Marea y Bocanada. Gira Sin Riendas. Rivas Vaciamadrid. 3 de junio
«¿Esto como se llama? ¿Rivas Vacía… Madrid? Pues hoy se llama Marea Llena Madrid». Con este sencillo pero efectivo juego de palabras se dirigía Kutxi Romero a las cerca de 28.000 personas que, como 28.000 puñaladas, llenaron el pasado sábado el Auditorio Miguel Ríos de la localidad madrileña en su primera interlocución entre canción y canción. Marea cabalga desde hace cuatro semanas en la Gira Sin Riendas de su disco Los Potros Del Tiempo que, estaba claro, interpretan íntegro junto a una colección granada de muchos de sus temas más celebrados. Aunque, como es lógico, no están todos los que son sí que son todos los que están. De nada importó que la primera media hora de concierto cayeran chuzos de punta. Antes, Bocanada había cumplido con su parte del trato. Calentar al personal con un rock cada vez más ancho y potente, cada vez más seguro, cada vez más rodado. Sumando a la inconfundible nobleza berriozarense galones de una contrastada experiencia. Así, entre la presentación del libro ‘Poesía básica. Extrechinato y Tú ensancha el alma’ del viernes en la librería La Esquina del Zorro, la más rockera y genuina de Madrid, y la firma en la Feria del Libro del domingo, meterse entre pecho y espalda, con epicentro en el corazón, un concierto de rock and roll tan genuino como el que descerrajaron Marea y Bocanada el sábado, fue alimento de dioses, como si lloviera café en el campo. (FOTOS: Las de Marea son cortesía de Rock Culture por obra y disparo de Miguel Capelli. La de Martín Romero, de Bocanada es cortesía de Silvia Antón, de Rock and Destroy. Y las realizadas desde el público son de Jose Carlos Soria –IG: @jcsparra.pics).
Sin prisa, sin pausa, Bocanada se encaminan a cumplir veinte años (van 17) currándose escenarios y salas de todo pelaje. Fíjense si tienen confianza en su directo que hasta su último disco de estudio hasta la fecha, Ahora Que Los Leones Duermen, fue grabado así, aunque en el repertorio solo incluyeran el tema que lo abre, “Para Siempre”, elegido también para inaugurar el concierto. Había que aprovechar el tiempo y para ello fueron directos a lo más celebrado de su carrera. “Tu Nombre Se Escribe Con Sangre” es buena muesca, y una voraz y siempre presente “Más Animal”, que me sigue conquistando en sus magníficos riffs, daban continuidad a una tarde que se prometía feliz en un preludio que sustentaba la esperanza de librarnos del aguacero. A Martín Romero en la voz y en la autoría de todas y cada una de las letras, Rupi al bajo, Juanito a la guitarra principal y Pepo a la batería, se les ha sumado en los últimos tiempos el regreso de Abel, volviendo a un formato quinteto que vigoriza y rearma todas las bondades briosas conocidas de Bocanada.
Consumada la puesta en calor, el grupo siguió prendiendo la mecha con “Que Me Arranquen El Pellejo”, una de las más melódicas del conjunto, la cruenta “Comiendo Soles” con afiladísimo solo de guitarra, y “La Madriguera”, más exigente en lo vocal, se sucedieron entre poca disimulada ironía sobre la dificultad que tienen las bandas ‘no grandes’ en la soledad de sus giras por sala. «¿Os está gustando? ¿Entonces la próxima vez que vengamos a Madrid vais a venir todos?», clamaba un Martín que se peleó cada tema de lado a lado de escenario, corriendo, saltando y con sus frecuentes molinillos danzantes. Juanito y Rupi, siempre comunicativos entre ellos, también sumaban a Abel a la fiesta. Dice la tradición no escrita que cada banda de rock debe tener una canción con su nombre (o, al menos, en la que se citen a sí mismos) y “Bocanada” ha cumplido con ello siendo el último single, estrenado apenas diez días antes de que comenzara la gira. Ella sirvió de puerta a unos bises donde quedaban la celebrada “Río”, la salvaje “Mala Hierba”, que Martín cantó casi al completo sobre los brazos del público, para cerrar con la habitual “Campo A Través”, con guiño previo a su manager, Zido Armendáriz. Misión cumplida.
Repertorio – setlist Bocanada:
- Para Siempre
- Tu Nombre Se Escribe Con Sangre
- Más Animal
- Que Me Arranquen El Pellejo
- Comiendo Soles
- La Madriguera
- Bocanada
- Río
- Mala Hierba
- Campo A Través
Cuatro años después de la gira de El Azogue, Marea ha vuelto a las andadas con el firme propósito de que no se apague una manera especial de entender el rock que, a veces, como la rosa de Bella o la vela de Encanto corre el riesgo de marchitarse o apagarse entre modernidades o desánimos. «No somos la última banda de Rock del país, por supuesto que hay muchas más, pero sí que lo somos de una forma de vivir y sentirlo, de una época que no volverá nunca, de los Rosendo, Los Suaves, Extremoduro y Barricada. Si nuestra llama hace que una banda joven arrime un palo al fuego para que la hoguera no se apague nos damos por satisfechos. Que no queremos ser tanto», clamaría un Kutxi tan comunicativo como siempre.
La taranta del cantaor El Cabrero del que tomaron el título de su último álbum (“Porque Son De Pura Raza”, quinto corte de De la Cuadra a la Carbonería, «Que nadie los puede parar, los potros del tiempo pasan, que nadie los puede parar, parece que no te alcanzan pero te dejan atrás porque son de pura raza») sirvió de introducción para el inicio de un concierto que tiró de tres novedades el comienzo: “Otra Cicatriz”, que suena ya a clásico entre clásicos y evidencia un cierto giro melódico en las formas de cantar de Romero, que se va a atreviendo a algunas florituras antes impensadas; “Más Me Duele A Mí”, combativo trallazo de hard rock marca de la casa, que se presenta desafiante y cortante, con un riff oscuro y denso y una línea melódica propia de batería en algunos momentos; y “La Grillera”, quizá de mis favoritas del disco, con su guiño a Scorpions (estribillo de “Rock You Like A Hurricane” incluido) y su estribillo demoledor y concluyente.
La lluvia arrecia y Kutxi se pasea por las partes no techadas. «Si ustedes están ahí mojándose, yo también me mojo con ustedes», regala a un público que no se achica ante el aguacero. “Mierda y Cuchara” y “Manuela Canta Saetas”, con su estrofa del “Vendiendo Flores” de Enrique Morente de por medio, resisten en el repertorio respecto a la gira anterior, como “El Temblor” que palpita entre ambas clavando la una de las dos picas de El Azogue que se guardan en la baraja de temas escogidos. El sonido es muy bueno, quizá el más potente de cuantos conciertos he presenciado en este gran recinto, aunque siempre será la sempiterna arma arrojadiza para aquellos que, por los motivos que sean, no se lo han pasado bien en un concierto. Dos pantallas retransmiten las jugadas y también las luces llenan toda la escenografía, sin derroches, pero con cientos de luminarias que juegan en distintas formas, formatos y direcciones. Sí, sin duda un grupo guiri te cobra casi el doble por lo mismo.
Igual que en directo es más notable el derroche de técnica de guitarra de Kolibrí, gracias siempre al respaldo sobrio y señorial de César, el Rubio Alén sigue incorporando su evolución como batería al sonido del grupo y se ha dejado sentir en el nuevo álbum, como se apreció en el concierto especialmente con “El Más Sucio De Los Nombres”, Kutxi todavía tira de teleprompter para algunos de los temas recientes (Fe de erratas: Kutxi me saca del error y me confirma que nunca ha usado letras en el escenario), como “Se Acaba El Baile”. «He acertado todas las palabras, ¿eh? Las notas igual no pero las palabras… Todas», bromea. El grupo se sabe y se siente feliz y, como si estuviera programado, la lluvia da una tregua en el momento preciso, en el momento en el que Aarón Romero (hijo de Kutxi) salga a escena para darle frescura a la sobresaliente “Corazón De Mimbre” («es el momento Pantoja y Paquirrín, sólo que la Pantoja es él y Paquirrín soy yo», comparte Kutxi) y que el público sacuda el agua que le quedara encima con los saltos verticales de “Que Se Joda El Viento”.
Como diría Robe en su pasada gira, «después de dos viejas, dos nuevas». Así, “Ceniciento” y “Buena Muerte” sacan a pasear la sobriedad estilosa y premortuoria de Los Potros Del Tiempo, la segunda con un espectacular solo de Kolibrí, que hace llorar sus seis cuerdas. Con guasa se despide Romero del escenario («voy a actualizar mis redes sociales que ya sabéis que estoy enganchado») y deja al micrófono, como manda la tradición, a El Piñas, que borda con la naturalidad y sencillez que le caracteriza “Trasegando” y “Alfileres”, que también regala un break diferencial, esta vez a cuenta de AC/DC. Su presencia escénica sigue siendo arrebatadora y además de verle danzar y entregarse con cada canción, verle en el micrófono sigue funcionando como un cañón en directo. A la vuelta de Kutxi, los dos compartirán “El Trompo”, tema de Barricada escrito por Kutxi y cantado por el añorado Boni («pájaro de fuego»), a quien Romero le dedica un fandango de Jaén del cantaor Pies de Plomo («Yo he visto a un hombre morir con la sonrisa en los labios, él se moría feliz porque a nadie le había daño, qué pocos se mueren así»). Todo más especial si cabe al contar Kolibrí con su mítica guitarra roja.
“Te Voy A Decir La Verdad” y “Lo Habido” presentan el penúltimo bloque de temas nuevos y representan de alguna manera el último respiro antes de la furia final. Alén convierte sus baquetas en varitas mágicas y los enlaces de canciones, ya sutiles y acertados en algunos momentos de la primera parte del concierto, son fogonazos de adrenalina. Así es precisamente como se hilvanan “La Rueca”, con su traqueteo casi bailable, y “La Luna Me Sabe A Poco”, donde Kutxi deconstruye algunas líneas melódicas del estribillo, picando incluso hacia arriba, donde antes, insisto, no podía o no quería. El grupo anuncia su salida en un descanso que no llega casi a los tres minutos.
La fiesta final llega y sabe mejor con invitados. «El verdadero último embajador del rock andaluz, ¡Albertucho!» se suma con prestancia asalvajada a “Nuestra Fosa”, a la que sucede “Esta Puta Soledad”, dolorosa, lacerante. Otro enlace vertiginoso vuelca el Auditorio Miguel Ríos para entrar “En Tu Agujero”, enriquecida en la base rítmica con El Piñas y Ayerdi. Kutxi añade el calificativo «asquerosos» al verso de los «pensamientos» y es imposible no acordarse del poema de Manolo Chinato “¡Qué Mierda!”, que Robe profería en el arranque de Iros Todos A Tomar Por Culo. Ya no hay vuelta atrás. Más leños a la hoguera y más rebuznos gloriosos de rock para “Como Los Trileros”, donde Martín emula a Camarón rompiéndose una vez más la camisa y desatando la locura en una escala orgiástica.
No se vayan todavía, aún hay más. Luter, «de la estirpe del rock madrileño» se suma a la “Jindama”, segundo tema de El Azogue superviviente. Kutxi ‘emula’ a Martín y se baja al público (sin tirarse encima de él, eso sí) para cantar “El Perro Verde”… Ahora sí, la despedida llega en forma de “Marea”, que cumple con el guion y la felicidad consabida.
Recogida de felicidad y brindis.
El Rock ha ganado galopando con Marea.
No se vayan nunca.
Repertorio – setlist Marea:
- Otra Cicatriz
- Más Me Duele A Mí
- La Grillera
- Mierda y Cuchara
- El Temblor
- Manuela Canta Saetas
- El Más Sucio De Los Nombres
- Se Acaba El Baile
- Corazón De Mimbre
- Que Se Joda El Viento
- Ceniciento
- Buena Muerte
- Trasegando
- Alfileres
- El Trompo
- Te Voy A Decir La Verdad
- Lo Habido
- La Rueca
- La Luna Me Sabe A Poco
- Nuestra Fosa
- Esta Puta Soledad
- En Tu Agujero
- Como Los Trileros
- Jindama
- El Perro Verde
- Marea
Publicado el junio 5, 2023 en Crónicas Conciertos y etiquetado en Bocanada, Crónicas Conciertos, Gira Sin Riendas, Los Potros Del Tiempo, Marea. Guarda el enlace permanente. 11 comentarios.










Grandes Marea y grande el público hasta el final! Primera vez que los veo en directo y haré lo posible para que no sea la última, disfrute como un chaval y ya peino canas y conciertos.
Una curiosidad, después de terminar el concierto, mientras abandonabamos el auditorio, sonaba una versión sinfónica creo que de venas con humo y palabras
Hay alguna manera de conseguir esa versión? me pareció la hostia
Un saludo y gracias por la noche de Rivas
Antonio
Es cierto. Aunque parecía una grabación realizada de forma casera. A ver si animan a hacer algo así en el estudio.
Espectacular el concierto con el que nos obsequiaron. Desde donde yo estaba, mas o menos a la derecha de la zona de la mesa de sonido y tal, se oía todo de forma espectacular. Fuerza, nitidez…no tengo queja.
La única queja de la noche va para los que se encargan de organizar la salida de todo el tráfico. Increible que hagan un espacio para 30.000 personas y no piensen en como sacarles luego de allí jajaja. Una hora casi para llegar a la autovía.
En eso tienes razón. Bajaba andando hacia el hotel y vi que el percal era infumable incluso un buen rato después de terminar el concierto.
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