Delabruma – La Piel No Miente

Hay bandas que aunque no llegaran al ‘gran público’ -no ya entendido como el ‘mainstream’ sino, en nuestro ámbito, al circuito festivalero más popular o de giras de salas pequeñas o medias- me han dejado bastante huella por todo lo que las escuché en su momento y todo el cariño que intenté transmitir a través de esta página. Se me ocurre, sin pensar demasiado (porque si miro el historial la lista daría para mucho), Melibea, Naipes, Tenpel, Pervy Perkin, Estirpe –aunque este final evidentemente está marcado por el fallecimiento de Mart-, o (caso que nos ocupa hoy) Somas Cure. Mitos (2015) entró en mi interior como cuchillo en mantequilla y fue el disco que me permitió descubrir la obra anterior (ParsevalEquilibrium) y me llevó a los siguientes Éter (2017) y La Colmena (2020). El grupo anunciaba un parón indefinido (sin punto final y con el vago deseo de que algún día el destino les vuelva a unir en el futuro) en 2023. Hace unos meses por fin se concretaba al vuelta a la escena de Txema Fonz, su vocalista, al frente de este proyecto, Delabruma, en el que su voz se sigue moviendo con facilidad –con más comodidad si cabe- entre el desgarro metalero (en su amplia acepción) y la melodía. La Piel No Miente es su debut y tenía que estar aquí. A ello vamos.

Dice la biografía oficial del grupo así:

Delabruma es una banda madrileña que irrumpe con fuerza en la escena del rock alternativo en español. Su sonido es una fusión cruda y elegante de rock moderno, pop oscuro y destellos metálicos, donde las guitarras afiladas, los bajos con carácter, las baterías implacables y la voz versátil de Txema Fonz construyen un universo sonoro tan directo como emocional.

Formada por músicos curtidos en la escena metal nacional —con miembros de bandas como Somas Cure, Hiranya o Treze Monos— Delabruma nace con la ambición de romper moldes y explorar nuevos territorios sonoros. Sus influencias van desde Royal Blood y Måneskin hasta Dead Poets Society, y se reflejan en una propuesta que equilibra fuerza, melodía y honestidad lírica. Cantando en castellano con letras cargadas de imágenes y emoción, Delabruma pone sobre la mesa un mensaje claro: el rock en español está más vivo que nunca, y no tiene miedo de evolucionar.

Buenas intenciones, está claro, las que se marca la banda en este debut autoeditado compuesto de once canciones. El cuarteto, además de Txema en la voz, está formado por Johnny Wakamole en la guitarra, Darío Gómez en la batería y Kike Serrano al bajo. El disco ha sido producido por Carlos Santos en Sadman Studio y Marco Dettoni en Valhalla Sound Studio.

Sin demora, el tema que inica el disco es el que da título al conjunto y, no solo eso, sino que sienta las bases de lo que ofrece Delabruma en este estreno. “La Piel No Miente” es un tema de matices hard rockeros bajo un tapiz más contemporáneo y algo árido, que combina con la fiereza vocal de un Txema que si ya iba sobrado con las exigencias melódicas de Somas Cure aquí va comodísimo, con ese coro accesible tan sorprendente y abierto.

“Si Nada Te Importa” es una de las mejores canciones del álbum. Sobre todo porque guarda el efectismo del golpeo inmediato pero conservando una potencia considerable, especialmente desde la base y guitarra rítmica y un estribillo de melodía casi bailable. La tripleta de inicio se culmina con “Fénix”, un tema que orbita por la imaginería habitual de los citados Somas Cure (prometo que es la última vez) y que, en lo musical, presenta un puente extenso y creciente para un estribillo liviano pero muy bien enlazado en cada frase. Carne de funcionar como un cañón en directo, sin duda. Aunque breves, también habrá espacio para algún pequeño escarceo en forma de solo y recogida stoneriana.

“Tu Gran Revolución” fue otro de los temas adelantados y, por tanto, uno de los cuatro videoclips que por el momento ha despachado el disco. Aquí llama la atención, ante todo, el toque sintético y lumínico que le da las teclas limpias, que lo acerca a terrenos más poperos, como las guitarras semiacústicas que se colarán en la parte central. Avanzamos hacia “Veneno”, donde llama la atención la tensión lírica, casi operística que a mí me recuerda mucho a las maneras del añorado y citado arriba Mart de Estirpe. Una buena pieza para enriquecer la paleta de registros.

“Descontrolada” es la más corta del metraje y destella hard rock afilado en cada acorde, pesado, metalero y engrasado. “Rombos De Arlequín” sigue transitando por la misma carretera de riff efectista y porte pesado y empacado. El estribillo aligera sus formas a una dinámica más cabaretera y ágil, redondeando el resultado y acercándose bastante a Maneskin o los Muse menos elevados, un recurso que se repite en “Aprendiz De Villano” que se diferenciará por ese arreglo de guitarras con menos distorsión a la manera de los Escobedo & Bernardini.

En “Sol y Luna” vuelve el riff stoner y una de las letras más poéticas del conjunto. En el desarrollo lucirá el diálogo de batería y motivo principal. “Hola” es ‘la balada’ del disco y sin embargo se aleja de lo manido para firmar una narración que, entre bases programadas, de tan reposada y distinta a lo habitual, llega a ser perturbadora. Una bella sorpresa para la parte final del álbum. El broche final lo da “Reina De Arena” que hace honor en su título entre la aridez y las melodías de corte oriental, épicas y siempre tan agradecidas.

Larga vida a Delabruma y las felicitaciones debidas por una propuesta bien definida y coherente.

Lista de canciones – tracklist:

  1. La Piel No Miente
  2. Si Nada Te Importa
  3. Fénix
  4. Tu Gran Revolución
  5. Veneno
  6. Descontrolada
  7. Rombos De Arlequín
  8. Aprendiz De Villano
  9. Sol y Luna
  10. Hola
  11. Reina De Arena

Publicado el octubre 28, 2025 en Críticas Discos y etiquetado en , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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