Lujuria – Somos Belial

Publicado por elchayi

Siete años ha tardado Lujuria en volver a ofrecer a sus seguidores un nuevo larga duración, si bien el tiempo sin tener material nuevo que echarse a los oídos no ha sido tanto, teniendo en cuanta las versiones o colaboraciones en las que se ha podido escuchar a Óscar Sancho o, incluso, el EP de cuatro temas Esta Noche Manda Mi Polla (que incluía dicho tema homónimo, ‘Mi Primer Condón’, ‘Ménage À Trois’ y ‘Mil Dudas Me Asaltan’). Eso sí, nada de aprovechamiento, ninguna de esas canciones, publicadas en 2015, han sido incluidas ‘como relleno’ en este Somos Belial. Dicho con el mayor de los cariños que le tengo a ambas bandas, reconocido públicamente, Lujuria vienen a ser los A Palo Seko del heavy metal. No terminan de sonar siempre bien, Óscar no es un virtuoso de la técnica vocal (aunque quizá sí lo sea si tenemos en cuenta que exprime al máximo sus justas facultades), quizá sus textos no son un ejemplo de creatividad literaria… pero tienen los corajes (por no utilizar el término en cuestión) en su sitio, defendiendo con fe ciega lo que hacen, trasladando un mensaje claro de libertad desde hace 30 años y con una enconada defensa constante, no de su cabecera, sino del mundo del heavy metal y del rock independiente contra viento y marea. Por eso, el carisma suple cualquier carencia y por eso es una banda de las más queridas de la escena.

La banda para esta ocasión la componen, además del mencionado Óscar Sancho en la voz, Jesús ‘Chepas’ y Nacho de Carlos en las guitarras, Maikel ‘El Tanque’ en la batrería, Santi Hernández al bajo y Ricardo Mínguez en los teclados. El disco fue grabado en los estudios Calle 58, bajo los mandos de Daniel Martín y Jesús Aparicio. La masterización corre a cargo de Nick Litwin en Mastering Mansion.

En términos generales, podemos concluir que, a las marcas y signos de identidad de la casa, se suma un intento de enriquecer de manera sutil la base rítmica y canónica de sus canciones, con armonías un tanto más elaboradas o, hasta el momento, no tan frecuentadas por la banda segoviana, claramente por el influjo de Nacho de Carlos, que también ha metido mano en la producción de este trabajo.

Se abre la lista con una generosa y muy heavy introducción instrumental titulada ‘Nikkal’, una suerte de diosa de la fertilidad, que viene muy al pelo para el universo sonoro y conceptual de Lujuria. Tras ella, ‘Somos Belial’, la canción, nos recibe como la necesaria puesta en situación del álbum, aunque quizá esa ‘obligación’ da como resultado una de las canciones menos atinadas de la lista. Una base rítmica muy oscura, bastante pintona, pero un estribillo al que le falta algo de chispa en la melodía vocal. En cualquier caso, cumple su misión en el conjunto.

Mucho más atinada, ‘Messe Noire’ nos presenta uno de las típicas narraciones eróticas del grupo. Una misa negra (como el disco de Behemoth) donde la condesa y el marqués dan buena cuenta de sus vicios en una ritual invocación. Los teclados cumplen a la perfección lubricando fraseos y estribillos con eficacia probada. Pese a lo manido del tema, en ‘Siempre Metal, Invicto Metal’ supera la previsibilidad con una buen riff entrecortado que es lo mejor del disco. (Todo lo contrario que los intentos de agudos del bueno de Óscar).

Así, llegamos a ‘El Ángel de la Lujuria y Un Diablo Loco de Amor’, que pasa por ser mi favorita de Somos Belial. Una suerte de historia a lo Romeo y Julieta, de un ángel y un diablo que son rechazados del cielo y el infierno al conocerse su romance. ¿Dónde se ven? En la Tierra, claro. El estribillo, aunque sencillo, se acaba metiendo dentro gracias a su cadencia y los coros y destaca, por lo infrecuente, el solo de bajo que acontece después de otro buen solo de guitarra. En ‘El Amor Está En El Aire’ y ‘Tapar Agujeros’, Sancho tira de noticieros para marcarse dos escarnios marca de la casa. La primera narra la historia del pueblo irlandés Ringaskiddy, donde los vecinos aseguran que viven todos los días erectos por los humos de la fábrica de Viagra. La segunda, recuerda aquel incidente en el que, irónica suerte, el Gordo de Navidad vino a venderse en un puticlub de pueblo y, claro, los vecinos no querían decir que les había tocado. Sacerdote, alcalde… Se mueve como pez en el agua Lujuria en esos relatos.

Entre ambos sucesos, ‘Como Puta Por Rastrojo’ es un corporativo canto de defensa de la profesión de músico. Maltratados por varios frentes cuando no estás en el foco de la atención mediática y comercial. El estribillo es pura vieja escuela y la música tiene la mala leche necesaria, ofreciendo otro momento álgido. Si todo disco de heavy metal ha de tener, al menos, una balada, en este caso llega con ‘Cuando Estás Conmigo (La Única Balada Sincera del Mundo)’, una sincera correlación de símiles fálicos en la atracción del amor, eliminando la paja (nunca mejor dicho) del pop para quedarse con la cruda realidad… De ahí el subtítulo.

La última aportación de creación propia llega con ‘Migas de Paz’, donde se cierra el círculo del sentido del álbum, puesto que Belial, que aparece en las sagradas escrituras de todas las religiones monoteístas, es tomado como símbolo de libertad suprema… “En todos los libros sagrados te dejé migas de paz (…) síguelas hasta mis brazos”. El álbum se cierra con una versión, como acto de reivindicación de su legado, con ‘El Principio del Fin’, de Ángeles del Infierno, banda que siempre suele olvidarse en la eterna dicotomía Barón-Obús.

Lujuria firma así un disco que, ante todo, refleja una sana intención por mejorar lo que ya se les daba bien, y también demuestra que siguen teniendo la chispa a punto de nieve.

Lista de canciones – tracklist: