La edad de plástico – Ramón de España

Desconozco si fue antes el huevo o la gallina pero La edad de plástico viene a ser la segunda referencia que lanza la editorial Efe Eme en menos de un año del polifacético Ramón de España (periodista, escritor, guionista, director de cine, etcétera…) después de que en enero saliera una magnífica reedición de su casi incunable En la cresta de la nueva ola, publicado de forma original allá por 1981. Aquello vino a ser como un testamento apócrifo de su labor como crítico musical aunque (hablo con conocimiento de causa) la cabra siempre tira al monte y eso es un veneno que es imposible sacarse de las venas por más que uno intente incluso diluirlo en partes alícuotas, o más, de alcohol. La melomanía ha seguido estando presente a lo largo de su vida y, ahora, como una guía de viajes de alguien que se ha buceado entre conocimiento e intuiciones, se recopila en La edad de plástico un centenar de artículos que versan sobre otras tantas bandas y artistas de distinto pelaje. Una historia muy personal de la música pop, nos advierte su subtítulo. Nos adentramos en sus páginas, disfrutamos, aprendemos y nos marcamos una playlist con un tema de los que destaca o incluido en alguno de los discos subrayados en cada caso. (Spotify nos birla la posibilidad de incluir “Kiss of no return” de Trevor Herion en el número 45 –la incluyo en el texto con enlace a YouTube-, así que paliamos su ausencia con la inclusión de Gavin Bryars, cuya canción es muy destacada en la entrada de Brian Eno).

Encontramos (aunque se resistan) nombres como The Rolling Stones y The Beatles (de hecho, serán las apariciones 99 y 100, respectivamente), también sorpresas castizas como Antonio González ‘El Pescaílla’, artistas de masas como Lana del Rey, previsibles como David Bowie, Lou Reed, Johnny Cash o Elvis Costello…  Y también una larga cohorte de gloriosos secundarios a los que volver a prestar atención o, sencillamente, descubrir.

En este campo me encuentro con gratas sorpresas que me hacen sentir que no he ido del todo mal en mis propias exploraciones, cuando veo coincidencias como Micah P. Hinson, Lhasa de Sela, The Lovin’ Spoonful o Goran Bregovic (a quien nos epató justo con el mismo álbum, sólo que él contaba con casi cuarenta años y yo con quince).

También hay dolorosas ausencias (más que nombres, quizá diría de estilos) pero esto es tan personal y subjetivo que cada cual podría hacer sus cien y faltar otros tantos. Así que, como diría A Palo Seko, si no te gusta lo que hacemos, haberlo hecho tú. Eso sí, sorprende ciñéndonos al propio criterio del autor que no esté La Banda Trapera Del Río, de la que sí que dedico un contenido especial en el citado En la cresta de la ola.

Más allá de que el recorrido sea una fantástica biblioteca de consulta de enriquecimiento sonoro personal para quienes convivimos con el mal de la melancolía, la obsesión por buscar cosas nuevas y por dejarse atravesar por canciones y álbumes completos, tal y como avanza también en  el prólogo otro sabio del género como es Diego A. Manrique, hay que destacar que las exposiciones se desarrollan con una frugalidad de lo más entretenida, repartiendo algún que otro palo (ahora llamado fina ironía), y en una constante puesta en valor de lo tangible en la música. Del coleccionismo, del adquirir un disco simplemente por ver la portada. Esto suena un poco marciano en estas fechas en las que nadie escucha siquiera un álbum de principio a fin, pero es un placer que a los románticos utópicos de la música no nos podrán quitar jamás.

Como apuntaba, el libro es generoso y, objetivamente, poco remilgado en la consideración entre iguales entre estrellas universales y otros ejemplos de folclore que van del fado a la música balcánica, a la rumba catalana o al tex mex arrancherado. Hay destellos de punk, mucho de nueva ola, electrónica primaria, compositores de bandas sonoras, mucho de malditismo… Quizá me quedo con la duda de algo más ‘de dureza’, no por necesaria, sino por conocer su opinión al respecto, ya que cuando se citan es más por su fantochismo (Alice Cooper, Marilyn Manson) que por su propuesta musical en sí.

En cualquier caso y por dejaros ya con la música, que es lo más importante en todos y cada uno de los casos, bien podría ir preparando un volumen dos porque con ganas te deja de seguir pasando páginas trufadas de anotaciones en los márgenes.

Sobre el autor: Ramón de España (Barcelona, 1956), periodista y escritor, inició su andadura profesional en la Guía del Ocio de Barcelona y en cabeceras históricas de la prensa alternativa y musical como Star, Disco Expres o Vibraciones. También dejó su impronta en revistas de cómics (Cairo, Cimoc, Bésame Mucho) antes de colaborar en los diarios El País y El Periódico de Catalunya. En paralelo a su labor periodística, ha escrito una treintena de libros entre novelas y ensayos (de música, cine, cómic, televisión, retratos, sociedad…), además de guiones de cómic y televisión. Entre tanta actividad, sacó tiempo para dirigir una película: Haz conmigo lo que quieras (2004). En la actualidad publica columnas de opinión en Crónica Global y Letra Global.  

Publicado el octubre 12, 2023 en Actualidad y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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