Todos conocemos qué pasó con la cara más mediática de los extintos Sugarless. Ivahn mutó a Huecco y el resto de músicos buscó el calor de la forma que mejor supo o pudo. Joseba se enroló al proyecto hedonista de César Strawberry, esto es, Strawberry Hardcore, Samuel acabaría un tiempo en Habeas Corpus y Frankie, elemento fundamental para el desarrollo de la banda (además de productor, llegando a ser nominado en los Premios de la Música Independiente por Vértigo), creo su proyecto personal en Fuzz. Apenas un año después del fin definitivo del grupo, sale Uno (2006) su debut en dicha andadura… El azar, la vida, las circunstancias… llevan a que pase una década hasta que aparezca la segunda entrega, este Desvío Ninguna Parte que, de todas, termina de romper cualquier tipo de límite creativo que ya de por sí caracterizaba a sus composiciones. Seis temas de atmósferas progresivas, de blues, de funk, de rock, de metal, de baladas con ascendencia fronteriza y otros espectros sonoros que nacen, al completo, de manos de Frankie (Raúl Francisco Martín Escuté). Una buena piedra de toque para retomar un proyecto que, me asegura, ha vuelto, ahora sí, para quedarse.

Grabado en los estudios Infinity de Madrid y en su propio estudio, Frankie se encarga de todo el proceso creativo, salvo la masterización, que recae en Pablo Baselga. Rodrigo García y Pablo Rodas ponen algunas líneas de bajo y Andrés Litwin las baquetas.

Uno podría tener (entre comillas) más similitudes con la etapa en Sugarless, sin embargo, en esta entrega rompe del todo con lo convencional para redefinir el sonido. Lo normal de un proceso lógico de perfeccionamiento de la técnica y de la madurez personal. De que las personas cambian con el tiempo. Los seis cortes tienen suficiente enjundia como para ser disfrutados en paladeo largo.

‘Amaneció Sangriento’, sin abusar, tira de influencias orientales para entrar en una visión cruda y crítica del horror que se vive en Oriente Medio y una denuncia de cómo ambos lados nos manipulan para influir sobre nuestra visión de la realidad. En ‘Indomable’ veo un canto romántico al hecho de seguir componiendo, de seguir estando en la música. Incluso Frankie, con el que he hablado hace unas semanas con motivo del próximo número de la revista Rock Estatal, me confesaba que hay mucho de autoayuda.

‘Solo’ parece ser el ideario de por qué Fuzz es un proyecto casi unipersonal, con todo lo malo y, lógicamente, también las cosas buenas que tiene esa determinación no siempre fácil. En ‘Sobre Las Olas Del Mar’ encontramos predominancia acústica de ascendencia Zeppeliana y, por momentos, fronteriza, con mucho con la influencia norteamericana adquirida en sus años de estudio. (Con la calificación de sobresaliente, comienza a trabajar como asistente en las instalaciones del CES hasta 1994, momento en el que se traslada a Los Ángeles (CA) para estudiar armonía y composición en la prestigiosa escuela Musicians Institute ( M.I.) donde se gradúa como guitarrista con honores en 1996. Un año después arrancaría Sugarless).

‘Tierra’ es un certero canto naturalista, de venganza del Planeta. Es quizá la canción más agresiva, lo que refuerza esa sensación casi apocalíptica o irreversible hacia la destrucción. Una canción que juega con distintos patrones rítmicos y que refleja las vías experimentales del autor. El cierre viene con ‘Final Feliz’, henchida de aires progresivos y un tono épico muy sutil que ponen en común a dos personas que están al borde del precipicio y que acaban siendo su salvavidas.

A corto plazo, Fuzz ya prepara un tercer disco que contará con la colaboración de numerosos artistas invitados y, si todo va bien, escribiré de él antes de que termine 2018.

Lista de canciones – tracklist:

1. Amaneció Sangriento
2. Indomable
3. Solo
4. Sobre Las Olas Del Mar
5. Tierra
6. Final Feliz