Áspid – Musa (2003)
Hace unos días conocía que Joanjo Bosk preparaba la inminente salida de un nuevo disco (17 de noviembre, Camí D’Aigua) y ello me hizo recordar a la última de las bandas en las que limitó antes de emprender un camino en solitario que le ha llevado por terrenos más líricos, (y por supuesto menos distorsionados. Recordando autores clásicos de la canción catalana o haciendo un EP temático sobre bombardeos nazis en el 38 o el 39, además de marcarse un gran disco en Despues de Todo, con un ‘Maldito Veneno’ que va desde entonces en mi maleta de favoritos) ya apuntados en cualquier caso en este último álbum de estudio de Áspid que hoy traigo a las críticas remember de los viernes. Áspid era (aunque desde hace poco se reúne esporádicamente con una formación muy diferente a la que grabó este álbum) un grupo al que, si habría que ponerle una categoría, sería la de metalero. Un metal que en ocasiones tiraba hacia el heavy más duro de sus orígenes (con otro vocalista) otras a concepciones más modernas y abiertas… Todo ello con un buen gusto y mimo en las melodías y las letras que le hicieron adquirir un porte de ‘grupo de culto’, lejos del power o el heavy de golpeo inmediato. Áspid se merecía este recuerdo, tarde o temprano.
Este Musa, como apuntaba, fue su último disco de estudio. Tras él llegaría un directo que, finalmente, se convirtió en un homenaje de despedida y el recuerdo del legado de la banda en todas sus fases. Fue grabado en los estudios Sonic Magma y masterizado en los estudios 44.1. La producción corrió a cargo de Rafa Garrigós, su baterista, a la postre miembro fundador del combo junto a su hermano Javi, bajista. Además de Joanjo Bosk en las voces, el cuarteto lo completaba Jordi Carles en las guitarras.
Si nos acercamos a Áspid sin escuchar los tres primeros discos (Imágenes de Dolor, Energía Interior y X), con Marc González de Sangtraït en las voces y un punto más thrasher y groove, nos vendrán a la mente varios nombres, aunque de manera sutil… Sôber, Skunk DF y Héroes del Silencio y cierta afección en la manera de cantar, si bien la banda sostiene todas esas influencias manteniendo su propia identidad.
El álbum invita a ello con diferentes atmósferas. ‘La Hora Suprema’ nos da un asfixiante compás metalero y atmósfera opresiva y machacona, para aligerar tensión con un estribillo más melódico. ‘Sueña Por Mí’ repite con una base gruesa cercana al hard rock, incluso se deslizara un solo en ese marco. ‘Que El Fuego Hable’ nos da de entrada una improvisación de batería que deriva en un rollo de hardcore metal inesperado. La notable entrada se remata con la canción que da título al disco, ‘Musa’, con una creciente épica de melodía oriental para rematarlo con uno de los estribillos más intensos y rotundos de la lista.
‘Indómito’ hace honor a su nombre con sus extraños cambios del ritmo de la batería y unos rasgueos que entran y salen también reforzando la sensación de poca convencionalidad, más patente si cabe con el pequeño interludio instrumental antes de la coda. ‘El Manantial de la Eternidad’ es uno de mis cortes preferidos por lo nerviosa y directa de la entrada, con riff y fraseo desde el inicio. Instrumentalmente tiene pasajes, ya apuntados en otros cortes, de virtuosismo progresivo que el grupo nunca terminaría de explotar en un ejercicio de contención clara. En ‘Ejecutar La Mañana’ encontramos una crónica pseudo-futurista del trabajo del hombre, como una musical traslación de la visión ya ofrecida por Fritz Lang en su película Metrópolis (1927).
En el tramo final, ‘Salto Al Vacío’ carga las tintas en la velocidad de las rítmicas para descerrajar un tema directo y furioso, de nuevo hardrockero. Todo lo contrario, ‘Abandonar’ atempera el tempo para darnos un estribillo coral y armónico en una suerte de medio tiempo con halo de esperanza en la oscuridad. Apuntando ya lo que vendría después, ‘A Lo Largo del Camino’ es un corte acústico, de arreglos muy cuidados y que refleja claramente que Áspid no era un grupo convencional. El cierre vendría de la mano del ‘Dios Baco’, un particular canto al alcohol con tintes de despedida.
Aunque todos odiamos de alguna forma las etiquetas, posiblemente a Áspid le acabó pasando factura el hecho de ser demasiado líricos para el heavy metal. Demasiados heavies para los metaleros… Y etcéteras. Medios caminos en torno a una creatividad sin fronteras estériles que queda para quienes de vez en cuando quieren canciones menos previsibles.
Lista de canciones – tracklist:
- La Hora Suprema
- Sueña Por Mí
- Que El Fuego Hable
- Musa
- Indómito
- El Manantial De La Eternidad
- Ejecutar La Mañana
- Salto Al Vacío
- Abandonar
- A Lo Largo Del Camino
- Dios Baco
Publicado el noviembre 3, 2017 en Críticas Remember y etiquetado en Áspid, Críticas Remember, Joanjo Bosk, Musa, Sangtrait. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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