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Cicatriz – 4 Años, 2 Meses y 1 Día (1991)

La historia de Cicatriz y la de sus músicos fundadores es el ejemplo más claro de la devastación producida en los ochenta… con efectos prolongados hasta los noventa, sobre los estragos que la heroína causó en los barrios suburbiales de las grandes ciudades y, en el caso que nos ocupa, en todo el País Vasco. Aunque el daño que hizo la heroína fue similar en todo el país, hay mucha historia negra en torno a la facilidad con la que la droga circulaba por Euskadi tanto por las zonas industriales, incapaces de conseguir una reconversión que paliara el desempleo galopante, y las zonas más rurales. Ambas con ausencia total de esperanza de futuro como denominador común. El veneno se extendió por todo el país, pero en tiempos de ‘guerra sucia’ entre los terroristas y las fuerzas del Estado se convirtió en arma arrojadiza. Unos decían que era una forma de desmovilizar a la juventud vasca (llegaron a asesinar a más de 40 personas con esa excusa) y los otros que era una fuente de financiación para su estructura. Sea como sea, lo cierto es que la guadaña y la aguja, asociada finalmente al contagio de SIDA, se llevó a miles de personas por delante, muchos de ellos relacionados con la música. De todo género y procedencia. Ahí están los Antonio Vega, Antonio Flores, Enrique Urquijo, Ulises Montero, dos Tequilas y, en el punk, los ejemplos más claros de Iosu y Juanma de Eskorbuto, y Cicatriz. Hoy recordamos el segundo de sus tres discos de estudio, 4 Años, 2 Meses y 1 Día.

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