Shinova – El Presente

Publicado por elchayi

La formación vizcaína Shinova publicaba a comienzos de mes El Presente. Un álbum que viene con otros doce temas que nacen de una torrencial y aparente facilidad por la composición de canciones y que les permite mantener una velocidad de crucero, sin prisa pero sin pausa, que hace que cada dos años y medio, pocas veces tres años, tengamos nuevo disco. Si somos puntillosos habría que decir que es su séptimo álbum de estudio pero, siendo lógicos, digamos que es el quinto desde que el quinteto atravesara un replanteamiento que le hizo repensar su dirección artística tras un par de primeros discos de metal melódico (Latidos, 2009 – La Ceremonia De La Confusión, 2011). Lo he escrito en más de una ocasión, tanto en mis redes personales como en esta web y también escribiendo para Cooltural Fest o el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, puede que aquellos dos discos metaleros, seguramente del todo ignorados por su público actual (de hecho, no están en ninguna plataforma de streaming y deduzco que tampoco a la venta física) me hicieron sentir una conexión más férrea con su propuesta. Porque el supuesto ‘viraje’ de aquel Ana y El Artista Temerario (2014) me parecía coherente y muy identificable con lo que ya conocía de ellos. Y es que pueden cambiar los ropajes, las capas sonoras, los matices y los arreglos (toda canción se puede llevar a cualquier parte con los arreglos pero, en esencia, todo es mucho más sencillo, de ahí que muchos podamos disfrutar géneros tan dispares –por suerte-) pero el propósito siempre ha estado ahí: crear canciones de elegancia natural, de unas melodías y desarrollos que jamás buscan el truco fácil, de unos textos que (en distinto grado) buscan estar en un plano superior a la media pero sin barroquismos sin alma.

El Presente puede que trace una pincelada continuista con su antecesor La Buena Suerte (2021) pero es muy celebrable que no pierdan su identidad en aras de querer llegar más arriba a toda costa.

El quinteto de Shinova viene formado como siempre desde los últimos ya más de diez años. Gabriel de la Rosa a la voz y Ander Cabello al bajo como fundadores allá por 2008 y completados con Daniel del Valle y Erlantz Prieto a las guitarras y Joshua Froufe a la batería. El disco ha sido producido, como la entrega anterior, por Manuel Colmenero y ha sido grabado en los estudios Sonobox de Madrid.

“Alas” es la encargada de abrir la docena y lo hace presentando muchos de los denominadores comunes del álbum. Un inicio que va de menos a más, pero sustentado desde el arranque en una distorsión tenue y un tempo ágil. El puente va sumando capas de voces subrepticias para desembocar en un estribillo mucho más poderoso en guitarras pero sin que por ello cambie la estilosa melodía vocal. El volumen irá subiendo en el desarrollo de la segunda parte.

“Gloria” se mueve en una velocidad similar, pero rompiendo un tanto la línea de la percusión y con un estribillo mucho más bailable y con una coda creciente que le confiere un plus de épica y liberación final que, seguro, funcionará en directo. “Movimiento” presenta de nuevo la voz a las primeras de cambio (las duración media de las canciones no pasa de los tres y medio) y combina a los recursos habituales y buen uso de teclados y sintes, unas palmas a compás y un estribillo muy aprehensible.

Con un golpeo más naturalizado de batería llegará en el impecable pop rock de “Lobos”, con el que empieza a vislumbrarse una recurrente capa de nostalgia que impregna a todo el conjunto. Mundos que se van sin remisión, como el que también girará en “Berlín”, el tema más largo de la lista y que dibuja estelas preciosistas que almibaran lo amargo de un punto de no retorno. Una de las mejores del álbum que tiene una digna sucesora en “Nuestra Postal”, un medio tiempo venido a más con efectos bien usados en la parte lenta y libre para rugir en el estribillo.

La segunda parte del álbum la abre “Diciembre”. Un ejercicio casi disco, programaciones y bases, para un doloroso relato de costumbrismo del dolor, de cicatrices de heridas que no cierran («Dime cómo suena y si aún nos pertenece / La canción que hicimos nuestra tantas veces»). Este trampantojo festivo en lo musical se cerrará con habilidad con un cierre de guitarra semiacústica y voz. Tiene “No Cambiaría Nada” en su melodía vocal principal algo de crooner raphaelesco en el fraseo. La primera parte, más raquítica, contrastará con la explosión de distorsión del segundo tramo, con solo incluido.

“Gato Azul” viene con el cameo estelar de Iván Ferreiro, a quien reconforta escuchar en tempos y hechuras menos frecuentadas pero del mismo modo inconfundible. El tema tiene matices melódicos de corte ochentero y algo oscuro, como una suerte de La Dama Se Esconde, de los que hablamos hace poco. Un corte muy hedonista, como “Pura Ironía”, que además recrudece el punto de acidez crítica con un texto kilométrico contras las frases de autoayuda y el sistema de vida de producir y consumir y que, por acumulación, nos hace sentir ya que El Presente es candidato firme a ser uno de los discos del año.

Y me reafirmo en la aseveración al pasar a “Los Días Que Vendrán”. Magnífico canto de ánimo en la despedida de quien se apaga. Tratado con tal mimo en su desarrollo musical y en la forma de cantarlo que sobrecoge el corazón. «Guarda el segundo después / De la estrella fugaz / Guarda el olor a café / Junto al timbre de voz de mamá / Tal vez así sigamos siendo eternos» para llegar al estribillo «Será un suspiro / Será sólo el vaivén / Del baile de una vela / Al viento antes de anochecer. / Si hay un inicio / Habrá una última vez / Por mucho que nos duela / Así debía ser».

El cierre lo echa “Antes De Que Todo Acabe”. Un festivo y lumínico, quizá diríamos hasta previsible, ‘carpe diem’ que viene a dejar la sonrisa tras la pena.

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Lista de canciones – tracklist: