una buena continuación (ninguna de las dos pasa de dos minutos) con otro rock, esta vez más crudo, pero suavizado con unos coros demodé que dan paso a un afilado arreglo de guitarra.
“El Quebrao” es una brutal versión de un vallenato del grupo colombiano Los Betos, una pena de abandono (como la de “El Solitario” de Dorindo Cárdenas que versionó Bunbury) como la del renegado social de “Solo Otra Vez”, más belicosa. “Don’t Worry”, por aquello de Londres, es un tema en inglés con autoría de Mamen de Las Vulpes. La escala de la guitarra en la parte instrumental es puro heavy metal.
También hay firma ajena, de Eguizalde, más poética, en “Una Niebla Gris”, que antecede a “La 204”, número de celda de Natxo en sus tiempos en la cárcel de Carabanchel, donde Rosendo grabaría el directo en marzo del 99. Aquí no hay ni poética alguna (precisamente leo estos días las memorias del manager Tibu, encarcelado por asuntos relacionados con El Canto Del Loco, Hombres G y un largo etcétera y ahonda en cosas del día a día carcelario) y, además, la música refuerza la monotonía del peso de los días de reclusión con un tempo machacón y desprovisto de aderezos ni florituras.
En “Qué A Gusto Estás” se evoca la dicotomía entre la angustia del mono y el instante fugaz del consumo. “Me Gusta Conducir” es la narración de la enajenación mental que lleva al atropello voluntario, mientras que “El Cuello De Pavo” no habla precisamente de la cabeza y el cierre vendrá con la también muy celebrada “Lola”, otro rocanrol que juega con las pentatónicas en el solo y se extiende para diversión popular, engordando a su vez el largo cancionero con el nombre de marras.
Un año después, Cicatriz publicaría su tercero y último de estudio, Colgado Por Ti, abiertamente heavy, para despedirse, ya solo con Natxo de la formación más clásica, con En Directo en 1994.
Lista de canciones – tracklist:
- Rock & Roll De Cicatriz
- Loco
- El Quebrao
- Solo Otra Vez
- Don’t Worry
- Una Niebla Gris
- La 204
- Qué A Gusto Estás
- Me Gusta Conducir
- El Cuello De Pavo
- Lola
Publicado el octubre 11, 2024 en Críticas Remember y etiquetado en 4 Años 2 Meses y 1 Día, Cicatriz, Críticas Remember. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.




No le habré dado escuchas al directo de los Cica.
La verdad es que resulta curioso el volver a ciertos discos y grupos que uno escuchaba de adolescente.
Un saludo.
Efectivamente, yo también empecé con el directo, pero para la crítica me parecía más representativo este.
Para recordar está esta sección!