Mikel Erentxun – Septiembre

Publicado por elchayi

Escuché un día a un monologuista decir que septiembre era el lunes de los meses y algo de cierto tiene por esa dualidad que se sucede con el paso del tiempo entre el estreno del nuevo calendario tras cada Nochevieja y esa sensación de apertura de curso, temporada, ciclo que viene tras el carpetazo de agosto. Puede que sea el mejor título posible para la propuesta con la que Mikel Erentxun se mantiene en la brecha de la escena musical. Un nombre bajo el que encontramos hasta dieciocho temas agrupados en dos discos (aunque cabe en uno), pero que en primera instancia iba a ser hasta un triple. Cuantiosa cosecha trabajados en tiempos de pandemia y que vienen a ser un giro bastante notorio con respecto a las últimas décadas. Después de más de cuatro décadas en escena, Mikel se aventura a utilizar el piano como instrumento a la hora de crear nuevas canciones (empujado por el impulso que siente al ver la película biográfica de Elton John) y también mantiene a la vez esa creciente necesidad por explorar el mundo Beatles que ya se plasmó en aquella arriesgada versión que incluyó en el disco Tributo a Joaquín Sabina, que no fue entendida por muchos (me incluyo). Ya entonces echó mano de Rufus T. Firefly, que es precisamente una de las bases de este disco, puesto que Víctor Cabezuelo (que además produce) y Julia Martín-Maestro se suman a la banda, como Daniel Ruiz (coproduce) y Sam Barritrop de la banda inglesa Reme. Resulta por tanto coherente llamar a un disco Septiembre, el mes que no es el primero, pero como si lo fuera, con un contenido que paradójicamente suena fresco y renovador pese a tener una acusadísima inspiración setentera, además de por los nombres citados, por otros como Marc Bolan, David Bowie o Tom Petty.

La extensa colección de músicos se repartió la grabación en Estudios Elkar de la siguiente manera: Víctor Cabezuelo y Daniel Ruiz se encargaron de guitarras eléctricas, acústicas, piano, wurlitzer, teclados varios, mellotrón y coros; Sam Barltrop de bajo y acústicas; Denis Barzaga y Juan Feo de congas; Julia Martín-Maestro batería y percusión; Joseba Irazoki de guitarra eléctrica; Víctor Sánchez de la percusión y Anni B Sweet de los coros en la mitad de cortes, uno de ellos con mayor protagonismo. La mezcla se realizó en Lasala a manos de Jordi Mora, mientras que la masterización se hizo en Sterling Sound Edgewater con Greg Calbi a los mandos.

«Septiembre es un disco que refleja un alma analógica y piel setentera» anticipaba ya el autor con los primeros adelantos. Y así de encantador se siente durante casi la hora que alcanza el metraje, donde encontramos variedad en las extensiones, desde pequeñas gemas que apenas pasan en el minuto a otros ejercicios más explosivos que sobrepasan en algún caso los seis minutos.

Se abre la lista con el piano juguetón de “A La Luz De Las Farolas” (a la postre uno de los temas adelantados y que daba ya todas las claves del conjunto). La fina psicodelia de la progresión instrumental también tendrá guiños de guitarra eléctrica y percusiones que suenan a rock setentero de la corte Grand Funk Railroad. “Cierre De Emergencia” es de los cortes más desnudos y donde prima la corriente narrativa, a la postre con una de las mejores letras del álbum, desarrollándose como una plegaria retórica, fórmula que encontraremos en otros pasajes.

“Flores y Café” se presenta más animosa y es uno de los homenajes velados más claros a Beatles por la vía Harrison, como ha reconocido en alguna entrevista el propio Mikel. En “Este Agosto Es Un Gran Viernes” destaca otro de los elementos comunes del álbum, que es la forma que tiene la batería de sumar desarrollos rupturistas de la linealidad previsible del disco, algo que de alguna manera mantiene una excitación constante en la escucha. “Tren A Marte” es uno de los más agresivos del conjunto, desde el sonido como por el armazón rítmico, simulando la locomotora por la que hay referencias veladas a Bowie, Petty y Lou Reed.

Dedicada a su hija, “Oh, Siena” destaca por el preciosismo de su piano latente, corte (tampoco es el único) donde Mikel deja entrever ya algunos pliegues de la voz propios de esa sexta década que se asoma sin remisión. Frugal, palmas incluidas, la sucede “Tú y Yo”, donde Anni hace segundas voces más presentes (aunque nunca solista) en un tono happy-hippy contenido pero contagioso. “Una Canción” tiene aristas que recuerdan a algunas cosas de los tiempos de Duncan Dhu. Sea por la cercanía o mera casualidad, la cosa se queda contenida en apenas un minuto, como un pildorazo que deja ganas de más y buen sabor. El cierre del primer bloque llega con “Al Sur De Vejer”, la aproximación más clara al folk, casi country, pero con segundas voces de raigambre y melismas flamencos.

Delicioso ejercicio de pop rock y voz más límpida para “Los Días Que No Vivimos”, melodías más accesibles, tema más pulido, guitarras y melodías armonizadas con fiesta de coros en la segunda parte hasta la coda. Un tema que sonaría mil veces en las radios de otros tiempos. “Pensando En Ti – Cuando Lo Urgente Es Vivir” es el otro tema con dedicatoria del disco, en este caso para Pau Donés. De “Mariposa En Flor” me quedo con la manera que se juega con los canales, echando claramente la guitarra a uno de los lados y el grueso de la voz al otro. Recomendable escuchar con auriculares.

Imposible evadirse de “Day Tripper” con el riff principal de “Es Sólo Amor” que mantiene con lustre el honor del parecido. Balada de despedida para “En Los Aeropuertos”, donde la voz y las teclas dialogan en sus menos de dos minutos. En “Si No Es Por Ti” vuelve a presentar esa dualidad entre formas pegadizas con toques disruptivos de batería, para la coda, unos coros y palmas que azuzan el resultado final que casi parece abrazar ciertos guiños al rock más americano.

En la terna final, “Ladridos En El Pecho” tira más la balanza hacia Bolan y Reed, con sonoridades rajadas y ligeros toques de blues. “Exilio” es un bellísima canción – confesión, que de tiene algo de canto misal en sus formas expresivas. El cierre viene de “Cuando Éramos Ayer”. Un tema en el que la primera parte de desarrolla con homogeneidad con el conjunto, pero que explota en la segunda parte en una fiesta de distorsión y psicodelia que conecta claramente con Los Estanques y con los desbarres que también se permite en ocasiones los propios Rufus T. Firefly.

Creo con firmeza que Mikel Erentxun ha encontrado lo que quizá sin saber iba buscando, romper la previsibilidad y divertirse en nuevas formas que, además, le sientan como un guante sin necesidad de recurrir a clichés circunspectos o a maneras impropias de su experiencia. ¡Lo celebramos!

Lista de canciones – tracklist:

Disco 1: