Love of Lesbian – Ejército De Salvación
Dice la hoja de promoción (cuando están bien hechas suele ser útil para saber el punto de partida inspirador de un disco cuando tiene un concepto propio, que tampoco es algo frecuente) de lo nuevo de Love of Lesbian que este nuevo Ejército De Salvación es un disco en el que sobrevuela la amistad. Es cierto, para ese viaje no hacían falta alforjas. Lo es desde el aspecto formal de haber contado con hasta cinco colaboraciones estelares (por orden de aparición: Amaral, Rigoberta Bandini, Zahara, Leiva y Jorge Drexler), han contado su equipo de producción habitual de los últimos años (Ricky Falkner, Santos –Berrocal- & Fluren –Ferrer-), grabando en las respectivas La Casamurada y Blind Records (donde se mezcla y edita), masterización en AM Mastering con Ángel Medina, y vuelven a trabajar los cuatro de manera colectiva una colección de canciones que profesan una poética práctica en la que prima la inmediatez de un mensaje claro y unas formas musicales siempre impolutas, melódicas e inteligentes… Cognición emocional lejos de la arquitectura cognitiva maquinal. Y sí, resulta que Santi Balmes y sus letras vuelven a conseguir ofrecer distintos arropes de la complejidad del ser humano en su punto más frágil hacia el cambio de dirección o la quiebra, identificando constantes, arrepintiéndose de errores, mostrando tanta convicción como dudas. La pura contradicción sustancial que tan bien han manejado a lo largo de una discografía que sin mucha prisa (7 discos en castellano en 20 años) va construyendo un edificio de lo más hermoso.
«Todo el mundo tiene algo de lo que salvarse. Pero encontrar la fuerza para hacerlo no siempre es fácil. Es en esos momentos cuando un gesto, un abrazo o una simple palabra se convierten en impulso y refugio. A veces, el núcleo de la amistad y la hermandad es lo suficientemente sólido para seguir avanzando. Un núcleo que a partir de ahora será nuestro. Ejército de Salvación», rubrica el cuarteto base formado por Santi Balmes en la voz, guitarra y teclados, Julián Saldarriaga y Jordi Roig, guitarras y teclados, y Oriol Bonet, batería y programación.
Y aunque ya lo deslizaron el goteo de adelantos (igual que hay personas que odian el fútbol moderno, a algunos no nos gusta eso de que la mitad de un disco ya se haya destripado durante meses), no tardan demasiado en predicar con el ejemplo con la bienvenida en “Canción De Emergencias”. El diálogo de acústica y teclas, junto con la voz reposada de Balmes en los primeros fraseos son tan sencillas como embaucadoras. El crescendo es perfecto en todos los sentidos, en lo vocal, en la luminosidad de los arreglos y en la potencia de la letra. Una suerte de comunión coral entre banda y público, mismos sentimientos, refugio, compañía.
Eso viene a ser todo el disco, en suma, sin que eso impida algún que otro tono más apesadumbrado o algún despecho en forma de ajuste de cuentas, como la de “¿Qué Vas A Saber?”, un ácido retrato de la incomunicación marcada por el egoísmo nacido de los ritmos de estos tiempos («¿Qué vas a saber, a saber, si ayer me hundiste? / Solo era cuestión de escuchar y no lo hiciste. (…) Junto al cordón umbilical / nos cortaron la sensibilidad»). Ya lo cantaba aquel, eso de «muy pocas personas, demasiada gente». Amaral le pone un punto nervioso que casa bien con la velocidad del divertido ejercicio pop-rockero.
“La Hermandad” vuelve a conseguir la perfección entre la inspiración, la traslación formal y la ejecución. Con un tempo muy pautado, las voces que se suman a Balmes en determinados versos, la naturaleza del estribillo y hasta el lenguaje más explícito o visceral empleado, le dan el punto cantinero y hooliganero que contagia la energía de ese sentimiento comunal y fraternal: «Y un rayo cabrón de honestidad / me lleva a la verdad / que os queda a mi lado muchos años. / ¡Viva la hermandad!». Eso sí, la retranca nunca se pierde y sigue siendo sello de Santi («Como nunca estuvimos de moda, / de moda no podremos pasar»).
Por cierto, para quienes vivimos con juegos numéricos constantes en la cabeza, LOL aplaca los TOCs situando las colaboraciones en los temas pares y a solas en los impares. Por eso, en el cuarto tendemos a Rigoberta Bandini en “Contradicción”. Uno de los textos más crudos y agridulces, pero con las formas musicales más bailables y azuzadoras de desbarre sobre todo por el manto denso de sintes y programaciones y una buena armonización de voces. Por su parte, el tema que da título al disco es una magnífica confesión y llamada/ofrecimiento de auxilio, que vuela y engancha en sus casi siete minutos. Primero con unos ropajes sencillos, de balada, después con un crecimiento de electrónica y bases que vuelve a elevar las emociones guiados por la infalible voz y rasgado de Balmes. Tremenda joya.
Más arriesgada en las formas es “Tesis” y quizá para ello eligen a la mejor compañera de viaje posible que es Zahara. Siendo en el texto la más dura, puesto que nos sitúa en el sentido pleno de la ruptura, LOL se atreve con algo de autotune en la segunda parte y también se entrega a unas formas nebulosas, más incorpóreas, guiadas por algún destello de guitarra en primer plano y una batería que sostiene el armazón. Del lado contrario, como si fuese el reverso de una moneda de dos cruces, “Una Conversación Pendiente” vuelve a abrir la puerta que cerraba en su antecesora. Aquí la serenidad y plena en todo el metraje, donde las guitarras semiacústicas y las teclas, límpidas y plenas, bambolean y mecen en el deseo de otra posible realidad y final.
Junto a “La Hermandad”, el corte más gamberro y hedonista (y rockero) es “La Champions y El Mundial” con Leiva sumándose a la fiesta. Un conato de rebelión (con algo de mosquito en un barco en cáscara de nuez) ante la mala suerte y la procrastinación constante: «año que pasa me digo lo mismo (…). Goodbye a ese medio looser, / a esa calamidad». Referencias y homenaje velado a David Bowie en las formas y el texto de “El Día Que Starman Huyó” («O lloraré como un clown frente a un niño idiota, / y un padre que jamás le explicó / que solo hay solución / en música y ficción»), sin dejar pasar alguna metarreferencia a otros temas propios como “Cínicamente Muertos” o “Planeador”.
La última de las colaboraciones (corte 10) la tenemos con el gran Jorge Drexler en “La Herida”, que aportará, por derivación, un aire más latino y cálido en los fraseos y en una alegoría sobre la ruptura en claves de despido laboral o de competición deportiva… Y con el malditismo castizo de las cicatrices lloradas con copas rotas a luz tenue. El final llega con “Ya Sale El Sol”, otro tema donde LOL saca a relucir otras influencias, como Nick Cave (no dejen de ver sus documentales biográficos), Verlaine y Rimbaud. Una muerte dulce con sabor a sangre y alcohol para los vampiros de la nocturnidad. «Bésame mientras mi cuerpo arde. / Es mi destino. Ya sale el sol. / Que la luz me envuelva como antes, / porque ha salido el sol y me voy a desintegrar».
Un final que reafirma la grandeza de LOL, dejando en todo lo alto la esperanza con certeza de que todavía quedan muchas canciones sobresalientes por venir.
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Lista de canciones – tracklist:
- Canción De Emergencias
- ¿Qué Vas A Saber? (con Amaral)
- La Hermandad
- Contradicción (con Rigoberta Bandini)
- Ejército De Salvación
- Tesis (con Zahara)
- Una Conversación Pendiente
- La Champions y El Mundial (con Leiva)
- El Día Que Starman Huyó
- La Herida (con Jorge Drexler)
- Ya Sale El Sol
Publicado el octubre 16, 2024 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Ejército De Salvación, Love Of Lesbian. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.




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