Archivo del sitio
Triángulo De Amor Bizarro – Sed
Como bien sabéis, en RockSesión nos pasamos las etiquetas un poco a guasa (por no decir otra cosa peor) aunque, como todos, las usemos para ayudar a ‘situar’ un tanto al lector que se acerca a la crítica de un grupo que no conoce. Pero hasta ahí. Y nos vamos una vez más al ejemplo claro de hoy, para no darle más vueltas al cojín antes de tumbarnos. Pero los ‘escuchadores’ avezados deben saber ya de manera sobrada que porque un determinado grupo sea asiduo y habitual a festivales de determinado ‘corte’ no significa que su propuesta haya de ir a un cajón de sastre amorfo. Casos en estos años ha habido tropecientos y vienen a engordar la lista, de por sí extensa, los coruñeses de Triángulo de Amor Bizarro. Así, la formación de Rodrigo Caamaño Díaz (guitarra y voz), Isa Cea Álvarez (bajo y voz), Rafael Mallo (batería) y Rubén Muñoz Pardo ‘Zippo’ (guitarra y teclabdos) vuelven de nuevo en verano, como lo hicieran en el inicio del 2020 con nuevo álbum, el séptimo larga duración de su carrera. El caso es que, más allá de estos elementos formales, en Triángulo de Amor Bizarro casi nada es demasiado convencional. Y, enlazo con el arranque, de poco vale colocarles la etiqueta de indies cuando su música bebe de influencias del noise, del punk, la psicodelia o el shoegaze pero es que además en esta nueva entrega suman como ingredientes (o quizá ya estaban, sólo que ahora se paladean de forma más nítida) el heavy metal primario o un marchamo maquinal en algunas bases rítmicas. A veces los adjetivos pierden su sentido seminal cuando se manosean en demasía pero no hay duda que el de poliédrico le sienta como un guante a Triángulo De Amor Bizarro. Y discazo, también.
Lee el resto de esta entradaTriángulo de Amor Bizarro – Triángulo de Amor Bizarro
Como bien sabéis, en RockSesión nos pasamos las etiquetas un poco a guasa aunque, como todos, las usemos para ayudar a ‘situar’ un tanto al lector que se acerca a la crítica de un grupo que no conoce. Pero hasta ahí. Y nos vamos al ejemplo claro de hoy, para no darle más vueltas al cojín antes de tumbarnos. Porque un determinado grupo sea asiduo y habitual a festivales de determinado ‘corte’ no nos cerramos nunca a escucharlo (que no oír) con la atención merecida. Casos en estos años ha habido tropecientos y vienen a engordar la lista, de por sí extensa, los coruñeses de Triángulo de Amor Bizarro. Así, la formación de Rodrigo Caamaño (guitarra y voz), Isa Cea (bajo y voz), Rafael Mallo (batería) y Zippo (guitarra y teclados) recupera la firma epónima de su debut (es algo propio de primeros discos y sorprende la reincidencia) y también ayuda a otro tópico con aquello de la portada oscura para que sea el ‘álbum negro’ que toda banda se marca a lo largo de su carrera alguna vez. El caso es que, más allá de estos elementos formales, en Triángulo de Amor Bizarro casi nada es demasiado convencional. Y, enlazo con el arranque, de poco vale colocarles la etiqueta de indies cuando su música bebe de influencias del noise, del punk, la psicodelia o el shoegaze. Y, además, van y se marcan un discazo en el que consiguen dar salida a todo ello, con una ejecución tan salvaje, cuando atruenan, como tan delicada, cuando se ponen románticos y sacan su amor velado por las baladas cincuentonas, tamizado siempre de un punto diferencial, esta vez, como Bunbury en Posible, en un trabajo menos ‘de banda’ y con un revestimiento electrónico.




