La Pulquería – Corridos De Amor (2004)
Fue al hilo de la crítica de Santero y Los Muchachos la pasada semana cuando fui consciente de nuevo en que no había traído a La Pulquería a la crítica remember de los viernes. (Insisto una vez más en el concepto, que cerca de llegar a las trescientas retrospectivas, todavía queden bandas tan significativas por aparecer dice bastante de lo mucho y bueno que tiene nuestro rock). La Pulquería fue una banda valenciana que dignificó bastante eso a lo que se llamó mestizaje, en unos años en los que el formato no daba para más y la sorpresa brillaba por su ausencia. Sentados en un parque y bien de alcohol, jugando con las guitarras, comenzaron a tontear llevando rancheras a sonidos de rock, punk y heavy metal y poco a poco lo que comenzó como una broma etílica acabó siendo un pelotazo de lo más resultón y exitoso. Lo dejaron reflejado en cinco discos, del que Corridos De Amor fue el primero de ellos. Después vendría C’Mon Fandango en 2007, Hey, Ho, Chingón, un directo, en 2008, Fast Cuisine (la suma de tres EP’s) en 2010 y, tras un primer amago de adiós de casi tres años de duración, un último disco llamado Lobo De Bar, publicado en 2016. Desde entonces, Miguel Ángel Escrivá marchó con su hermano y se volcó en Santero y Los Muchachos y Gerard Sanz creó una banda bajo el nombre de su apodo de guerra ya en los años de La Pulquería, Huracán Romántica. Quizá ‘el problema’ fue que era difícil seguir dando contenido a una broma y los intentos por buscar otros aires o cosas un poco menos gamberras desnaturalizaron a un grupo que era pura combustión en directo. De hecho les recuerdo un Viña en el que posiblemente estaban más cargados ellos que el público. Que nos quiten lo bailao, que dirían Los Canallas y, años antes, El Mejorano.
La banda de hard – mariachi – tropi – punk – playero – latino – balcánico – vasilón (autodefinición) contó como formación más perdurable y duradera de la banda, además de con Gerard y Miguel Ángel, contaba con Pancho Tekila y Jordi Carreras a las guitarras, Federico Martín a la batería, a lo que se sumaban los vientos metales de Eloy Suárez al trombón y Adolfo Cebreiro en la trompeta, aunque curiosamente, canciones como ‘El Día De Los Muertos’ fueron co-compuestas por el baterista Andrés Conejero.
El álbum fue producido por Fernando Montesinos, que en aquellos años había estado al mando del Algo Para Cantar de Pereza o Navegantes de El Hombre Gancho, dos bandas igualmente canallas y con sonido castizo y noctámbulo, posteriormente haciendo una carrera de los más variopinta, desde autor de Chayanne, Paulina Rubio y Ana Torroja a bajista de Obús.
La trompeta de ‘El Día De Los Muertos’ da la bienvenida de manera magistral al universo propuesto por La Pulquería. Hasta su entrada es puritamente mariachi. Y es que los corridos tendrá un protagonismo latente durante buena parte del álbum, a veces incluso ahondando en el tema narco y, claro está, con la imaginería de las tradiciones mortuorias tan coloristas como se reflejó en su día en la película animada Coco. Las guitarras explotan durante toda la canción, mientras que batería y tempo van cortando el tempo con aderezos varios. El trabajo de voces, con una principal y otra grave, impostada, es otra magistral elección para redondear un tema que lo sigue teniendo todo veinte años después de ser compuesto.
Con un scratch de recuerdo a su predecesora, ‘En Cada Rincón’ le mete un tempo vacilón y sincopado para que, de nuevo, histriónicos y teatrales coros que le dan un punto irónico a todo aquello que se canta. El desarrollo del corte se mueve en un ska sostenido bastante pintón. Un ligero descanso, podría decirse, para la explosión de una brutal ‘Gitano’, que tiene todos los elementos reconocibles de gente como Goran Bregovic, Kusturica y, por derivación, Gogol Bordello, incluso en lo machacón del corte también se aprecia influencia de Radio Bemba Sound System de Manu Chao. Una auténtica joya rítmica. (Nota: casualidades maravillosas, hoy precisamente es Día Internacional del Gitano).
En ‘La Migra’ descabalgan una base rítmica casi hardcoreta, que se hace más carnal con las trompetas y por la propia entonación. Pura velocidad mientras se relata una historia de narcotraficantes (me viene a la cabeza el ‘Contrabando En Los Huevos’ de los mexicanos Vantroi o ‘Frijolero’ de Molotov). ‘Mala Cara’ fue una de las canciones elegidas como single y no es extraño que buscara una cierta concesión ‘comercial’ con unas bases programadas añadidas sobre la batería. Quizá esa sobreproducción haya hecho envejecer peor a la canción.
Aunque puede que sea demasiado sencilla o lineal, tengo una devoción especial por ese ska temático que es el ‘Mil Esqueletos Al Sol’, porque las guitarras al mismo tempo que la base rítmica en el estribillo siempre consiguen cargarme las pilas. El break melódico vocal de la parte central es un recurso que luego explotaría muy bien la gente de La Raíz. ‘Plata o Plomo’, muchos años antes que la serie, es una sorprendente declaración de amor lastimosa entre ajustes de cuentas… “Buscando bodas de plata, tener que encontrarte relleno de plomo”.
Así llegamos a otra de las grandes con ‘Morirse De Pena’. Otra canción que arranca con la misma fórmula que ‘El Día De Los Muertos’, pero en esta ocasión en un arrebatado canto de despecho y rechazo ante el hartazgo ante el amor… “Dicen que un hombre no es hombre si no sufre un desengaño. Pues son varios los que llevo y les digo: ¡Aquí me planto!”. Al punto mariachi hay que sumarle un contrapunto antes del recitado final que se torna en media rumba, como tan bien hacían en los buenos años los también valencianos Seguridad Social.
En el último tercio del disco, ‘No Hay Amor’ es un reggae algo acelerado o un ska más clásico, como quieran, lo que viene a completar la gama de sonidos de la lista. La furia de la distorsión y la voz en grito volverá con la historia etílica de ‘Pancho Tequila’, para liberar la querencia más hardcore y distorsionada del combo. Por su parte, ‘Quiero Saber’ retoma las programaciones y se mueve en distintos ámbitos de lo rapeado a la ranchera o de guitarra española. El cierre vendrá con ‘Tan Sierto Que Pasó’, una gran broma final, más canónica en sus hechuras de ranchera tex mex… con una coda ‘oculta’ quizá innecesaria.
El síndrome del ‘pelotazo con debut’ acompañó a La Pulquería durante buena parte de su carrera, pese a que las canciones y composiciones mejoraron considerablemente. El público se lo pasó y pasaba tan en grande con los himnos de este álbum que, al final, nunca consiguieron alcanzar la misma identificación con las nuevas, aunque en directo las defendían con la misma pasión. Un tequila por La Pulquería.
Lista de canciones – tracklist:
- El Día De Los Muertos
- En Cada Rincón
- Gitano
- La Migra
- Mala Cara
- Mil Esqueletos Al Sol
- Plata o Plomo
- Morirse De Pena
- No Hay Amor
- Pancho Tequila
- Quiero Saber
- Tan ‘Sierto’ Que Pasó
Publicado el abril 8, 2022 en Críticas Remember y etiquetado en Corridos De Amor, Críticas Remember, La Pulquería. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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