Si un artista tiene puesto, en la primera frase de la biografía de su web oficial, que «es un tipo al que le vuelve loco la música», el nivel de empatía y conexión pasa a un nivel superior. Para las personas más fieles y con mayor memoria su nombre les puede sonar de haberle citado en las primeras críticas de discos de la banda castellonense Dry River, grupo del que formó parte de 2005 a 2019. Una pieza fundamental en la puesta en órbita del grupo, allí tuvo la oportunidad de dar vida a muchas de las ideas que hervían en su cabeza. También ha colaborado puntualmente junto a artistas y bandas como El Último Ke Zierre, Santero y los Muchachos, Ricardo Marín, Osvi Greco Retrospective Band, Martina, Malasombras, Artur Álvarez, Músicos De Guardia, Reina Roja y un largo etcétera. En 2023, Carlos formó parte de la gira y la grabación del disco en directo ¡Celebremos! de Soledad Giménez. Actualmente, toca en la banda de Luis Prado, uno de sus principales referentes musicales. Y tras concluir su etapa con Dry River y publicar su primer disco en solitario, Versiones Más De Ayer Que De Hoy, Carlos ha retomado con fuerza el desarrollo de su propia música. Big Bang marca este nuevo comienzo: «un festín musical sin complejos, donde revive la esencia de las décadas doradas del rock con su estilo y visión únicos», nos explican desde Colectivo Melón. Un álbum en el que se mantienen muchas de las claves conceptuales de los siempre recomendables Dry River, pero con un sello propio que sigue forjando sin prisa, sin pausa. Una muy buena piedra de toque que nos confirma a un compositor de largo recorrido. Que vengan muchos más.

Carlos Álvarez se ha encargado, nada menos, de voz, piano, Hammond, Wurlitzer, clavicémbalo, sintetizadores, guitarra eléctrica y guitarras acústicas. La banda base se completa con Pedro Corral en la batería, percusión, pisadas, palmas y coros y Adrián Picazo en el bajo y coros.

Además, se ha rodeado de un nutrido grupo de colaboraciones que han completado los mapas de sonoridades diversas en un álbum que se mueve entre esa pompa sinfónico – teatral tan familiar de su banda madre como de la canción de autor menos pretenciosa o cierta accesibilidad pop, según el caso. Estos cameos son de Víctor Malasombra (Solo de guitarra en el track 2), Jorge Valls (Coros en los tracks 2, 5, 7 y 9), Anna Millo y Estefanía Mateo (Coros en el track 5), Juan Navarro (Violín y viola en los tracks 3, 4, 5 y 6), Jano Montón (Violonchelo en los tracks 3 y 6), María Amparo Canelles, Víctor Malasombra, Nacho Ribes, Isabel Roger, Andrea Aguilella, Jorge Rodríguez, Carmina Clemente y Sisco Clemente (Coros en los tracks 4, 6 y 8).

El disco ha sido grabado, mezclado y producido por el propio Carlos Álvarez en Estudio Big Bang (excepto Wurlitzer y Hammond grabados en Panorama Keys por Esteban Hirschfeld, ¡nada menos!). El mastering corre a cargo de Enrique Soriano (Crossfade Mastering). Y el arte y diseños es obra de Rosemberg.

Si ya los tres primeros adelantos que pudimos disfrutar “Es Justo Ahí” -un tema de rock directo con un estribillo hímnico-; “Más Allá” -una pieza que resalta por las acrobacias progresivas que caracterizan al artista-; y “Ya Veré” -una balada épica en toda regla—dejaban entrever un trabajo que prometía ser un festín musical sin complejos, el resto del disco lo confirma. En Big Bang, Carlos rescata la esencia de las décadas doradas del rock, todo a través de su particular visión, estilo y sonido únicos.

“Big Band” abre como corresponde el álbum con ese sutil eco de guitarra acústica tan espe(a)cial e irremediablemente bowieana. La distorsión va ganando terreno con una clase y porte que no rehúye tampoco el fogonazo nervioso en los punteos, ligeramente abluesados, mientras las teclas tiñen por su parte el lado de americana.

Como dijimos, “Es Justo Ahí” se mueve en un rock dinámico, divertido, con aires glam gracias a las teclas pero con un estribillo mucho más musculoso. Carlos vuelve a recurrir de los coros bombásticos, armonizados o acompañando la melodía principal, donde tarquea (o zigarrea, que a la postre es similar) ligeramente. Efectivamente, “Más Allá” destapa el tarro de las esencias progresivas marca de la casa, con esa mezcla de apocalipsis, cabaret-circo y virtuosismo en el desarrollo.

En “Ya Veré”, otro de los mencionados adelantos, se despereza una balada creciente hacia el medio tiempo épico y hercúleo. En “El Jefe De Todo Esto” vuelven las teclas al más puro estilo piano bar, con bien de swing y rhythm and blues, dando un aparente tono desenfadado a uno de los textos más furibundos del metraje que derivará en otro alarde progresivo con la sombra del Queen coral y sinfónico bien latente.

“2024” es la pieza central del álbum con sus once minutos y medio de duración. Un metraje en el que da tiempo a tocar todos los ambientes, arreglos y formas melódicas, incluido algún que redoble belicoso, una densidad preciosista acompañada con boato y músculo en su patrón rítmico, un desarrollo entre The Who y Pink Floyd, un puente de teclas setenteras o hard rock de musical de Broadway («¡Muerte al rey!»).

En el tercio final, “Bomba De Humo” recupera las teclas con bien de distorsión en las seis cuerdas para un fraseo algo más lineal o previsible, pero bien elevado con un estribillo divertido y directo, mientras que “Cosas De La Vida” es la verdadera balada natural del disco. El cierre lo pone “Déjalo”, con el tempo y marcha también identificable a un autor, joven, que no rehúye su querencia personal por una forma de hacer rabiosamente embaucadora, alejada de cualquier tipo de tendencia perentoria.

Críticas de Dry River en RockSesión:

Dry River – Cuarto Creciente (Ya sin Carlos)

Dry River – 2038

Dry River – Quien Tenga Algo Que Decir Que Calle Para Siempre

Lista de canciones – tracklist:

1. Big Bang
2. Es Justo Ahí
3. Más Allá
4. Ya Veré
5. El Jefe De Todo Esto
6. 2024
7. Bomba De Humo
8. Cosas De La Edad
9. Déjalo