Doctor Deseo – Fugitivos Del Paraíso (1992)

Más de cuarenta años contemplan la vida artística de esta formación bilbaína. No es que se trata de un grupo desconocido, ni mucho menos, pero también es cierto que para muchos amantes de nuestro rock sigue siendo algo así como un placer semi oculto pese a la notable calidad de su trayectoria, la autenticidad de sus pasos, su puesta en escena teatral y una actitud encomiable a la hora de no desfallecer. Curiosamente, para la amplia sección de seguidores de Extremoduro que frecuentan esta casa, recordarán que fue en numerosas ocasiones la banda elegida como telonera en la gira de presentación de La Ley Innata en 2008 (alternando o compartiendo funciones con Calaña). Hay que recordar que el propio Roberto Iniesta, poco dado a las colaboraciones sin no es ‘entre colegas’, aportó guitarra y voz al tema “Donde Acaban Las Palabras” del disco Sexo, Ternura y Misterio, publicado el mismo año, como ya había hecho cuatro años antes en “Sueños Gastados”, perteneciente al álbum Rómpeme Con Mil Caricias, Cielo… Rómpeme. Como ven por estética y por títulos, Doctor Deseo es una cabecera de esas en las que hay que rascar para poder dar con ella. Está alejada de los grandes padrinos, de los grandes festivales, de los grandes sellos y de los formatos clásicos de moda dentro del rock. Su estilo personal de enfocar el rocanrol sin reparo, sin miedo y, en cierta forma, sin vergüenza. Siempre con el deseo, la carne, el sexo, el amor y los sentimientos como bandera. Todo el arsenal argumental de conjunto bilbaíno se expresa en cada disco en todos los formatos posibles que han desarrollado a lo largo de su carrera, donde oscilan entre las melodías edulcoradas y llenas de pulsión amatoria y también la nocturnidad mezclada con perdición, drogas y malas compañías. Hoy la crítica remember de viernes va por ellos.

Tras dos maquetas (se dice) algo irregulares, la banda debutaría de manera oficial en 1987 con el homónimo Doctor Deseo al que sucedió Tan Cerca Del Cielo de 1989, ambos publicados por Discos Suicidas. Más rodados (en el estudio y en directo), el grupo adquirió pronto un mayor empaque que se tradujo con este sobresaliente Fugitivos Del Paraíso, que saldría con Oihuka.

Fugitivos Del Paraíso se grabó en los estudios Elkar de Lasarte en el mes de septiembre de 1991. Las mezclas se realizaron en diciembre «gracias al buen hacer y profesionalidad de Jean Phocas», según se detalla en la edición en vinilo, que se encargo de grabación, mezcla y producción, con Ritxi Aizpuru en la coordinación. El diseño es de Manolo Gil.

La alineación de la banda en aquel momento era la integrada por Francis Díez la voz, guitarra rítmica, además de ser autor de las letras y las bases musicales (arregladas después por todo el grupo de manera conjunta), Josi Jiménez al bajo y coros, Josu Monge a la batería y Niko Brochado en la guitarra principal. Además se contó con la colaboración de Carlos Jiménez en teclados, saxofón, cuerdas, vientos y arreglos, Carlos Hipólito en el trombón, Mikel Balkarlos en la trompeta y Petre Bucaratu al violín. También se contará con la colaboración estelar de Aitor Gorosabel (de Su Ta Gar) en la guitarra flamenca del corte de apertura, como veremos.

“Desde El Centro Del Huracán” es la canción que se encarga de abrir la lista. Un tema que se desborda como urgente, rockera, directa, llegando a buscar la interpelación en muchos momentos. A todo ello, se suma la citada aportación de Gorosabel, que por sorpresa aparecerá con una guitarra española de corte preciosista, casi clásico por momentos en su desarrollo rítmico y más de falseta flamenca veloz en su remate. “Panfleto nº 13” es uno de esos cortes que refleja bien el universo irónico que también maneja la banda. El arranque metálico distorsionado de la guitarra llorando da paso a una revisión expandida y flotante de la melodía de “A Las Barricadas”. La narración es veloz y su acompañamiento nervioso y tenso, hasta que llega un estribillo en el que el tiempo y el tempo se detiene a la belleza: «Esa lágrima, niña, que corre por tu mejilla, es, con mucho, lo mejor, quizá lo único cierto». Nueva sorpresa, el desarrollo de estruendo en solos e instrumentación con el que cierra.

El tema que da título al álbum, “Fugitivos Del Paraíso” es un rock callejero, de esas oscuras y mojadas entre el brillo de la grasa del casco urbano industrial y los ambientes peligrosos. Guitarras cortantes, generosidad en los solos, sueños de futuro avocado al fracaso, como “los chicos pálidos para la máquina”, que decía Ilegales. Siempre con espacio para la belleza en el halo de luz: «sangra la ciudad por tus venas de rabia». “Una Vez Más” sigue en aires truculentos y tira de nuevo de una ligera influencia castiza y flamenca que chispea en varios temas. El tema es una declamación muy teatral que inquieta todavía más en sus arreglos progresivos de teclas y su final abrupto.

“Apague La Televisión” es un tema sorprendente por la enorme variedad y amalgama de texturas e influencias sonoras. Desde un arranque duro y pesado (algo extremoduriano, incluso), pasando por un aire de “wah wah” en el fraseo, algo sincopado, todavía aparecerán vientos que se harán incluso festivos en la coda y hasta alguna que otra base programada, algo que irá cogiendo protagonismo con el paso de los discos. “Olas y Naufragios” juega a la inmediatez absoluta y de hecho casi aparece casi mordida la primera frase de un rock and roll trotón y efectivo.

Así llegamos al “Corazón De Tango”, que acumula ya la friolera de más de diez millones de reproducciones en Spotify. Una impresionante letra revestida de una instrumentación que, sin ser minimalista, si que presenta hechuras hoy demodé, más propia de términos de new wave o pop británico ligeramente oscuro. Como un reguero de pólvora al que se le prende mecha, la guitarra ruge desde el arranque de “¡Darle Fuego A Bilbao!”, quizá la más veloz y enérgica de la lista, con mucho de carácter hímnico y festivo.

En el tercio final, “Noche De Viernes” es otra canción de estructura e influencias infrecuentes. De nuevo se hace patente la inesperada querencia castiza, pero no solo en el tempo percutido con marcialidad, sino por las guitarras del fraseo y la cadencia de rumba rock del estribillo, que tiene en sus referencias a la luna, la magia y los coros algo de ritual entre Falla y Lorca. “Tiemblo Sólo De Pensar En Mi Testiga De Jehová” es una gamberrada de rollo casi after punk, tirando de canalla y guasa: «Ella me habla del Señor y yo le hablo del rabo del Diablo».

El álbum concluye con una versión acústica, a piano y voz, del tema “Un Mar En Medio”, que aparecía por primera vez en el disco de debut de 1987. Una revisión que da todavía más sentido, emoción e intensidad a una letra magnífica.

Un disco rotundo de una pequeña gran banda, respetada y querida por todo aquel que ha tenido la suerte de dejarse conquistar por su particular forma de ver el mundo, la música… y el corazón.

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Lista de canciones – tracklist:

  1. Desde El Centro Del Huracán
  2. Panfleto nº 13
  3. Fugitivos Del Paraíso
  4. Una Vez Más
  5. Apague La Televisión
  6. Olas y Naufragios
  7. Corazón De Tango
  8. ¡Darle Fuego A Bilbao!
  9. Noche De Viernes
  10. Tiemblo Sólo De Pensar En Mi Testiga De Jehová
  11. Un Mar En Medio (Versión Acústica)

Publicado el junio 23, 2023 en Críticas Remember y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

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