Medalla – Música Máquina
Empecemos por el final: menudo trallazo. Lo de Medalla, os confieso, lo veía venir. Cuando se me cruzó en el camino Duelo, un álbum de perturbadora portada que incluso se coló en mi selección de discos del año 2023 con un flamante bronce, ya avisaba y escribía aquí que lo de estos chicos era mucho más que una propuesta de pose a la galería. A saber, metan en la coctelera metal (del thrash al heavy), el punk combativo, el rock psicodélico y la épica medieval… A fuerza de afilar las hachas y echar músculo rítmico, ‘se les ha caído’ la parte de la impronta más pop o post-punk, dejando paso, a la vez, a una declaración de intenciones brutal, como dicen: «Un disco profundamente crítico: anticapitalista, anti-fascista y con la religión como telón de fondo. La crítica contra el sistema es el eje narrativo que vertebra las canciones». Música Máquina es un pelotazo de cuarenta minutos de duración que casi nos conecta, según el momento, con Slayer, Motörhead, Turbonegro, Judas Priest…Si ya la coda de “Todo Está Enfermo”, uno de los mejores temas de Duelo, tenían cabalgadas a lo Iron Maiden, ahora todo se multiplica. No es que hayan tirado la puerta, es que la han desintegrado. Y en un tiempo en el que todo el mundo lima sus aristas para llegar a más gente, se agradece que lleguen todavía bandas dispuestas a dejar todavía más claro que la complacencia no es lo suyo. Felicidades, no hay duda de que nos veremos el 5 de enero con las medallas de 2025.
“Medalla pisan el acelerador al máximo en “Música Máquina”, un quinto disco que se siente prácticamente como un álbum debut y que suena tal y como promete. Porque si algo han aprendido los de Barcelona en estos 8 años de trayectoria es a escribir canciones con garra y a dejarse la piel en ello. Precisamente esa energía e ímpetu los ha llevado a crear su obra más combativa hasta la fecha”, nos avanzan.
El disco se publica bajo el amparo de su sello discográfico Estudio Mazmorra y viene acompañado de una edición limitada a 250 copias en vinilo negro formato gatefold, que la banda puso a la venta dos meses antes de la salida digital y están a punto de agotar las copias. La dirección creativa del proyecto la firma el artista madrileño Tumulus Design, con un artwork absolutamente espectacular. El disco ha sido producido, grabado y mezclado por Sergio Pérez (SVPER).
“Penitencia I” nos recibe a modo de introducción instrumental y a mí, lejos de las formas y acordes, me recuerda a esa poderosísima entrada de “The Hellion” como preludio de “Electric Eye” de Judas Priest en Screaming For Vengeance. Desde luego el título da motivos para el tono conceptual porque el galope viene fuerte en “Sacrilegio”: «contra el fascismo, satanismo», proclaman en un corte muy thrasher, con bien de graves y solos afilados pero no chillones, como tampoco lo es la voz de Eric Sueiro –también guitarra-, otra de las claves. Marc López a la batería y coros, Joan Morera a la guitarra eléctrica y coros y Josep Peris al bajo y coros completan el cuarteto.
Ironía al más puro estilo Lendakaris Muertos (que cantaban aquello de “vas a despegar en el cambio de rasante”) pero con mucho de humor negro, negrísimo, es “BMW 666”, toda una oda para los kamikazes de carretera que arriesgan la vida de los demás. «666 BMW: Esta vez no vas a volver. Esta vez no vas a volver. Dime, ¿tienes prisa?», profetizan en una sinfonía de velocidad y guitarras engarzadas. Con la furia que destila Medalla no es raro que para una colaboración tiren de las también viscerales Bala en “Amigo Mercado” (que ya tenían un tema de agobio económico en su último disco y en la brutal “Prisas”), que luce en su base rítmica oscura y densa y la elegancia de unas guitarras aceradas. El punto retro es muy acusado en el estribillo.
Más esencia Judas Maiden o Iron Priest en las guitarras dobladas de la entrada de “Para Sorpresa De Nadie” que tiene un desarrollo lineal a la vez que otra declaración de amor: «Lucifer es mi pastor, nada me falta (…) No hay esperanza». Los que aplauden al opresor encontrarán en “Mechero” una puesta situacional y en “El Trabajo No Dignifica” la hostia definitiva con una base y desarrollo de guitarras muy cercano a los mejores temas de Mastodon –de The Hunter para atrás, vaya-.
El primer respiro llega en “Bestia Del Abismo” y no porque no tenga tralla, sino porque su metraje más largo –casi los cinco- permite jugar más con otras texturas y capas de guitarra, reminiscencias que conectan con otras partes de su discografía. A modo de interludio viene “Viento Metal” (que quizá no era necesario separar) antes de “Asedio”, un instrumental que en su desarrollo esconderá cierto aire hardrockero con algo más de luz… Desembocando a ese “Despertar Medievo” que ofrece compases dignos de un canto cercano a la cántiga de trovador… Pero claro, con el volumen al once y la adrenalina disparada.
En el tramo final, “Salmo De La Vigilia” contará con el recitado de Falç de Fetillera, grupo de doom y folk inspirado en la brujería, “Sangre Azul” jugará con la sinuosidad de las melodías orientales y un toque más progresivo. El cierre lo echa “Penitencia II”, un corte instrumental mucho más folkie, medieval y, de nuevo, progresivo.
Magníficos, Medalla.
Lista de canciones – tracklist:
- Penitencia I
- Sacrilegio
- BMW 666
- Amigo Mercado (con Bala)
- Para Sorpresa De Nadie
- Mechero
- El Trabajo No Dignifica
- Bestia Del Abismo
- Viento Metal
- Asedio
- Despertar Medievo
- Salmo De La Vigilia (con Falç De Fetillera)
- Sangre Azul
- Penitencia II (con Falç De Fetillera)
Publicado el octubre 16, 2025 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Música Máquina, Medalla. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.




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