Niña Coyote eta Chico Tornado – Atea

Resulta inexplicable cómo una banda (un dúo) que tengo en el radar desde que metía noticias en la web de Rock Estatal hace más de diez años –sobre todo desde Eate, que identifico enseguida en el estante de un vistazo- haya tardado tanto tiempo en aparecer con la crítica de un disco suyo en la web (curiosamente, me pasó algo similar con Bala, otro dúo con el que comparten amistad y alguna colaboración). Pero esta vez no querido que el paso del tiempo hiciera que otras novedades le movieran la silla. Así que podéis inferir que los buenos calificativos que aquí dedique a Úrsula Strong (a la batería) y Koldo Soret (guitarra y voz) valen tanto para este álbum como para toda su trayectoria. Como dice su biografía resumida: «dos donostiarras que se unieron en San Francisco a finales de 2011 para desarrollar este proyecto, creando un rock desértico, pesado y venenoso. Con tan solo dos músicos y dos instrumentos, consiguen un sonido de banda en sus directos. Desde el lanzamiento de su primer LP (Niña Coyote eta Chico Tornado, 2013), no han parado, ofreciendo numerosos conciertos que los han llevado desde México, Estados Unidos, Japón, Francia, Rusia, Argentina, Italia, Bélgica y Países Bajos a los festivales internacionales más importantes». Este es, pues, su quinto disco, después de la sorpresa que supuso el bipolar Niña Coyote eta Chico Tornado vs Don Condor eta Ñora Alacrán, donde experimentaban con la cumbia. Aquí el azufre viene del rock, el punk, el stoner y su estruendo, esta vez atreviéndose con algo de psicodelia y alguna otras visión abierta. Sea.

Este Atea (con su doble significado, es ‘puerta’ en euskera) ha sido grabado en los estudios Elkar de Donostia por Víctor Sánchez y ha sido masterizado por Víctor García en los Estudios Ultramarinos. La portada ha sido diseñada por diseñado Error! Design de Xavi Forné.

Niña Coyote eta Chico Tornado salen a morder desde el primer minuto… Y no es una frase hecha. Poquito más de eso es lo que dura “Trash”, la canción que abre la lista y en la que cuentan, a lomos de una furia punk, con la colaboración de Maika Makovski cantando en catalán, Rodrigo Cuevas en asturiano, Anxela de Bala en gallego, Ovidi de Los Zigarros y Mónica de Le Ra en castellano y Robbie (Waxy) en inglés.

Con ese arranque, solo queda disfrutar. La sucia guitarra sobre el bombo y tempo muy The White Stripes de “Atea” siguen la combustión con querencia rítmica y bailable. En “Ez Dut” y “Gure Gau” las melodías principales abren la imaginación a terrenos más oscuros rollo The Cramps en el caso de la segunda, con velocidad y guasa espídica, o –ahora que los tengo recientes porque ha sido un descubrimiento de este último año- los suizos WolfWolf en el caso de la primera.

En “Bidea Elurpean” cuentan con la colaboración del bertsolari Jon Maia y comparten un medio tiempo que puede parecer hasta grácil en su primera parte, pero que se apelmaza y retuerce en su pesadez rítmica y pautada abrazando el stoner más clásico y crudo en el break instrumental antes del último estribillo. “Desagertzen” destella hard rock con ese riff sucio y pantanoso, sensación reforzada por la tesitura y afectación de la voz en la mezcla, sobre todo en los fraseos.

“Oh, Yucca” será el primero de los tres cortes instrumentales. ‘Solo’ –y lo pongo entre comillas porque son realmente perturbadores- unos graznidos de cuervo se cuelan por la serpenteante y sinuosa melodía principal del arranque. El flanger y el control absoluto de la distorsión saturada te sumergen en un mundo propio que se va a los casi cinco minutos. En cuanto a “Killer”, el sonido acerado de la caja ya presagia la tormenta, que viene con ese espíritu punk que impregna todo el álbum y que vuelve a tener algún pequeño aullido como ya ocurría en el segundo corte. Por su parte, “Ezer Esan” se sumerge en esencia de purpurina y glam, a veces recordando a Kiss, otras a New York Dolls. Con plasticidad a lo “Call Me” se mueve también la melodía inicial de “Paradisua” que, sin embargo, irá cogiendo un poso más pesado y afilado en un desarrollo machacón y musculoso.

Dos instrumentales cerrarán el disco. “Tziroi” es un homenaje al ayudante de producción de cine Ioritz Apaolaza, con algunas voces suyas sonando en un emocional desarrollo de guitarra, aunque siempre en los parámetros del dúo. Por último, “Basque Panther Party” tiene un aura de ‘black power’ –o  a lo RATM–  en plena manifestación con un ejercicio rítmico y juguetón, con efectos más industriales que completan el armazón metálico del conjunto.

Tras abrir el viernes, 2 de mayo, en Llanes, Asturias (Vidiago Rock Festival), continuaron su ruta con paradas ya celebradas en Logroño (3 de mayo) y Barcelona (18 de mayo). Los próximos conciertos de la gira son los siguientes:  Oñati (23 de mayo); Madrid (6 de junio – Sound Isidro); Torrelavega (7 de junio – Argumosa Fest); Donostia (14 de junio); Orereta (22 de julio); Zarautz (11 de agosto); Azpeitia (20 de septiembre); Irún (27 de septiembre); Bilbao (23 de octubre); Burdeos (31 de octubre); Lleida (7 de noviembre); Castellón (8 de noviembre); Pamplona (20 de noviembre); otra más en su casa, Donostia (21 de noviembre); y Gasteiz (19 de diciembre). 

Lista de canciones – tracklist:

  1. Trash – con Maika Makovski, Rodrigo Cuevas, Anxela (Bala), Ovidi (Los Zigarros), Monica (LE RA), Carlyn eta Robbie (Waxy) –
  2. Atea
  3. Ez Dut
  4. Gure Gau
  5. Bidea Elurpean –con Jon Maia-
  6. Desagertzen
  7. Oh, Yucca
  8. Killer
  9. Ezer Esan
  10. Paradisua
  11. Tziroi
  12. Basque Panther Party

Publicado el mayo 20, 2025 en Críticas Discos y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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