A Bosk, Joanjo, le tenemos ubicado desde los tiempos de Aspid .Una banda que acabó muriendo un poco en la incomprensión de su propuesta más lírica. Posteriormente como cantautor rockero más al uso, recordando autores clásicos de la canción catalana o haciendo un EP temático sobre bombardeos nazis en el 38 o el 39, como hizo años después convirtiendo “The Partisan” a “El Maquis”. Además de marcarse un gran disco en Después de Todo, con un “Maldito Veneno”, que va desde entonces en mi maleta de favoritos. O con ese proyecto junto a Albert Serrano llamado Corada donde presentaban en su primer disco, De Vuelta De Nada, diez temas de energía rock y cuidadas melodías accesibles que le emparejan al pop. Un debut ‘nodebut’ que era de lo más grato y recomendable. Con todo ese bagaje, Bosk –siempre inquieto- vuelve a los terrenos más autorales y desenchufados pero, como gran elemento diferenciador, con una actitud beligerante y rockera, que equilibra el resultado para firmar un disco de digestión así, fácil, pero muy disfrutable. Por si fuera poco, se marca además dos excelentes versiones del “Hey Hey, My My” de Neil Young y de “Una Décima De Segundo” de Antonio Vega. Palabras mayores.