Hay expresiones que adquieren connotaciones negativas olvidándonos a veces que el lenguaje tiene muchos matices y sentidos que no tienen por qué ser perniciosos. Ocurre, por ejemplo, con el término cinismo (del que se ha olvidado su segunda acepción: «Doctrina filosófica fundada por Antístenes (siglo V a. C.) que se caracteriza por el rechazo de los convencionalismos sociales y de la moral comúnmente admitida») o con eso de ‘estar de vuelta’. Y me quedo con la segunda para hablaros de esta banda madrileña Loma Baja, que se estrena bajo esa cabecera con su primer larga duración, titulado Piscinas Verticales, que ya de por sí el título tiene mucho de guasa descreída. Y es que la formación se autodefine como “banda de rock misteriosa electro – analógica, post – todo y experimental”. Pero lo que puede parecer una connotación manida con eso del “post – algo” aquí se torna en creíble y plausible porque el cuarteto, que ya viene rodado en proporciones considerables en otras bandas como G.A.S. Drummers, Adrift, El Páramo, Gentemayor, Soud Edipo, Giganto o Another Kind Of Death, sí que logra alcanzar el verdadero sentido de un término que se había convertido en un calificativo de moda más. Quizá sólo esa experiencia previa explica la solidez de una propuesta que, aunque árida y exigente por momentos, está a un nivel más que notable. Abrimos con ellos una semana en las que os voy a traer a cuatro bandas no tan conocidas, cuatro descubrimientos que viene con nuevo álbum bajo el brazo, como nos gusta y como llevamos haciendo tantos años. Sea.