OBK. Cabo de Gata. 11 de agosto
Dentro del amplio catálogo de simpatías que tengo a grupos alejados del rock, a quienes no me conocen al cien por cien le suele sorprender que OBK se encuentre dentro de ellas. Pero, en el fondo, no debería haber motivo. Nunca he rechazado la electrónica para bandas metaleras, quizá por mi pasado como DJ Gandalf en la adolescencia (toma ya, confesión), o, simplemente, porque lo que está hecho con mimo y con una cierta dosis de perdurabilidad, al final, debería romper cualquier tipo de debate estéril. Pero es que, además, en el caso de OBK siempre he defendido las evidentes similitudes con Depeche Mode (ya sabéis, su nombre viene de una de sus instrumentales) y sus aportes de guitarra eléctrica muy marcada en temas como ‘Dicen’, ‘Tú Sigue Así’, ‘Lucifer’… Si a eso sumas la vena romántica de ‘De Qué Me Sirve Llorar’ o ‘Historias de Amor’, el buen rollo de ‘El Cielo No Entiende’ o las reposadas ‘Falsa Moral’ o ‘La Princesa de Mis Sueños’… ¿Cómo no iba a tener cabida OBK en RockSesión? (PD: ya los metí en #Mis10de). Aquí va mi crónica de agencia.
Hay bandas y canciones que consiguen quedarse en la memoria colectiva de una generación y OBK demostró anoche, en la Plaza de la Iglesia de Cabo de Gata, que su caso es uno de los más claros que ha dado la música en España en los últimos 25 años. Con alrededor de 2.000 personas que corearon y bailaron sus temas más legendarios, la banda liderada por el inconfundible Jordi Sánchez brilló en una de las citas gratuitas más destacadas del Almería Summer Festival puesto en marcha por el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería.
La excepcional climatología y ambiente, sumado a que la barriada de Cabo de Gata está en plenas fiestas, hicieron que la plaza se convirtiera en una gran pista de baile y para todas las edades, puesto que aquellos jóvenes de antaño no dudaron en acudir con sus hijos, los de ahora quedaron sorprendidos por la fidelidad de la puesta en escena con esa combinación de electrónica y guitarras eléctricas y los más mayores porque contemplaron cómo la plaza se abarrotó, ante todo, de ganas de pasarlo en grande.
OBK no reparó en entrega y el repertorio de la velada almeriense fue muy similar al que se puede ver en su último trabajo discográfico, el directo grabado en la Ciudad de México con motivo de la conmemoración de su 25º aniversario en el mundo de música. Tras la ‘intro’, la voraz ‘La Contraseña’ y la revisión del mito de Dorian Gray en ‘Tú Sigue Así’ dispararon la adrenalina y azuzaron a los últimos despistados que paseaban por el Paseo Marítimo para avisarles de que la fiesta había empezado.
La más melódica ‘Oculta Realidad’ dio paso a otros temas de melodías certeras y efectivas, como es habitual, como ‘Revolución’, ‘Quiéreme Otra Vez’ y ‘Siempre Tú’, temas dinámicos con buena acogida, pero quizá una transición antes de que la plaza llegara a la catarsis ‘modo karaoke’ con ‘Dicen’, la nostálgica ‘De Qué Me Sirve Llorar’, la herida ‘Falsa Moral’ y la romántica ‘La Princesa de Mis Sueños’, que provocó que cientos de móviles se elevaran sobre las cabezas para inmortalizar el momento.
Antes de los bises, llegaría todavía el aquelarre desafiante de ‘Lucifer’ y la armónica y contagiosa ‘El Cielo No Entiende’, que fue también vitoreada. Ya en la reentrada, OBK regresaría con ‘Yo No Me Escondo’ y regalaría una interesante fusión de dos temas legendarios de la banda que sirvió para darles nombre allá por 1991, Depeche Mode, con ‘I Feel You’ y ‘Personal Jesus’. El final, como todos y cada uno de los presentes esperaba, llegó con la sobresaliente ‘Historias de Amor’, que dibujó la gran sonrisa final a un público que se lo pasó en grande.
Publicado el agosto 12, 2018 en Crónicas Conciertos y etiquetado en Crónicas Conciertos, OBK. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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