Que me parta un rayo. La mirada eléctrica de Christina Rosenvinge (Carlos H. Vázquez)

Para quienes leemos hasta el código de barras de un libro cuando nos sumergimos en sus páginas, la editorial Efe Eme nos tiene acostumbrados a regalarnos un bonito ‘spoiler’ en las solapas interiores de sus libros. Sin ir más lejos, el que firmé sobre Poesía Básica de Extrechinato y Tú era el octavo de la colección y ya en su interior se adelantaba que el noveno iba a estar dedicado al directo de Luis Eduardo Aute, Entre Amigos, firmado por José Manuel García Gil. Con el caso que nos ocupa hoy, este Que me parta un rayo. La mirada eléctrica de Christina Rosenvinge, de Carlos H. Vázquez ocurrió lo mismo, puesto que ya se avanzaba en Miguel Ríos y el rock de una noche de verano de José Miguel Valle. Con la impaciencia de quien sabe que se aproxima algo bueno y con la contención de dosificar la lectura para que la sensación de vacío no sea mayor, he disfrutado en los últimos días de este nuevo volumen en el que el autor, de una manera infrecuente para lo que suele ser habitual en el formato, se traslada a ese punto de no retorno que supuso este álbum en la carrera de Christina. Resulta especialmente simbólico que esta crítica la tuviera programada justo para hoy, apenas día medio después de que conociéramos el fallecimiento de la actriz y cantante Jane Birkin, socia habitual de Serge Gainsbourg, referente artístico de la protagonista de esta historia, más por actitud que por aptitud, incluso. Ambas mujeres fuertes y con un poder de decisión que no precisa de la aprobación masculina, pese a que su imagen siempre atrajo a ese tipo de hombres. Carlos H. Vázquez consigue armar un libro con aire de documental que consigue entender algunas luchas, por desgracias todavía no caducas de todo, y el momento exacto en el que Christina decidió qué quería ser en la música.

Como apuntaba al comienzo, a Carlos se le nota querer jugar con el registro e incluso lo detalla y avisa tras el prólogo de Guille Mostaza. Quizá por ser coetáneo o tener fresco su trabajo como guionista en la recomendable Cruce de caminos. Un documental sobre Miguel Ríos, toma la decisión de hacer de este libro una suerte de historia guionizada. Cada capítulo – secuencia se aborda con una pequeña introducción, a veces con algún interludio añadido mínimo, para que sean después los protagonistas quienes, también vale el símil de la obra de teatro (de hecho al elenco se le presenta bajo esos términos antes del primer capítulo), vayan aportando sus declaraciones sobre la temática de turno.

Al eliminar la narración entre declaraciones de unos y otros, las contradicciones propias de la (des)memoria que puede provocar el paso de más de treinta años ganan en efectismo, la confrontación se hace mayor, dejando al lector perplejo en más de una ocasión. Ocurre, por ejemplo, en la figura de la imposición o no del ingeniero para el disco, las sugerencias en torno a la imagen pública que algunos querían que ofreciera Christina o todo lo relacionado con la salida de Álex de la Nuez. También ocurre para bien en las alegrías, como ese relato triunfante de la noche en el Viña del Mar de Chile o con las primeras impresiones con las maquetas de Que me parta un rayo.

Además del entender ese punto de inflexión provocado por la decisión de Christina de escribir otro tipo de canciones y buscar un sonido menos naif que con Álex (la discográfica quería seguir explotando el punto lolita – ingenuo del “Chas! Y aparezco a tu lado” y acabaron teniendo que aceptar el envite), la situación temporal y física de la historia nos permite pasar por muchos círculos culturales y musicales de lo más nutridos. Sólo narrando los primeros escarceos musicales de la protagonista como Ella y Los Neumáticos o Magia Blanca, se citan a bandas como Décima Víctima, Rigor Mortis, Ejecutivos Agresivos, Derribos Arias, Ciudad Jardín, Kaka De Luxe, Pegamoides, Poch, Los Elegantes, Glutamato Ye-Yé, Sindicato Malone, Zombies o Tequila. Y de fuera a The Clash, Siouxsie, Joy Division, The Cure, Adam Ant… En definitiva, un tiempo efervescente de constantes intercambios cruzados y coincidencias.

También más adelante entrarán otros nombres en juego como Coque Malla, Benjamín Prado, Ray Loriga, Álvaro Fernández Armero… Y, cómo no, ese apadrinamiento auspiciado desde Pancho Varona, de toda la banda de directo de Joaquín Sabina de la época, que acabará convirtiéndose en Los Subterráneos que graban este álbum, promoviendo también alguna colaboración estelar como la de Álvaro Urquijo.

El tránsito nos lleva para ese momento incómodo en el que 65 programas de televisión no lleva aparejado el mismo guarismo en la contratación de conciertos, hasta que llegó la explosión de la ‘road song’ “Voy en un coche”, pese a que temas como “Tú por mí”, “1.000 pedazos”, “Pulgas en el corazón”, “Las suelas de mis botas”, “Señorita”, “Tengo una pistola” o “Alguien que cuide de mí” fueran lo bastante sólidos y rotundos como para que hubiese llegado antes.

Visto en perspectiva, que Los Subterráneos fuesen la banda de estudio para este álbum sirvió de tránsito amable, de protector de estómago para lo que realmente quería Christina Rosenvinge. Un objetivo que se encaminó más a la hora de montar la banda de directo y todavía más con lo que fue su segundo álbum de esta etapa, Mi Pequeño Animal, mucho más crudo desde la batería, a la guitarra y voz.

Por el camino, también conoceremos las visiones de la artista sobre la industria, las drogas, la cultura o incluso esa conciencia de respeto a los compañeros de profesión en una anécdota tras una sesión de fotos.

Carlos H. Vázquez, en su intervención selectiva  y como recopilador de casi cincuenta voces distintas, consigue que palpemos la incertidumbre y la valentía, la creatividad de las necesidades artísticas frente al lado oscuro e inmovilista del negocio, la inquietante normalidad de un machismo lacerante frente a la libertad individual de la artista. Un libro, en suma, que desgrana con habilidad y con poca injerencia la importancia de Que me parta un rayo. En la tienda de Efe Eme.

Crítica del disco Un Hombre Rubio.

Os dejamos por aquí el disco sobre el que gira esta nueva entrega de la colección Elepé.

Publicado el julio 17, 2023 en Actualidad y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

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