Nosoträsh – Nadie Hablará De… Nosoträsh (1997)

Hablando de Undershakers hace ya más tiempo del que podía imaginar (compruebo que son siete añitos y medio, como cuando se te rompe un espejo) que escribía que hubo un tiempo en el que en el indie español era otra cosa a lo que derivó a finales de la década de los dosmiles y hasta antes de la pandemia que, de alguna manera, rompió la máquina clonadora. (Sobre la idoneidad o no del término indie os recuerdo que escribió bastante bien José Olmo en Indie. La construcción de un no-género musical). Antes de que se convirtiera en algo fagocitado por el propio sistema en su provecho, hubo un tiempo en el que el indie no era solo una pose en el que ser el más raruno gana. Hubo un tiempo en el que el rock y el indie podían hacer buenas migas. Ese tiempo coincide con la explosión de algo que se llamó Xixón Sound (también Donosti andaba cerca), y que nos daba grupos que coqueteaban con el rock, el garaje, el beat… Australian Blonde, Doctor Explosión, Nosoträsh, Manta Ray –de donde saldría a solas después Nacho Vegas-, Los Sangrientos, hasta Babylon Chat bebe de ahí –donde se curtiría Igor Paskual antes de relanzar la carrera de Loquillo en el inicio de milenio, podría tener ciertas conexiones con ese sonido libre y fresco. Efectivamente, este sexteto era del mismísimo Gijón y tras una maqueta en el 96 y dos epés lanzados de forma independiente en 1997, recopilaron un poco de aquí y allá, pulieron el resultado y completaron con otros cuantos temas lo que a la postre fue su debut oficial, Nadie Hablará De… Nosoträsh, publicado con la poderosa BMG Music Spain (ahora Sony). Hoy lo recordamos.

Nosoträsh estaba formado entonces por Eugenia Gancedo al bajo, teclado y coros, Covadonga De Silva en la batería, Montserrat Álvarez a la guitarra y coros, Eugenia Durán a la guitarra, violín y coros, Beatriz Concepción en guitarra, voz y coros y Natalia Quintanal en la voz. La grabación, mezcla y producción corrió a cargo de Joaquín Torres, un tótem del pop español desde los sesenta (con Los Pasos, entre otros) hasta nuestros días, sobre todo en su labor técnica desde su estudio Torres Sonido.

Precisamente, la producción fue uno de los temas más controvertidos de este álbum ya que las canciones que se revisaron de los anteriores Eps perdieron mucho de toque garajero y más sucio haciendo que el filtro se llevara la belleza de las imperfecciones.

Sea como fuere, lo cierto es que “Mis Muñecas” (por cierto, letra de Alicia Álvarez, integrante de Undershakers) demostraba esa turbadora mezcla entre ingenuidad y letra truculenta. Ahí queda la primera estrofa: «Lloran mis muñecas / cuando están a solas en mi habitación, / lloran mis muñecas / sangre coagulada de mi corazón», entre melodías de cajas de música para dormir.

También contarán con otra firma de postín, la de Nacho Vegas en “En Ningún Lugar” y “Nenyures”, en asturiano. De hecho, es fácil reconocerle en las maneras tanto musicales, como en las líneas melódicas de la voz, incluido ese tarareo en el caso de la primera, y con el toque livianamente festivo y creciente de la segunda. Por completar las colaboraciones, José Luis García (guitarra y voz de Manta Ray) firma la música de “Punk Rock City”, que tiene ese soniquete de raigambre y algo oscuro. Uno de los temas destacados del álbum por ese toque diferencial.

Otra de las joyas del disco (y quizá la canción que más he utilizado a lo largo de los años pinchando, antes o después del ‘Mon Petit Ami’ de April March) es la versión del “Poupée De Cire, Poupée De Son”, la canción con la que la maravillosa France Gall ganó Eurovisión por Luxemburgo allá por 1965. (Les aconsejo probar también con «Laisse Tomber Les Filles») La plasticidad del francés sienta como un guante a esa suerte de pop punk inocua en apariencia, pero efectiva en definitiva. En cualquier caso, siempre imposible superar la actuación original en el festival donde ahora mandamos “Zorra”.

“Pereza” fue la españolización de un tema cantado en inglés en las grabaciones anteriores mientras que también perdió algo de encanto “Voy A Aterrizar”, una de sus canciones más garajeras en sus versión original y en los directos.

Repasando las demás canciones, tendemos en la primera parte del disco “Pálida”, un tema que juega a doble velocidad entre el puente y estribillo espacial y un fraseo más contundente, “Sintasol”, con un soniquete adormilado, muy propio a eso de «soñaremos con la tele», y “Botiquín”, donde intentan trascender la aparente sencillez con partes recitadas y variedad de sonoridades a lo largo de su metraje.

Las otras por comentar del segundo bloque son “El Hombre De Goma”, “Barras y Estrellas” y “Amor Hortera”. La primera es una de las más salvajes y hay en los arreglos y en algunos puntos del fraseo algo de Las Chinas. En la segunda me quedo con el tintineo constante de la eléctrica principal sobre el fraseo y el toque bamboleante que terminará acelerándose en la parte final con añadido de violín. Por último, “Amor Hortera” es la más desenfadada del conjunto, con toques de wah wah, bien de teclas y mucho de Aerolíneas Federales.

Un disco muy circunscrito a una época determinada que, como otros muchos que han pasado (y los que quedan) fueron muy significativos en mi deambular por los mundos musicales. Merecían este pequeño reconocimiento.  

Lista de canciones – tracklist:

  1. Mis Muñecas
  2. Pálida
  3. Sintasol
  4. Pereza
  5. Botiquín
  6. Punk Rock City
  7. En Ningún Lugar
  8. Voy A Aterrizar
  9. El Hombre De Goma
  10. Barras y Estrellas
  11. Amor Hortera
  12. Poupée De Cire, Poupée De Son
  13. Nenyures

Publicado el febrero 9, 2024 en Críticas Remember y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

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