Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. Madchester Club. 5 de octubre

 

Lo malo de cuando un grupo tiene un solo disco es que es imposible dibujar sobre el papel una línea evolutiva que permita identificar una dirección, un recorrido, una trayectoria que nos ofrezca más matices, más argumentos… más canciones para tener una visión más plena. Las bandas con un solo trabajo en la calle son una fotografía congelada. Un instante. Una única bala. Una propuesta que tomas o dejas. Y la de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (DMBK) nos fascinó desde la primera escucha por sus fuertes vinculaciones con el rock de raíces, andaluzas, con guiños orientales por la vía Zeppeliana y otras muchas más cosas, como, dicho está por todas partes, King Gizzard & The Lizard Wizard. Decir que un sonido tan enjundioso ‘está de moda’ es un poco atrevido. Lo que sí es cierto que la sustancia que transmite su propuesta y su directo se va expandiendo como el líquido viscoso y psicodélico que sale del tubo de escape del coche de la portada de su debut epónimo. Por eso celebré al máximo que DMBK apostara por pegarse una buena tanda de fechas extra antes de ponerse a grabar lo que será su segundo disco y, entre ellas, que pasara por la siempre olvidada (para estas cosas) Almería. Y dudaba de la respuesta del respetable, pero fue una fantástica entrada en Madchester Club. Si hasta ellos parecían sorprendidos, imaginadme a mí, que conozco el percal. El mejor resumen que se puede decir del concierto es el final: una gran cola para adquirir el disco o vinilo de la banda. Algo también poco frecuente en estos tiempos del streaming. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión. Se pueden usar libremente citando autoría y medio de comunicación).

Dandy Piranha (voz), Bacca y Gringo (guitarras), Soni (bajo), Von Máscara (sintetizador y teclados) y El Papi “Pachuli” (batería) son el sexteto que da vida a DMBK y los culpables de que su ‘kinkidelia’ se extienda como una sustancia adictiva. Y, de nuevo insisto, me congratula porque no considero que sea una música nada fácil.

Esa mezcla explosiva de psicodelia y orientalismo, con esos melismas cercanos al universo De La Rosa, la dosis de electrónica y Korg de referentes como los Gizzard citados o, incluso, The Mars Volta, las letras escuetas pero de rima certera e inspiración del cante flamenco, el gusto hard rockero de Led Zeppelin. Hasta la dispar imagen de cada uno de sus componentes… Todo suma para elevar el efecto de su directo lisérgico.

Tras consabida intro ‘KBMD’, el concierto arrancaría igual que el álbum, con la furibunda ‘The New Gizz’ y su desbocado poderío rítmico, (en este tipo de temas hay que destacar la constante algarabía de Bacca) subidón final incluido. ‘Grecas’ transpira olor a neón de ciudad y a perdición nocturna con estiloso macarrerío. Mientras que ‘Samrkanda’, más allá de los tempos, puede ser perfectamente la hija favorita de ‘Kashmir’, en su desarrollo instrumental, con un Gringo especialmente elegante.

Y, claro, con cuatro temas de ocho, e iniciando ‘Aliento De Dragón’ es cuando uno se da cuenta de que todo va muy rápido y de que faltan canciones que echarse a la vena, mientras el fuego va quemando en su constante efecto vocal con Von Máscara mediante. Es entonces cuando llega el primer tema inédito, que no versión, aunque se identifican algunos versos del Zorongo Gitano de Lorca, cuando dice aquello de “esa gitana está loca”, tema que enlaza con ‘La Piedra de Sharon’, un tema menos chisporroteante pero ‘agradecido’ por la vertiente Sabbath clara.

Para los bises, quedaría ese ‘Somnium Igni Pt. 1’ que la banda ha dividido voluntariamente en dos partes, para ofrecernos la segunda en el próximo disco y que, a la postre, es el tema más Triana de todos, cantado con crudeza y pellizco, con un Gringo tratando la Gibson como una flamenca. Y es que venía a continuación una imponente versión de ‘Nana del Caballo Grande’ de Camarón de la Isla, respetuosa en el inicio, pero agresiva y cargada en su explosión eléctrica. Salvando las distancias, me recordó a la primera vez que le escuché a Fausto Taranto la versión del ‘Sembré Una Esperanza’ de Morente, si bien lo de DMBK tiene mucho más mérito por el corte de la original.

Y sí, como era de esperar, ‘El Salto del Gitano’ y el adictivo «Sik Naket» de su riff cerró la velada. Y ojo para quienes los vean en directo en salas más propicias, porque la banda pide que se haga el típico ‘circle pit’ para el arresto final.

Una hora de una intensidad plena que abre la puerta a la salivación con sólo pensar lo que nos queda por venir con más material con las que forjar el directo.

Ojalá las musas les sean propicias, porque debajo del escenario lo pasamos igual de bien que se les ve a ellos en las tablas.

 

Repertorio – setlist:

  • KBMD
  • The New Gizz
  • Grecas
  • Samrkanda
  • Aliento De Dragón
  • Gitana
  • La Piedra de Sharon
  • Somnium Ingni Pt. 1
  • Nana del Caballo Grande
  • El Salto del Gitano

 

Publicado el octubre 7, 2019 en Crónicas Conciertos y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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