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Conversaciones con Lichis (África Egido)
Editorial Efe Eme ha empezado el año ‘de papiroflexia’, como a veces auto bromean, con un libro que, en honor a la verdad, más de una vez se me antojó como necesario e interesante. Quizá porque siempre he tenido en estima a su protagonista, tanto musicalmente como por una empatía vital hacia el ser humano que está tras el artista y músico y que se confirma en algunas de las confidencias aparecidas en los diálogos. Este Conversaciones con Lichis, viene trabajado, construido y pulido por África Egido, antigua compañera de andanzas en otras cabeceras rocanroleras y, además, nacida el mismo día que un servidor. No bastante con esas coincidencias a ella también la ‘criticamos’ en su momento con el libro Rulo –Tres Acordes y La Verdad, un modelo ‘conversaciones’ realizado con varias entrevistas durante la pandemia. En el volumen que nos ocupa encontramos una obra en la que Lichis, líder de La Cabra Mecánica y decenas de proyectos más, conversa sin reservas tanto de su trayectoria como de sus recuerdos y peripecias vitales y musicales. Tras pasar por casi un centenar de bandas y firmar más de una decena de discos, Lichis se ha convertido en una de las voces más reconocidas y carismáticas de la escena nacional. Aunque nadie, hasta ahora, se había acercado en profundidad a conocer su historia que, por momentos, dejó entrever en unas redes sociales a las que se acercó con la bonhomía de querer fomentar un debate racional y constructivo. Entre el rumor, los errores, la autodestrucción y varias resurrecciones, Lichis se nos abre en paz y sereno tras matar alguno de sus propios demonios. Un libro que abre la puerta y que da fe de un convulso camino en la eterna búsqueda de sentirse bien con uno mismo, con y por la música.
Lee el resto de esta entradaRulo –Tres Acordes y La Verdad (África Egido)
No ha querido el azar que me cruce todavía con Rulo por una cuestión de trayectorias divergentes. Sí que pude ver a La Fuga con la alineación ‘clásica’ (Diego, va por ti la metareferencia) en varias ocasiones pero cuando me metí mucho más de lleno en la profesión, Rulo ya había decidido salir la banda y, con La Contrabanda, pocos festivales del género hacía al principio, tampoco las giras del cántabro han pasado jamás por Almería… En definitiva, se dejó de dar la casuística que ha llevado que, de alguna manera, haya podido coincidir y conocer con todos aquellos que escuchaba en los viajes, en los años de estudio, en aquellos infinitos domingos que juraba cambiar de vida. Saben los más viejos del lugar que aquí solo tenemos un estigma (que termina por ‘netas’ y empieza por ‘pla’ y, lo reconozco, ya es casi más por alimentar a la bestia que inquina real, los años me están haciendo blando en mis cruces) por lo que siempre he huido de la calificación categórica y simplista que demoniza a unos por bajar el nivel o, al protagonista que nos ocupa, no seguir haciendo las mismas canciones quince años después. La crítica gratuita y sencilla. La ausencia de comprensión hacia las necesidades vitales y artísticas de un músico. Porque, que nadie se engañe, Rulo no salió de La Fuga ‘para hacer pasta’. Como tampoco lo hizo Coque, ni Iván, ni Bunbury, ni Mikel, ni Manu, ni Manolo, ni El Drogas… (sólo se me ocurre un caso conocido, Andrés, otro me pasa por la mente, pero como no estoy seguro del todo, lo dejaremos correr). Que luego a más de uno la jugada le saliera bien, es otro tema. Por eso y más, tenía ganas de entrar en Tres Acordes y La Verdad este libro de largas conversaciones entre mi compañera África Egido (con quien compartí años en la revista de Rock Estatal) y Rulo. Un viaje por el tiempo, desde los inicios hasta el presente.
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