Reincidentes – Acústico (2004)
Mairena del Aljarafe, provincia de Sevilla, febrero de 2004. Reincidentes, una de las bandas más combativas, guitarreras y enérgicas del rock con trazas de punk de nuestra escena se embarca, nada menos, en un acto de valentía casi sin precedentes, en registrar una docena de canciones en formato acústico. El caso es que los buenos de Reincidentes entraron en Locomotive, después de salir por patas de BMG Ariola (lo que le valió la típica colección de hostias gratuitas, como recordaréis) y sacar un EP de puente con BOA, cumpliendo con cosas que toda banda quiere hacer. Lo primero fue lanzar el disco doble de Cosas De Este Mundo y, lo segundo, el presente acústico. Reunieron nueve temas propios entre los que se colaba alguno de reciente creación y éxitos indiscutibles, también crearon un tema nuevo inspirado en el 11-M y se marcaron dos versiones, una de Silvio Rodríguez y otra de León Gieco. Al tema de las versiones volverían más adelante en versión eléctrica en América: Canciones De Ida y Vuelta (2008) y con el que se incluía dentro de Aniversario (2013). Recuerdo por entonces cómo el foro de Rock Estatal ardía en un enconado debate sobre el disco en cuestión, llegando a ser tildados de vendidos, traidores y todo lo típico que suele pasar en estos casos. En todos los medios, en los fosos de los conciertos, entre el público, el disco entró cruzado desde primeras de cambio como si fuese una afrenta a la autenticidad, como si esta fuese marcada por una cuestión de decibelios. Algo que a mí siempre me ha resultado descorazonador, como también me lo parecía como ‘el otro rock’ siempre trataba ‘de menos’ a gente como Extremoduro, Marea o Barricada, cosa que por suerte ha ido cambiando con el paso de los años, eliminando un tanto esa frontera absurda.
Está claro que el concepto de acústico ha existido toda la vida y el primero en instaurarlo dentro del rock español fue Carlos Goñi y Revólver (aunque en esa vuelta al sentido fundamentalista aquellos que criticaron este disco dirán que Revólver no es rock). Un registro que explotó como nadie hasta que llegó M Clan con su Sin Enchufe y volvió a dar otro pelotazo similar.
Como digo, fue Reincidentes quien de alguna manera se rompió la camisa con este disco, aunque posiblemente no se calentaran la cabeza ni le dieran más trascendencia al asunto, más allá de las dificultades o necesidad de arreglar las canciones al formato, tal y como se refleja en el DVD que acompañaba al álbum. Después llegaría Barricada con su Latidos y Mordiscos o el Nubes y Claros de La Fuga, ambos por cierto de 2006.
El álbum lo grabaron los Reincidentes habituales. Fernando Madina a la voz y bajo, Juan Barea y Finito de Badajoz en las guitarras y coros, Manuel Pizarra en la batería, con Carlos Domínguez y Nacho Pujol como técnicos. Además de a la producción habitual, Juanjo Pizarro aportaría guitarras, bajo y piano, con Alfonso Espadero a cargo de la parte técnica y mezclas (también grabaría alguna guitarra y percusión en un par de temas).
Se contó también con las colaboraciones de Alberto Miras en el órgano eléctrico en “Las Madres Del Amor”, acordeón en “Jamás” y piano y cuerdas en “Resistencia”, de Juan Reina en la pandereta en “Vicio” y “Un Pueblo”. En el tema “Ay, Dolores” (abreviado en este disco a “Dolores” a secas) colaboran en los coros Eu y Maribel, Jose en los bongos, Juanete en cajón y palmas y Manuel ‘El Gordo’ en la guitarra flamenca, que también añade Reina.
Está claro que la voz de Fernando es de por si tan potente y corpórea que todo lo que canta tiene un plus enérgico considerable. Lo mismo ocurre con la forma de atacar la guitarra de Barea, mientras que los aderezos que dibuja Finito siempre han dado una chispa personal al sonido del grupo. El trabajo de Manuel Pizarro en la batería parece ser el más naturalizado de todos y confieso que una de las mayores satisfacciones que me daba la escucha del disco era precisamente poder apreciar mejor la batería, menos ahogada en distorsión.
El disco se abre con uno de los símbolos del grupo, “Aprendiendo A Luchar”. Una apuesta fuerte y que tras el fraseo más o menos similar al disco en cuanto a la actitud vocal de Fernando empezará poco a poco a añadir ‘sorpresas’. Primero el trabajo de coros y voces armonizadas, más adelante un doble punteo que a mi me parece descomunal, el primero con querencia bluesera, el segundo más folk. “Un Día Más” está muy bien trabajada en las distintas intensidades de batería. Y a la tercera nos recibe la primera versión, la de “Las Madres Del Amor” de León Gieco, con todo su sello de excelente letrista guiado por la luz Dylaniana. Será de las pocas con concesión eléctrica.
Y así llegamos, ay, a la versión de “Vicio” que tantos ríos de tinta desbocó. Sin ambages, a mi me encanta, en ese descarnado trabajo de coros y esas maneras arabescas de guitarra en el fraseo. “Hablando Con Mi Cerebro” es una de las que entran más fácil, quizá porque no tenía que arrastrar con un pasado tan legendario, aunque también es uno de los temas en los que más tiene que arriesgar Fernando. El primer bloque se cierra con “Dolores”, que refuerza sus hechuras flamencas aunque diré que como ‘aficionado’ y algo entendido en la materia… podría haber quedado mejor con colaboraciones de mayor postín.
Hay cierta unanimidad en considerar “Amarga Habitación” como la mejor del disco (incluso por quienes lo criticaban). Las guitarras tienen algo dylaniano y explotan aquí su grandeza junto a un estribillo rotundo y, poco habitual, muy introspectivo. “Un Pueblo” también luce. Una canción con la que Reincidentes también mostró valentía pidiendo el fin de las armas y al sinsentido del terrorismo, con Fermín Muguruza incluido en su versión original. El bloque se cierra con “Jamás”, la canción inédita del álbum que pese a tener una primera escucha complicada acaba convenciendo tanto es sus matices entre el tango y el vals y la bohemia (el acordeón pesa) y una voz cazallera de Barea que evoca a la de Carlos Ann.
En el cuarto final quedan tres temas más. “Sueño Con Serpientes” es un himno de Silvio Rodríguez tan descomunal que es imposible hacer que suene mal. “Sobre Las Ruedas” es el habitual tema que Candy – Finito de Badajoz solía meter en los discos y aquí sin distorsión se aprecia todo lo bien que es capaz de entonar. Será la otra en la que se permiten la licencia eléctrica y un golpeo de batería más intenso, quizá por darle oxígeno a quienes crucificaron al disco. El cierre vendrá de la mano de una brillante “Resistencia”, en la que cogen el protagonismo el piano y los arreglos de cuerda.
Y, por cierto, gracias siempre a Fernando por sumarse al álbum de Extrechinato y Tú.
Puede que este disco me haya venido a la mente esta semana por otra serie de ‘hostias gratuitas’ que ya he empezado a leer sobre el nuevo de Rulo y La Contrabanda (a quien entrevisté el lunes), del que hablaremos la semana que viene que, anticipo, viene cargada de pesos pesados. Aunque antes todavía tenemos que encender el proyector este fin de semana.
Lista de canciones – tracklist:
- Aprendiendo A Luchar
- Un Día Más
- Las Madres Del Amor (de León Gieco)
- Vicio
- Hablando Con Mi Cerebro
- Dolores
- Amarga Habitación
- Un Pueblo
- Jamás
- Sueño Con Serpientes (de Silvio Rodríguez)
- Sobre Las Ruedas
- Resistencia
Publicado el noviembre 3, 2023 en Críticas Remember y etiquetado en Acústico, Críticas Remember, Reincidentes. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.




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