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Sexy Zebras – Bravo
«El buey de la portada se llama Florito, tiene nueve años y vive con su madre Florita en Sevilla. Para nosotros es un precioso reflejo de la belleza de la imperfección», explicaba la banda cuando presentaron la portada del que iba a ser, y es ya, su sexto trabajo discográfico de estudio en tres lustros, cambiando Universal por Warner, por cierto. Creo que poco le puede importar a la banda los asuntos de leguleyos entre sellos porque en cada paso han venido demostrando que han hecho lo que les ha venido en gana, siendo hoy uno de los mejores y más recomendables exponentes ‘bisagra’ entre lo que puede ser (a grandes rasgos, uso los términos en un absoluto ejercicio reduccionista, para situarnos) el público rockero –la denominación de origen de Hortaleza sigue siendo una garantía- y el indie –o lo que diablos quede de la etiqueta que nunca lo fue-. Si en su Calle Liberación de hace tres años los madrileños atacaban con llaneza un disco de rock, puro y crudo, con mucha distorsión, bases contundentes y una paleta de sonidos todavía más genuina que en la de álbumes anteriores, de lo castizo a lo psicodélico, del estruendo al riff bailable, ahora vuelven con la misma furia pero con más matices melódicos que redondean todavía más la sumatoria de las partes. Sigue estando el humor hacia arriba, pero también se percibe cierta sensibilidad nada impostada. Sexy Zebras sigue estando en el lado bueno de la historia, con sus imperfecciones enérgica y ahora también bellas. Bravo.
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