Biznaga – ¡Ahora!
Algo menos de dos años y medio han pasado desde que la banda medio malagueña y medio madrileña pegaran ese golpe de realidad social en la mesa con su Bremen No Existe… Lo siento amigos animales músicos… Todo es una mentira. Y pasado este tiempo, y dado que las cosas de alrededor no han cambiado demasiado, Biznaga vuelve y lo hace continuando su pequeña gran demolición desde unas letras que rezuman originalidad aunque vengan a decir lo mismo que decenas de grupos punks. Lo hacen con un juventud descarada que les hace ser valientes y que les lleva a creer que no vale la pena escribir ni cantar a otra cosa, rompiendo así el mito de que las bandas que suelen entrar en festivales de música ‘indie’ (por resumir, ya sabéis nuestra opinión sobre el fondo de este asunto) no se mojan ni se posicionan. Biznaga sigue su búsqueda de la perfección de un álbum coral, de eterno retorno, siempre circular y conceptual, continuando la descarga de bilis en ese punto de no retorno en el que uno asume que el optimismo sin sentido es una forma de ignorancia, pero que se resiste a que creer que no hay otro futuro posible. Para esta corrosión caída como fruta madura, como acumulación de gotas chinas, el grupo formado de nuevo Álvaro García a la voz y guitarra, Jorge Ignacio Navarro al bajo y a los coros, Jorge Martínez ‘Milky’ en la batería, y con la más reciente incorporación de ‘Torete’ Casado a la guitarra en remplazo de Pablo Garnelo (ya en gira pasada), ofrece otra colección de desencanto pero esta vez con cariz constructivo. Quizá el momento sea ¡Ahora!
Y es que si el Bremen No Existe lleva el subtítulo de Música para una generación perdida, a este ¡Ahora! le sigue la leyenda Marchas triunfales contra un sistema fallido. Desde luego, no hay posibilidad de confusión. Y es que, como dicen desde sus textos promocionales: «Sin demasiadas metáforas, su música está envuelta en grandes cantidades de verdad y melancolía».
Ronda de datos técnicos. La historia ha vuelto a grabarse en La Mina de Sevilla, como los dos anteriores, con Raúl Pérez a los mandos de la nave, puesto que también produce, junto al grupo. Se ha vuelto a mezclar (como el de Bremen) en los Ultramarinos Costa Brava con Santi García y con masterización en Ultramarinos Mastering con Santi García. En esta ocasión el diseño es obra de Karen Else, que toma el relevo de Manuel Donada. Todo sale editado y empaquetado por Montgri que, además, se ha marcado una edición en vinilo verde de lo más pintona.
Solo una colaboración de postín, la de Anxela Baltar, una de las Bala, en “Réquiem por un rider” que, a su vez, es una de las más destacadas y de las que más está dando que hablar del conjunto.
Un álbum que se abre con “El futuro sobre plano” que ya desde el título nos pone en situación de que la actitud no ha variado ni un ápice. Solo en la primera estrofa nos echan a la cara planes urbanísticos, privatización, fondos buitre, especulación, falta de vivienda social… La melodía embaucaudora que sigue al grito de guerra te sumerge de lleno en una mezcla de punk y pop-rock británico que se pegará durante casi todo el metraje, con bien de estribillos ‘internacionalistas’ (de abajo a arriba y no al contrario). Lo es en el primer caso y lo es en “Imaginación política”, que habla de la inseguridad social a costa de la falta de atención a la salud mental en la primera parte y el poder del mercado a todos los niveles en la segunda. «¿Te imaginas que fuera posible otra vida, / que hubiera alternativa a esta deriva?», lanzan al aire.
En “El entusiasmo” pretenden lanzar una pequeña luz o, como decía el otro, basura en la que nacen flores: «Cuando el desencanto es tradición / el entusiasmo es una disidencia. / Contra la sumisión / del ánimo que impera. / Una extraña flor / crece en las cunetas». Acción directa, como Barricada, desde el último gramo de utopía: «Vamos afuera a hacer que suceda / si hay que morir es de vivir». En “La gran renuncia” se borda el retrato de la farsa de la meritocracia y de nuevo clama por vivir cuando descerraja “Renunciar al estado de malestar / vivir para vivir, no para trabajar».
De esa bilis a las mucho más crudas y dedo, sal y vinagre en las heridas con “Benzodiazepinas”, un medio tiempo que va ganando en un armazón melódico y muralla y capas de guitarras buscando apaciguar ansiedades («estoy flotando abajo con el payaso Pennywise»). El tempo se mantiene reposado con la “balada de clase” titulada “Espejos de caos” donde hacen un cruento retrato de las parejas de conveniencia por vivienda y, de paso, la falta de oportunidades laborales. «Carlos tiene dos carreras, / vende alarmas para chalés. / Ana un máster, varios idiomas, / y hace camas en un hotel. / No se quieren ya, no se soportan. / No se tocan ni con un pie. / Pero cada mes se necesitan / para pagar el alquiler». Es el ejemplo perfecto de la originalidad y habilidad a la hora de abordar la crítica social pero con mejores letras. Magnífico.
En “Las afinidades eléctricas” se hace un sincero y sentido canto a la amistad como identidad propia (¿tiene el giro inicial y la base rítmica algo de Los Brincos?). Si Manu Chao le canta en Viva Tú a los riders de Brasil en “São Paulo Motoboy”, Biznaga hace lo propio al héroe caído en “Réquiem por un rider”, con la etérea, melódica y sorpresiva colaboración de Anxela Baltar de Bala. El descreimiento y la náusea sartreana siguen duro en el siguiente tema, “Agenda 2030”. «Cuanto peor es la realidad, / mejores son los videojuegos», avanzan antes de echar otro camión de hielo de realidad a las etiquetas embaucadoras.
Si Calamaro cantaba aquello de “Lorazepam y circo”, Biznaga lo permuta en “Lorazepam y plataformas”, disparando versos al hígado y al mentón desde la salida: «Somos la generación que vivirá peor que sus padres». Las texturas semi acústicas le dan una dulzura que, sin embargo, no hace romos los arañazos. El final llega con “Ocupar el AHORA” (así, con mayúsculas), otro tema de mirada generacional y de llamada a la acción. Quizá la última. «Si el ayer es una deuda / y el mañana un tipo de interés, / ocupemos el ahora, / el tiempo que nos queda por vivir. / Bastará un chispazo para arder».
Lista de canciones – tracklist:
- El futuro sobre plano
- Imaginación política
- El entusiasmo
- La gran renuncia
- Benzodiazepinas
- Espejos de caos
- Las afinidades eléctricas
- Réquiem por un rider
- Agenda 2030
- Lorazepam y plataformas
- Ocupar el ahora
Publicado el octubre 7, 2024 en Críticas Discos y etiquetado en ¡Ahora!, Biznaga, Críticas Discos. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.




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