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Ángel Stanich – Polvo de Battiato
Esta vez no podía dejarlo pasar de nuevo. Por fin Ángel Stanich pisa esta casa y lo hace con la publicación de su tercer larga duración (ya sabéis que de Ep’s no suelo escribir demasiado), que viene a cerrar un 2021 en el que ya publicó un EP con anterioridad (Una Visión Global Bastante Aproximada). Verán, Camino Ácido llegó a mis oídos a través de una de las conocidas peticiones de tuitcríticas para los viernes (por cierto, resulta curioso que numerosos músicos –el último Toni Mejías en la entrevista que le hice en el Festival Literario Salitre de Valencia el pasado fin de semana- me hablen de esa sección en Twitter, porque me parece un silente aunque fantástico reconocimiento a esa tarea que acumula ya unos diez añitos). El disco me sobrepasó por su torrencial verbo, por sus influencias musicales, por la voz inconfundible, ‘Apadrinado’ por el cori-arizónico (la semana que viene voy con ellos) Javier Vielba, entre desidia lisérgica y teatral y tonalidad dylaniana… Como llegué tarde, se me escapó por entonces para dedicarle crítica completa. Como en 2017, con Antigua y Barbuda, su segunda entrega, que me cogería en una de esas rachas funestas de desborde laboral (no es que ahora haya bajado, es que ahora he aprendido a surfear). Pese a todo, también le dediqué palabras en twitter a raíz de otra petición: “Será por la barba, será por el aire Dylan, este cantau-rock de voz irritante y concepto musical amplísimo siempre me ha caído en gracia”. Canciones como ‘Camino Ácido’, ‘El Outsider’, ‘Mezcalito’, ‘Metralleta Joe’ o ‘Miss Trueno ‘89’ del debut o ‘Mátame Camión’, ‘Un Día Épico’, ‘Le Tour ‘95’ o ‘Escupe Fuego’ me han acompañado con frecuencia en estos años. Ahora se sumarán otras cuantas gracias a Polvo de Battiato. Otro excelente ejemplo sobre cómo quitar pretenciosidad a la creación no impide firmar canciones sobresalientes. Talento desbordante que nos comparte en sus juegos.
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