Silvio y Sacramento – Fantasía Occidental (1988)

Es imposible resumir en unas cuantas líneas lo que era Silvio Fernández Melgarejo (1945-2001), como músico, artista, bohemio, culto (porque lo era), cantante, capillita, futbolero, alcohólico, desapegado a lo material, improvisador profesional, surrealista no militante y genio y figura, en suma, como muestran sus incontables anécdotas y su vida, tan intensa como partida en dos a partir de una falla que rompió el eje del espacio tiempo en su forma de morir diariamente. Porque si Evaristo cantaba aquello de “yo quiero morirme de lo que tengo”, Silvio murió, como se dijo en su entierro, “de sí mismo”. Su fama y divinización se circunscribe a la Andalucía Occidental en su inmensa mayoría, aunque su condición de ‘artista de artistas’ hace que sea considerado un referente de culto y en muy alta estima por nombres tan dispares como Miguel Ríos, Kutxi Romero (lo tiene pintado en la entrada de su Kutxitril), Luz Casal, Enrique Bunbury (que versionó uno de sus temas más populares en el proyecto de Los Chulis), Joaquín Sabina o Santiago Auserón, como inolvidables son sus entrevistas con Jesús Quintero. Hasta Califato ¾ lo lleva en la portada de su último álbum. Y, cómo no, toda la corte de ‘alumnos’ del humor nacido en los años 90 (la carrera musical de Silvio es más intensa de 1980 a 1993, cuando graba Al Este del Edén con Luzbel -1980-, Barra Libre con dicha banda -1984, y Fantasía Occidental y En Misa y Repicando, 1988 y 1990 con Sacramento –banda en la que estaban el recientemente fallecido Juanjo Pizarro y Andrés Herrera Pájaro, de quien ya he escrito varias veces), véase El Sevilla o Pepe Begines, quien llegó a escribirle varias canciones para intentar resucitarlo de su primera gran caída a principios de los 90. Disco que nunca llegó a grabar, puesto que estaba siempre tan borracho e hinchado que solo pudo grabar media canción en siete meses. De aquella salió tras más de dos semanas en el hospital. En 1999 grabaría, casi como terapia, un lúcido A Color (1999) con Los Diplomáticos, pero tanta actividad ‘formal’ acabaría minando sus fuerzas, hasta que entre el alcohol, el tabaco y comer poco o nada lo llevó a morir en octubre de 2001. “¿Le importaría a usted que yo me muera?”, decía siempre por sorpresa. Le llegó entonces el día, pero se convirtió en mito antes.

Silvio era un hombre tan apegado al presente que su ausencia de pretensiones de futuro le llevaba a vivir un día a día vertiginoso. Como nadie le aguantaba el ritmo había noches (madrugadas y amaneceres, más bien) que terminaba en compañía de los taxistas que hacían ese turno. Para alguien tan extraordinario en su conducta y talento las biografías normales no van y él estuvo marcado desde el nacimiento. Fue hijo no asumido por un periodista que trabajaba en ABC (después se haría fijo en un bar del mismo nombre, las casualidades no existen) y, pese a las presiones de la época, su madre decidió tenerlo, aunque para ello se tuvo que marchar de la ciudad al pueblo La Roda de Andalucía, donde dio a luz en un cuartel de la Guardia Civil horas antes de que se lanzaran la segunda bomba atómica. Su pasión de niño era la percusión, fascinado por los pasos procesionales de una ciudad tan santera como Sevilla.

Su carrera, por tanto, empezó como baterista en bandas como The 5 Mercurys (culpables de ser el primer grupo con club de fans en Sevilla). Rock and roll clásico y swing a mitad de los sesenta, amante de Elvis, de The Platters, The Beatles y también de melódicos de la canción italiana como Celentano. Esa querencia por la tierra acabaría saliéndole en sus siguientes escarceos, con Gong y Smash, encargándose de las percusiones y congas en conciertos donde ya demostraba su torrencial libertad escénica.

Si ya nació marcado es a principios de los setenta cuando su vida termina de quedar herida para siempre. Él, siempre tan cercano a la broma y la guasa, nunca lo aceptó, pero sin duda que el halo de soledad en la mirada a través de los miles de vasos, como se puede ver en las grabaciones, lo delata. En aquellos años se casa con Carolyn Williams, hija de la alta aristocracia británica y con un padre accionista principal de Rolls Royce. Fíjense cómo sería la cosa que la abuela (amiga de la Reina Madre) le regaló al matrimonio un chalet de lujo en la incipiente Marbella. Como bien cuenta el documental ‘A La Diestra Del Cielo’, en la España franquista era el hombre quien debía ir al banco a recoger el dinero y cada mes iba a por las 300.000 pesetas que ‘le regalaba’ la familia a su mujer. Un día, de esos en los que Silvio pensaba siempre que podría ser el último, cogió el dinero y en lugar de ir a casa se fue con un amigo de aeropuerto en aeropuerto de Europa (sin salir de ellos y sin parar de beber) hasta que se les acabó todo.

Por ello o no, la mujer se harta y se va a Londres con su recién nacido hijo, Sammy Taylor a quien Silvio no volverá a ver jamás y al que tampoco le contarían demasiado su padre. Pero luego hablaremos de él. Tras vagabundear por Amsterdam, Silvio es casi deportado con un vuelo pagado por el gobierno holandés en una línea específica para expulsar indigentes. Al poco de llegar a Sevilla, con 27 años, Silvio vive el suicidio de su hermana de 20, a quien, tras buscarla por casa, comprobará que protagoniza el revuelo que hay formado en la calle tras lanzarse por el balcón.

Si ya vivía en el exceso desde antes, estos hechos hacen de Silvio un juerguista perpetuo. Con un desapego total a lo material, hasta tal punto que lo mismo regalaba 30.000 pesetas en fichas de coches de choque de feria a los niños del pueblo al que iban a tocar, o regalaba las 2.000 de las dietas de la grabación de su primer disco con Luzbel al camarero del hotel donde estuvo de lunes a viernes ‘cuidándose’ de la ingestión de alcohol químico para limpiar magnetofones, pero invitando a sus amigos hasta dejar una cuenta de otras 120.000, mientras el resto del grupo vivía día y noche en el estudio de grabación. Él aparecería por allí el último día para grabar las voces en dos horas.

Tras aquella experiencia con Ricardo Pachón a la producción (un año antes se había marcado La Leyenda del Tiempo, con Camarón De La Isla), el director de cine García Pelayo ‘lo une’ al peculiar Miguel Ángel Iglesias en Barra Libre. Una unión natural en formas de vida pero no tanto en igualdad de talentos. Aquella experiencia lleva a Silvio a meterse un poco en la Movida. Teniendo en cuenta que él iba casi siempre en traje y que tenía sus casi 40 años, no era en apariencia ‘la transgresión’, pero su genialidad hacía que se llevará cualquier sitio de calle. Incluso acabaría haciendo un corto con García Alix, donde rememoraban a Johnny Kidd. Bien, pues Silvio se saltaba el guión y no dijo ni una sola frase ni hizo ninguna de las indicaciones de producción. Improvisaba a su aire como se cuenta en dicha película.

En esa disyuntiva de dar el salto Silvio pasó, literalmente de grandes complicaciones, y en lugar de ‘profesionalizarse’ y hacer carrera en una ciudad que flipaba con sus cosas, decidió ‘vivir bien y sin agobios ni compromisos’ en su ciudad, donde todo eran alfombras rojas a su paso. Donde podía seguir su plan de lenta autodestrucción despreocupada. Allí encontró y formó, siempre de manera casual, Sacramento. Una banda que, visto con el tiempo, fue la que mejor supo leer todas las inmensas influencias de Silvio, incorporando también la santera: Sacramento con, además de Pájaro y Juanjo Pizarro a las guitarras, estaban un fundamental Pive Amador a la batería y un escolta de lujo al bajo como Miguel Ángel Suárez. Un grupo de amigos a los que Silvio llevaba al extremo, hasta el punto de improvisar canciones en los conciertos, cambiarlas de tempo, de melodía… Impagable Pájaro en el citado documental diciendo “qué nos iba a molestar, a nosotros nos encantaba eso”.

Las canciones que dan vida a Fantasía Occidental fueron grabadas en los Estudios Bola de Sevilla entre 1987 (especialmente el single ‘mariano’ que ahora veremos) y 1988. Todo ello con la banda formada a lo que se suma la colaboración especial de Jesús Bola al piano en ‘Las Criaturas’. Como técnico de sonido de una producción dirigida por Pive Amador, Juanjo Pizarro y Ricardo Pachón, Manolo Salas y J. Carmona.

La música de ‘Las Criaturas’ es de Pive Amador y revisita una canción que fue grabada en primera instancia por Brigada Ligera en 1982. El texto son versos de San Juan de la Cruz. Es un swing armonioso y excelso que define lo que quería hacer Sacramento con Silvio, lo que denominaban ‘sonido plateresco’. Para la segunda, controversia, guasa y caballerosidad. Sevillista hasta el punto de mirar durante horas el escudo de su equipo, Silvio graba ‘Betis’, una canción que se convirtió en el himno oficioso, que no oficial. Silvio nunca pronuncia la palabra en la grabación, canta “Etis”, sin la letra B. En cualquier caso, como apuntaba, el siempre huyó de peleas estériles y tenía el respeto más absoluto por el club rival, aquí vitoreado a rock con mucho roll, que era su forma de vida. Flow, roll, swing, compás.

‘Música de Oro y Vos’ ahonda en las influencias negras y, a la vez, italianas de Silvio, en un corte que fue siendo construido de manera improvisada en conciertos, hasta darle esta forma más formal. Rockabilly clásico y purista para ‘No Lo Fagas Mais’, entre el portugués y el gallego. De más improvisaciones en directo nace el rock estiloso de punto mediterráneo (no tan acusado como en ‘Margerita Margueró’, de su siguiente álbum) en ‘Sureños’. Ironía y ganas de reírse de uno mismo cantando como los ángeles.

Así llegamos a ese dual ‘La Pura Concepción – Swing María’ y ‘Stand By Me – Rezaré’. Si la primera es un exitoso experimento en el que un fragmento de Semana Santa (la marcha procesional ‘Virgen de las Aguas’, de Ramos Castro en 1954, de la Inmaculada Concepción), la segunda es lo contrario, un tema del pop como el standard ‘Stand By Me’ con toques de música de Semana Santa. Es el tema que Bunbury cantará con Los Chulis y, seamos o no creyentes, es absolutamente bello, con evidentes aire de Celentano en la interpretación. El cierre llegará con ‘True Love (Chorla)’, con esa legendaria frase de ‘Uno Di Noi’ e inspirada en otro tema de Paul Anka.

Sobre su hijo, os diré que llegó a jugar en la liga inglesa y que hace unos cuatro años tuve la suerte de ‘criticar’ su debut musical para la revista Rock Estatal. Resumo diciendo que tras truncarse su carrera con la pelota, se hace baterista (como su padre, del que no sabe casi nada) y a los cinco años pasa a ser cantante… Como Silvio. Empieza a investigar y decide viajar a Sevilla a conocer más. El resto, lo comparto en la crítica de entonces.  

“LOS LABIOS Birthday  (INDUSTRIAS BALA/GRAN SOL) [74]

La historia de Los Labios es la de una hermosa continuación generacional. Siguiendo la estela de su padre Silvio, rockero sevillano de culto de los ochenta, el cantante británico Sammy Taylor se planta en Sevilla, donde quedaría maravillado con la guitarra de Charlie Cepeda, cuyo padre, Carlos, tocó alguna que otra vez con el del británico. La conexión casual se completa cuando, tras formar la banda, Lenny Kravitz queda maravillado al escucharles en Los Ángeles. Se los lleva a su estudio y coloca a Craig Ross a producirles el disco. Con estos mimbres y con esa cabecera, encontramos un álbum que es una oda a lo analógico al rock grasiento pero también cool y estiloso, entre los Stones (logo, los labios) en ‘She Don’t Come Anymore’, The Black Crowes en ‘The Secret of Love’, los primeros Zeppelin en la homónima ‘Birthday’ y con punto oscuro en ‘You Look Like You Need a Man’, incluso a The Beatles en ‘Baby’s Coming Down’ y hasta con aires glam en ‘Saturday Night’. Relámete de nuevo y dale al play”.

Silvio era un hombre sencillo y afable, que no se quejaba por nada, que decía que era un lujo poder contemplar el espectáculo de morirse, mejor de a poco que en un accidente, y que decía que invitar era una limosna, que a él le gustaba el verbo convidar que, a la postre, es compartir vida.

La procesión iba por dentro y un hombre tan lleno de pena y de muerte repartió vida con todos aquellos que se cruzaron en su camino.

Lista de canciones – tracklist:

  1. Las Criaturas
  2. Betis
  3. Música de Oro y Vos
  4. No Lo Fagas Mais
  5. Sureños
  6. La Pura Concepción – Swing María
  7. Stand By Me (Rezaré)
  8. True Love (Chorla)

Publicado el abril 2, 2021 en Críticas Remember. Añade a favoritos el enlace permanente. 6 comentarios.

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