Avalanch – 30 Aniversario

Publicado por elchayi

Avalanch es una de las bandas más grandes que ha dado el heavy metal de nuestro país. Es indiscutible. Sin entrar en los motivos de cada uno de los cambios de formación, lo es pese a que a lo largo de sus treinta años de vida han pasado por su alineación siete vocalistas, seis guitarristas, cinco bajistas, seis teclistas y cuatro bateristas. Quizá sea lo normal, pero reinventarse tantas veces (especialmente en lo que a vocalistas se refiere, puesto que es un papel primordial para el sentimiento de sus canciones) ha sido una traba enorme en el camino que, sin embargo, no ha hecho desfallecer al grupo, pero sí dar la impresión de una inestabilidad con la que es complicado mantener una cierta ‘unión’ en sus propios seguidores. Treinta años después todavía hay quien no olvida la época de Juan Lozano, quien considera que como Víctor García ninguno, quien prefiere los matices frágiles y a la vez arenosos de Ramón Lage, quien se queda con la técnica y pulcritud vocal de Isra Ramos, quien se queda con el recurso de urgencia de Jorge Berceo o incluso con el punto argentino de Alirio Netto. Con El Dilema De Los Dioses llegó el estreno de José Pardial a quien tampoco se le puede decir que no cante con una fiereza, técnica y control de recursos encomiable y perfecta. Pero, insisto, lo queramos o no, es difícil no tener en la cabeza quién hizo popular cada una de las canciones. El caso es que en un lógico ejercicio de ‘reactualización’ –no es el primero- Alberto Rionda (al fin y al cabo él es Avalanch) decide celebrar su treinta aniversario con 20 canciones grabadas con la nueva alineación. Como hizo Lage. Y Ramos con El Ángel Caído… 30 años (aunque son casi 32 a día de hoy si contamos la maqueta Ready To Glory del 93). Que vengan muchos más.

La selección y orden de los temas es el que considero más lógico en estos casos: cronológico.

Lo es porque así la evolución del sonido y las formas en sí de las canciones se desarrollan con más lógica y acorde a cómo lo hemos vivido o cómo se desarrollaron los acontecimientos en cada momento. ¿Qué ocurre con eso? Que, claro, en el afán de que todas las épocas y discos queden representados hay temas que no están al mismo nivel simbólico. Y no hablo siquiera de calidad compositiva (todos sabemos que las primeras canciones más básicas y sencillas de las bandas a veces son las preferidas frente a cuando las inquietudes y el aprendizaje empiezan a querer complicar el asunto), sino de carácter, de poso, de carisma. Y eso en este caso lo da el tiempo. Una canción ‘joven’ no puede estar a la altura de un “Cambaral”, “Xana”, “Lucero” o “Alas De Cristal”.

Se echan en falta algunos temas y, siendo una edición de doble cedé, quizá no parece lógico no haber aprovechado sus dos horas y cuarenta minutos, dejándolo en poco menos de una hora y tres cuartos en 20 temas. 30 aniversario, 30 temas, y hubiesen cubierto los dos cedés.

Con todo, lo que hay está bien y se disfruta porque es las canciones siguen siendo jodidamente buenas las cante quien las cante. Y ese es el poder de la historia de Avalanch y de Alberto Rionda.

“Juego Cruel” presenta un inicio muy a lo balada de Scorpions, Pardial se situa (para entendernos) en un punto medio entre Isra y Tete Novoa en los giros. Personalmente creo que la desconstrucción de la melodía vocal en el estribillo le quita la suntuosidad que tiene este tema tan bisoño pero embaucador. “Torquemada” es directa y en ella destacan los añadidos sinfónicos del break. “Pelayo” es de las que mejor se lleva Pardial a su terreno, mientras que en “Cambaral” se gana en teatralidad desde todos los aspectos. Llegamos a “Xana”, palabras mayores. La canción es un tótem y, claro, suena como un tiro, pero queda lejos del halo mítico y doliente de sus predecesores. Es el solo de la segunda parte donde “Delirios De Grandeza” presenta una mayor variación, sumado a un final delicado y preciosista.

Pasada la fase de Juan Lozano y Víctor García, entramos en la de Ramón Lage con “Lucero”. La canción con la que Lage nos enamoró (junto con el cambio de sonido de la banda) es otro desafío al que Pardial responde cambiando alguna prosodia o retrasando la entrada de algún verso. Recursos personales que chocan con nuestro recuerdo. “Niño” mantiene toda su oscuridad y es de las que mejor suenan en esta alineación.

En “Alas De Cristal” se consuma el cambio definitivo a lo melódico de aquella época. Se mantiene lo ampuloso vocal del fraseo, como en “Aún Respiro” donde habría que subrayar el aderezo de teclas en el estribillo. En “Pies De Barro” se vuelve más grácil la base rítmica y se añaden capas de guitarra y teclas bajo las líneas melódicas principales. En la maravillosa “Hoy Te He Vuelto A Recordar” destacan unos melismas nuevos por parte de Pardial que no desentonan.

En “Otra Vida” el estribillo se antoja mucho más crudo y desgarrador (ojo, que está Lage), mientras que “Mil Motivos” sigue teniendo en las guitarras dobladas su principal enganche. “Baal” y “Lilith” son dos temas que, con sinceridad, soy incapaz de cantar porque apenas he vuelto a ellos desde su lanzamiento. Quizá el hecho de no tenerlas grabadas en mi memoria puedan hacer que sean las que más rápido se aposenten con el nuevo registro.

“El Peregrino” es una de mis favoritas de los últimos tiempos de Avalanch y Pardial consigue darle un plus de belleza, mejorando incluso la original, quedándose también cerca en “La Flor En El Hielo”. El cierre lo pone, claro está, dos temas del disco en el que ya estaba en el grupo, “Horizonte Eterno” (que no era de mis favoritas por entonces) y una muy buena “El Dilema De Los Dioses” que acaba dejando un sabor dulce y la puerta abierta a una nueva era que seguro que traerá notables canciones y, esperemos, pocos cambios nuevos en la alineación.

Alberto Rionda, guitarra y líder de la banda asturiana, con motivo de la publicación del álbum 30 Aniversario compartió estas palabras, con la que cierro ya está reseña.

«¿Con qué me quedaría después de estos 30 años? Con las interminables horas de trabajo en solitario componiendo y creando todas y cada una de las canciones que conforman la trayectoria artística de mi vida.

Con todos los músicos que han pasado por la banda, aportando con su talento momentos mágicos, algunos de ellos en el estudio de grabación, otros en los escenarios. Con experiencias amargas y dulces que, en su conjunto, conforman la historia de este apasionante proyecto. Con todos los profesionales, managers, equipo técnico, compañías discográficas, distribuidoras, promotores, periodistas, diseñadores, ilustradores y amigos. La mayoría de ellos buenos profesionales, que con su entrega han respaldado cada paso que hemos dado. Con el legado de canciones que quedan para la posteridad como testimonio de toda esa pasión y dedicación que siempre he entregado, con el corazón puesto en todas y cada una de ellas. Muchas de esas canciones sé que han formado parte de la vida de muchos de vosotros, y por supuesto, de la mía.

Con los músicos que actualmente conforman la alineación de Avalanch. Artistas de corazón, con talento de sobra para hacerme volar cada noche sobre el escenario, y para apuntalar toda la música que va brotando de mis entrañas en el estudio. Con compañeros de viaje que sin darme cuenta, se han convertido en verdaderos amigos. Lo que nos queda por ofrecer se aventura grandioso. Por supuesto en estas palabras incluyo al equipo técnico, y de management. ¡Gracias!

Y sobre todas las cosas, contigo desde luego, si has seguido la aventura de Avalanch hasta aquí, te has ganado mis respetos y mi gratitud. Si has llegado a leer estas líneas, eres sin duda una parte fundamental de la esencia de Avalanch, el proyecto artístico de mi vida.

¡¡¡Gracias de corazón!!!».

Lista de canciones – tracklist: