Como he venido contando estos días, a Rupatrupa ‘os lo presenté’ en septiembre del año pasado, al hilo de su primer disco de estudio y con una entrevista en exclusiva. Pese a ser su primer álbum, venía llenando salas y entrando en festivales con apenas dos o tres grabaciones caseras en directo. El pasado verano su equipo me preguntó sobre los canales para contactar con Robe para una colaboración. Les di varios consejos y no volví a saber más del tema. Después, con la visita de Robe a Almería, donde hicimos por fin la foto con el libro que cerró nuestro gran álbum, alguien me comentó que la idea iba a salir para adelante. Al poco, de nuevo me solicitaron un texto promocional para “Flores De Trinchera”, la canción que reúne a los dos Robertos y que he tenido el placer de escuchar varias semanas antes de su lanzamiento. Hasta en tres versiones, hasta dar con la definitiva (las cosas de los perfeccionistas), la que podéis escuchar hoy ya en formato de videoclip y en el resto de plataformas digitales. Seguramente en el siguiente disco de Rupatrupa… O debería. Como dije por mis redes sociales personales, a veces uno siente que predica en el desierto y se apena de que (por lo general) no haya inquietud de descubrir cosas nuevas. Sin duda, si alguien conoció el disco y se acercó a Rupatrupa cuando escribí de él el año pasado, «este premio” también es suyo. Os dejo con la canción y con el texto resultante de dejarme mecer también por ella. Adelante.

Flores del mar. Flores que se quedan besos. Flores que bailan fuera del agua. Flores de papel y flores de madera. Flores que se escapan volando. Flores en la frontera del amor. Flores que buscaban algo mejor. Flores que andan solas. Cerezos en flor. Flores lilas, rojas y amarillas… Flores de un día y flores a las que pedir deseos. Flores que se descapullan y flores con las que empieza y se desboca la primavera….

Ojalá ella entre tantas flores. Ojalá todos los rincones llenos de flores.

Flores de trinchera. Flores. Flores, muchas flores. Como rayos que no cesan.

Flores reconocen flores; y talento reconoce talento. De Roberto a Roberto.

Por eso no extraño que el poeta del rock más importante e influyente de las dos últimas generaciones, Iniesta, no dudara ni un segundo en sumarse a la sinfonía de flores de Ruido, que así se apoda Roberto, el de Rupatrupa. Y pueden ir apuntando su nombre en un lugar preferente de sus listas de reproducción y de la música a la que recurrir cuando se quiere apagar el bullicio de lo feo de nuestros tiempos y encender la luz y abrir las puertas del refugio de la belleza que solo el arte es capaz de preservar para las almas anhelantes de sosiego.

Rupatrupa viene creciendo en los últimos tiempos de una manera que parece no tener techo. Después de llenar salas y entrar en festivales sin tener ni siquiera un disco de estudio (un par de maquetas y directos caseros le bastaron) La Utopía En Que Vivimos (Autoeditado, septiembre 2023) ya fue un clarísimo alarde de sensibilidad, compromiso y facultades.

Roberto Ruido planteó la composición de este tema como un ejercicio donde rendir homenaje al trabajo de la banda extremeña de la que tanto ha aprendido, pero sin caer en la copia simple. Para ello, el madrileño ha intentado desgranar la manera de escribir del Robe, así como la forma de componer y producir, pero sin perder su propia esencia. La guinda del pastel la pone el propio Robe colaborando con su inconfundible voz, y dejando, para siempre, su marca personal en este viaje de ocho minutos.

Como cantaba Roberto, Iniesta, con canciones que se elevan, se elevan y se elevan… Como las “Flores De Trinchera” que los dos poetas comparten en ocho minutos deliciosos en los que es indiscutible la reverencia agradecida.

De talento a talento. Acordeón (Nadir Sigolo), saxo (Alba Gil), violines y viola (Iballa Suárez), violenchello (Silvia Díaz) y bajo (Manuel Fernández), una batería elegante (Tiago Martins), unos coros armonizando (Nelson Hernández, Andrés Cabrera, Ioné De La Cruz) y dos Robertos, Ruido e Iniesta, de talento a talento, compartiendo flores, jugando a la música, sublimando versos.

Producido por Roberto Ruido; grabado, editado y mezclado por Ioné de la Cruz (Estudios LVNA, Tenerife); y masterizado por Alex Ferrer (The Groove Sound, Barcelona), la canción “Flores De Trinchera” brota como un hermoso y vívido canto de gratitud a toda una carrera repleta de transgresión, desde la sublimidad a la furia.

Una canción repleta de luz, de color, de primavera, ausencia y locura, corazón y verdad.

De talento a talento.

De Roberto a Roberto.