Que más de once años después todavía me pase que haya bandas con discos y canciones que  escuchaba en casa y pinchaba con frecuencia en los años de sesiones rockeras por fiestas y bares quiere decir varias cosas. Por un lado, que mi memoria me empieza a jugar malas pasadas… Aunque yo prefiero optar por el hecho de que hay tantos grupos, formaciones y discos dignos de aparecer en la crítica remember de los viernes que es normal que esto siga pasando incluso dentro de otros once años –claro, es que no podemos escribir de todo lo que queremos-. Hoy nos vamos a 2012 (el año que abrimos la web, precisamente, aunque este disco se escapó del ‘radar de las novedades’) con esta formación que se estrenó bajo el nombre de Hijos Del Hambre. Fue realmente una ‘refundación’, ya que el grupo venía dando caña la década anterior bajo el nombre de Rockalcohol. Por eso, a modo de bisagra y de una forma de cerrar una puerta y abriendo otra. Antuán Lamur (Antonio Moreno), al bajo y la voz y Juan Carlos Pastrana y Rafa Virtual, a la guitarra y coros, formaban parte de la citada Rockalcohol que, con la salida a la batería de José Fega, decidió cambiarse el nombre de cabecera incorporando a las baquetas a Pastor. Encontramos un rock and roll de eminente carácter castizo, callejero, con mucho de aires nómadas y un buen gusto en varias formas o introducir arreglos diferenciales tanto en los instrumentos básicos como en la incorporación de pianos y otros aderezos. Una buena y honesta banda que, por cierto, todavía sigue en activo, aunque en términos discográficos su última referencia fuese su segundo disco, Maldito Dinero, publicado en 2015. Vamos al lío.