Dicen que cuando  el río suena, agua lleva, y algo así sucede en el mundo de la música cuando, de pronto, te empiezan a llegar estímulos y recomendaciones sobre un disco o alguna banda. Está claro que en muchas ocasiones eso puede tener que ver con campañas orquestadas desde la sombra pero cuando esos inputs vienen de distintos ámbitos de personas que tienes en las distintas redes o de peticiones de seguidores, el asunto empieza a tener más fiabilidad y credibilidad. Así, tras tres mensajes distintos y una recomendación de streaming, me sumergí en la escucha de este Rincones De Nadie de la banda Periferia, de la localidad barcelonesa de La Roca del Vallès. La voz me resultó familiar y recordé entonces que su propuesta ya me había cautivado a raíz de la petición de una minicrítica hace unos años. «Me los habían recomendado varias veces y llegó el día. Gratísimo debut de rock con algún destello metalero y poético, muy trabajado en melodías a través de la voz de Berta Roqué», escribí. El EP Ruta Al Desvelo presentaba como hilo argumental las fases del duelo y allí brillaba la querencia acústica de “Historias Vacías”, el metaleo de “Un Adiós Sin Querer”, la velocidad de “La Sentencia”… Después llegaría Fortuna o Discordia al que, sinceramente, no llegué a tiempo. Pero ahora sí, Periferia, completada la banda con Climent Guinaliu, Pep Miralles, Quel Buscà y Pol Mestre, presenta una tercera referencia (segundo largo) que le sitúa en la mejor esperanza para una combinación del punk rock veloz y enérgico con una enorme capacidad melódica desde la voz, afinadísima y nunca sin forzar. Un álbum disfrutón y disfrutable de principio a fin, donde sigue habiendo trazas de hardcore, punk, (menos) metal y, por qué no, alguna postura pop, sin connotación negativa alguna. Vamos al lío.

El disco sale bajo el sello Kasba Music que, además de las ediciones en cedé y digital, también se ha marcado una de vinilo transparente de lo más currada. El álbum ha sido producido por el guitarrista del grupo Pep Miralles que ha grabado guitarra y bajo en su estudio personal, con grabaciones de voz y batería de Xavi Escribano en EM Estudi de Terrassa, mientras que la mezcla y la masterización la firma Eñaut Gaztañaga desde Gaztain Estudioak en Zestoa.

“Guerra Interna” es la encargada de prender la mecha y lo hace con un riff sencillo, previsible, pero… infalible. Es en la voz de Berta donde encontramos el fogonazo definitivo, especialmente en la estrofa del puente hacia un estribillo quizá contemporizado, lineal, con mucho aire, culminando así un corte que se desarrolla con machacones rasgados y pautado armazón rítmico.

Más colores vendrán de la mano de la siguiente, “Desapareciendo”. Arranca a voz y guitarra, lenta, inquietante… Hasta un progresivo arrope musical que nos lleva a una melodía del estribillo doliente, emocionante, como las modulaciones de Berta en el estribillo que tiene en su remate un encanto demodé de viejas canciones castizas. De manera similar, aunque con un latido más nervioso entra también “Grítame”, que pronto desvelará sus toques más hardcoretas con la colaboración explosiva de Kata de Kamikazes. Un trallazo incontestable.

No decae el nivel con “Malas Caras” donde, aunque la velocidad baje, se mantiene la furia de un texto que se combina con voces dobladas, coros bajo el motivo vocal principal y un buen manejo de silencios en el desarrollo de la narración. En “Mi Rincón” esa ‘accesibilidad’ melódica se hace carne y tiene una bella e intensa interpretación vocal que bien podría firmar una banda como, por ejemplo, Ginebras, de quien tanto y bien hemos escrito aquí también y que, de alguna manera, también va libre de moldes y etiquetas como los propios Periferia. Punk rock melódico y rutilante en un estribillo luminoso llega en “Valor y Fuerza”, otro de esos temas en los que el combo navega con naturalidad por los géneros sin el menor reparo y mejor resultado.

Así llegamos a la segunda parte del álbum, que se abre con “Nada Firme” una de las joyas indiscutibles de la docena. Un tema que me recuerda en algunos giros a cositas de Desakato, sobre todo en el acelerón hardcoreta liberador entre un estribillo deliciosamente adictivo e hímnico. Perfecta. Recoge el testigo “Parar El Tiempo”, donde despliegan una canción reflexiva que, lejos de moverse en el medio tiempo, sostiene con fuerza el patrón rítmico central para incluir, de paso, una pequeña incursión en catalán que, obviamente, le sienta de lujo.

Con la batería y la guitarra generando una escala cada vez más excitante nos recibe “Mi Alternativa”. Será tónica habitual para el fraseo tras el estribillo y aumenta así la variedad de dinámicas dentro de los denominadores comunes, incluso en la impronta final, con aires sutiles a rock alternativo americano de los noventa. Por su parte, “La Ciudad” es la más larga de la lista y eso permite una presentación narrativa más reposada y meditada, acorde a un tema donde sigue habiendo esa capa de incomprensión emocional pero con un extra de épica y emotividad desde la melodía principal de guitarras como en las inflexiones vocales.

El terreno más veloz y voraz llega en “Una Luz”, pegadiza en su estribillo vigorizado desde la batería. Además, aquí se sumará la colaboración de Etxekalte, aportando Unai Irisarri su lirismo en la voz en euskera. “Rincones De Nadie” (grabada en directo en Stonewaves Studio con la colaboración de Berta Romero en el violonchelo) ofrece un cierre dulce a modo de balada poderosa con sonoridad orgánica y semi acústica. La prueba evidente de la riqueza sonora y mentalidad abierta de un grupo que, parece, todavía tiene mucha más capacidad evolutiva detrás de sí.

No nos bajaremos ya de este barco.

Lista de canciones – tracklist:

1. Guerra Interna
2. Desapareciendo
3. Grítame
4. Malas Caras
5. Mi Rincón
6. Valor y Fuerza
7. Nada Firme
8. Parar El Tiempo
9. Mi Alternativa
10. La Ciudad
11. Una Luz
12. Rincones De Nadie