Entre las muchas cosas que un hijo debe hacer por su madre, está la de acompañarla al evento donde quiera asistir y no vaya sola. Digo esto como coartada, porque lo cierto es que cuando me propuso ir a un concierto de Hevia, aunque no fuera algo que de por sí tomara yo la iniciativa, no terminaba de desagradarme porque tenía una sana curiosidad por ver el desempeño en directo de quien fue (es) uno de los gaiteros mayores del cambio de milenio, junto a Carlos Núñez. De hecho, su salto a la fama en 1998 con Tierra De Nadie coincidió con ese momento en el que pude nutrirme de muchísima música y era un artista que estaba en todos los medios de comunicación. Con un respeto meritorio debido, nunca había tenido la oportunidad de cruzarme con sus giras y ayer fue el día. En el marco de la prolongación de la gira del 25 aniversario por el premio Platinum a un millón de discos vendidos en el año 2000 de aquel álbum en toda Europa, Hevia llegó con banda al completo (batería, teclados, percusión y bajo) y su colección de gaitas (una normal, otra eléctrica), flauta travesera, flautín… Un concierto en el que, además, se me desveló como un fantástico imitador, un excelente contador de historias y con una elegancia y amor por el folclore entendido como  «algo que no tiene que estar en las vitrinas, sino que debemos nutrirlo con incorporaciones de nuestro presente, que después se quedarán o no, pero que siga estando vivo». Sabias palabras.

Es cierto que mi trabajo me permite (y obliga) ver todo tipo de espectáculos. Y hablando de folclore, hay un festival internacional anual pero más apegado a esa tradición más clásica, en ropas, instrumentos, filosofía… Luego está otro festival (Alamar) donde suele enfocarse el asunto a territorios también de raíz pero de una perspectiva jazzística o ‘world music’ –por resumir-. Pero en esa sana curiosidad de alguien que se dedica vocacionalmente a esto, tenía esa inquietud por ver el desarrollo del concierto de Hevia., que visitaba el Teatro Cervantes de Almería de la mano de Kuver Producciones.

Lo primero que llama la atención es el tempo. No hay necesidad de correr y cada tema es presentado con una historia, siempre interesante, que contextualiza y ayuda a entender y situar lo que estás escuchando. Creo que esa es la clave de que la atención no decaiga en ningún momento, sin necesidad de grandes efectos visuales y artificios en la puesta en escena. A eso se suma la proyección de imágenes añejas y en contexto, que hacen del desarrollo una experiencia plena.

No voy a entrar en desgranar todas las historias de cada una de las composiciones interpretadas anoche (cuya lista tenéis a continuación), sobre todo por no hacer el spoiler y que vayáis a verle si tenéis la oportunidad. Una buena banda con Rubén Rebolleda a los teclados, Paco Yebra al bajo, Lauren Stradmann a la batería y María José Hevia a las percusiones también hacen que el resultado sea excelente.

Que sirva esta foto y estas cuantas líneas como aplauso por una gran propuesta, tanto en sonido como en actitud. Una noche de lo más agradable –y distinta-.

Setlist – repertorio:

• Abuelo Pepe Velasco
• Albo
• Bailes De Panderu
• Fandangu De Los Llobos
• Carretera D’Avilés
• Pericote
• La Carriola
• Danza de Xan Xuan De Nueva
• Soprepena
• Rubiercos
• Naves
• Xota De Santurio
• Barganaz
• Presentación de banda + Solo de percusión
• Busindre Reel
• Dos De Mayo